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Expiación


Enviado por   •  2 de Julio de 2013  •  1.817 Palabras (8 Páginas)  •  263 Visitas

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Expiación

La expiación es aquella forma de satisfacción por la culpa del pecado en la que el culpable queda absuelto al cargar con su pena. La palabra viene del hebreo kipper, equivalente al arameo de borrar o la raíz de cubrir. El concepto básico parece ser el de eliminar el obstáculo que impide la bendición de Dios.

El medio de expiación variaba; podía muy bien ser una ofrenda en efectivo. Principalmente la expiación se hacía mediante la muerte de una víctima, y por la sangre como símbolo de su vida derramada. A La expiación se fundamenta en el pecado como algo que contamina al hombre y que interrumpe su relación con Dios. Indica que es Dios mismo el que brinda el medio para restablecer la relación rota por el pecado, ya que el hombre no puede hacerlo por sí mismo. Demuestra la justicia de Dios, porque Él demanda un castigo por el pecado. También demuestra su amor, porque Él provee un sustituto para el pecador. Por último, demuestra los beneficios para aquel que acepta la provisión expiatoria de Dios. Hay limpieza de la contaminación, perdón de la culpa y liberación del castigo merecido. Las ofrendas expiatorias del Antiguo Testamento no podían en sí quitar el pecado [heb.10:1] pues los mismos ministradores {sacerdotes levíticos} quienes al igual que todo hombre eran mortales; debían primero ofrecer ofrendas de expiación por su propio pecado. Por lo tanto prefiguraban a Jesucristo, el sacrificio perfecto provisto por Dios mismo. Él quitó los pecados de todo aquel que en El crea y ofreció la base para el perdón y la Justificación del pecador.

Antiguo Testamento

Las impurezas ceremoniales o morales hacían necesaria la expiación en el Antiguo Testamento. Los motivos de expiación ceremonial incluían el flujo de sangre femenino la contaminación al tocar o manipular un muerto. También ciertos objetos materiales considerados sagrados, como el altar y el tabernáculo, podían potencialmente contaminarse, y era necesario hacer expiación por ellos. Sin embargo, básicamente la expiación se hace por el pecado que contamina tanto al hombre como a las cosas, y del cual la impureza ceremonial es sólo una ilustración de una real impureza espiritual. A todo esto se debe entender que el antiguo testamento bajo la ley, la ofrenda de la expiación llevada a cabo, no era sino solo figura de la verdadera ofrenda expiatoria de Jesús. De esta manera Cristo establece el nuevo pacto o nuevo testamento.

Nuevo Testamento

Cristo con carácter expiatorio fue previsto ya desde la eternidad, anunciado proféticamente para nosotros en el culto ritual del AT y consumado en la cruz del Calvario.

El hijo de Dios, Jesucristo, era consciente de que su sufrimiento y muerte final eran parte de su llamado. Muchas veces durante el curso de su ministerio Jesús se refirió en forma velada y figurada a la forma de su muerte futura, pero poco a poco les fue manifestando a sus discípulos con toda claridad que debía sufrir y morir.

Pecado

La relación entre el hombre y Dios está rota por el pecado. La expiación de Jesucristo justifica al hombre y lo acerca a Dios. El hombre esta muerto espiritualmente, siendo absolutamente imposible justificarse a si mismo por sus obras, pero Dios muestra su gracia proveyendo el pago para la redención total. .

Ira

El pecado es esencialmente un ataque contra el honor y la santidad de Dios: Epístola a los Romanos 1:18. La ira de Dios no es injusta ni sin razón: porque es santo, está en contra de todo tipo de pecado; porque es bueno, se opone al mal o a lo malo

Expiación

Un Dios justo y bueno ofrece a sus criaturas la recompensa que merecen por lo que hacen: es el principio de la retribución que opera en el mundo moral. Las buenas obras son recompensadas, las malas, castigadas. La primera parte de la epístola a los romanos expone la necesidad universal de la justicia de Dios, pues todos son pecadores y están sujetos a la separación de Dios y a la condenación (sus malas obras son castigadas). Surge el siguiente interrogante: si somos pecadores, ¿cómo, pues, podremos ser declarados inocentes y ser librados del castigo eterno? ¿Cómo puede Dios perdonar a los pecadores cuando la justicia pide su castigo? Por ser Dios justo debe condenar al pecador; pero por ser misericordioso quiere perdonarlo y traerlo a su amistad porque no quiere que sus criaturas sean destruidas: tal es el dilema que presenta Pablo y cuya resolución ofrece en Epístola a los Romanos 3:24-26.

