Etica Civil
meli22a15 de Septiembre de 2013
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ÉTICA CIVIL
El hecho de que la ética cívica, es una ética de mínimos significa que lo que comparten los ciudadanos de una sociedad moderna no son determinados proyectos de felicidad, porque cada uno de ellos tiene su propio ideal de vida y ninguno tiene derecho a imponerla a otro por la fuerza. La ética cívica nace de la convicción de que los hombres son ciudadanos capaces de tomar decisiones de modo moralmente autónomo.
La ética reconoce que nuestra sociedad se caracteriza por no tener puntos de referencia comunes, carece de convicciones profundas y es intelectualmente pluralista.
El pluralismo desde un principio obstruye el acto de pensar, y condena al hombre a un pragmatismo del cual él mismo resulta ser la principal víctima. La realidad es pensada cuando es convertida en objeto. Al objetivarse algo, aparece el problema y éste exigirá una respuesta. Y como el pensar humano es discursivo y dialéctico, dado que existe una distancia entre la pregunta y la respuesta, en donde es posible el error.
Conlleva a que toda respuesta correcta constituye, para el hombre individual y para la humanidad, un crecimiento histórico y todo aquello que obstruya el pensar cerrará la puerta al verdadero progreso de la humanidad.
En donde el pensar es crítico. Y el hombre, al plantearse un problema, confía en su capacidad cognoscitiva para resolverlo.
Pero ha sido el escepticismo el que ha generado el pluralismo de principio, ya que sostiene que frente al problema, todas las respuestas dadas valen lo mismo. Si todas las respuestas valen de igual modo, ninguna tiene valor porque ninguna responde al problema. Por lo tanto, no tiene sentido plantearse problemas porque la respuesta siempre resulta inhallable. Ya que la verdad de las cosas resulta inaccesible para la inteligencia humana y por lo tanto, solo deberemos interesarnos por su utilidad.
Dentro del mundo la persona no es considerada como fin sino como medio, y esto conlleva a que la persona pierda su dignidad esencial. Este pluralismo de principio denominado pluralidad ética, atenta contra aquella realidad que hace efectiva la verdadera pluralidad en la sociedad política, es decir, el acto de pensar.
El pluralismo desde un principio priva al hombre, de toda responsabilidad de encontrar la verdad, y pone los ojos solamente en aquello que es útil. Y su virtuosismo queda en el arte de acomodarse según las circunstancias y sin tener límites.
Esta ética civil nace con las pretensiones de armonizar la vida cultural y política de los pueblos, es decir, que la convivencia social determine puntos que rijan la conducta de los ciudadanos. Es por esto que, se la denomina de diferentes formas, ética solidaria,, ética de la comunicación consensual, ética consensualita de la responsabilidad, entre otras formas.
La propuesta de una ética civil, demanda la igualdad, la justicia, la libertad y la solidaridad entre todos los ciudadanos. Pero este intento, lleva consigo algunos riesgos:
Como quedarse en que el bien y el mal morales dependan de la voluntad arbitraria de los ciudadanos en cada época. Y los valores morales no reciben su garantía.
Que se rebajen las exigencias éticas tanto de la vida del individuo, como de la sociedad. Esto significa que se pierdan algunos valores éticos que aparecen protegidos en las constituciones de los régimen democráticos.
Pero esta defensa de la ética civil puede llevarnos a la renuncia de buscar un fundamento moral más seguro que la convivencia, es decir, quedarnos con valores más inmediatos, menos exigentes y más fáciles de alcanzar, renunciando a valores éticos más cercanos a la persona y a su propia dignidad.
Cuando la ética civil es defendida por los católicos, se corre el riesgo de que se prive a la sociedad de la riqueza ética del cristianismo. Si bien se sabe que la iglesia no debe imponer su programa moral
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