Resumiendo: Expiación es la reconciliación del hombre con Dios.

El Santuario Terrenal.

¿Qué significa la purificación del santuario? En tiempos del Israel antiguo, Dios dijo a los israelitas en Éxodo 25:8: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. La Biblia habla de dos santuarios, uno en la tierra y otro en el cielo. El santuario terrenal fue hecho de acuerdo al modelo del santuario celestial. El santuario terrenal fue hecho para revelar el plan de la salvación. Este santuario tenía dos servicios: uno, llamado servicio diario, y otro llamado servicio anual. El diario tenía como propósito, proveer el perdón del pecador que se arrepentía. El servicio anual era un servicio especial que se hacía en cierta fecha del año, llamada “día de la expiación”. Si entendemos acerca del día de la expiación del santuario terrenal, podremos entender acerca del día de la expiación del santuario celestial, y también de los 2.300 días que llegan hasta el tiempo del fin. Veamos pues algo acerca del santuario terrenal y del día de la expiación.

Dios dio a Moisés las siguientes instrucciones en Éxodo 25:8 y Éxodo 25:40:

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”.

“Mira y hazlo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”.

El santuario terrenal estaba dividido en tres partes. El altar de la ofrenda del sacrificio y le fuente estaban en el atrio. Este era el lugar donde el pecador sacrificaba la víctima, luego el sacerdote lavaba sus manos en la fuente y rociaba la sangre en el velo del tabernáculo. El tabernáculo estaba dividido en dos partes: el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. En el Lugar Santo estaban: la mesa de los panes, el altar del incienso y el candelero. En el Lugar Santísimo estaba el arca del pacto que tenía la ley de Dios. El Lugar Santo estaba separado del Lugar Santísimo por un velo. Era en este velo donde el sacerdote rociaba la sangre de la víctima. Otra cosa que hacía el sacerdote, era poner sangre en los cuernos del altar del incienso. Pero el pecador era perdonado solamente cuando la sangre era rociada frente al velo. La sangre era rociada frente al velo, porque detrás estaba el arca que tenía la ley de Dios. Lo que se quiere enseñar a través de este servicio del santuario terrenal, es que el pecador podía ser perdonado solamente por medio del sacrificio de un cordero y de la sangre rociada frente al velo que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo. Es decir, que el pecador era perdonado por la fe que ejercía en el cordero que simbolizaba al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Pablo dice en Hebreos 10:22, “Sin derramamiento de sangre, no hay remisión de pecado”. Entonces, la fe era necesaria, pero era necesario también sacrificar el cordero.

Veamos por un momento el servicio del santuario terrenal. Suponga usted que una persona ha pecado. Reconoce que ha pecado y sabe que merece la muerte. Está conciente que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Sabe que no hay ninguna forma de poder rehacer su vida a la vida anterior, antes de pecar. Sabe que la Biblia enseña que el “pecado es la transgresión de la ley” (1 Juan 3:4). Por consecuencia, su pecado ha sido una desobediencia o rebelión contra la ley de Dios. Y si todo el que transgrede la ley debe morir, pues él debe morir.

Esta es una persona que tiene una gran carga de pecado. ¿Hay alguien en nuestra sociedad que tiene una gran carga de culpabilidad sobre su conciencia? Es posible que haya alguien aquí esta noche. Alguien que ha pecado, y el peso de ese pecado está golpeando su vida. Sabe usted que las oficinas de los psiquiatras, en muchas partes del mundo, están atestadas de personas que tienen grandes cargas de culpabilidad. Personas que se sienten culpables y buscan la forma de como escapar de esa culpabilidad.

Volviendo otra vez al santuario, hemos visto que era necesario que el pecador trajera un cordero. Es decir, cuando una persona estaba cargada de culpabilidad, y una nube deprimía su ser, se sentía privado de toda esperanza, pues sabía que tenía que morir. Ahora, aquí estaba su oportunidad. La provisión estaba a su alcance. El ha decidido libertarse de ese pecado. Ahora lo podemos ver trayendo un cordero sin mancha. Se aproxima hacia la puerta del atrio. Pone sus manos sobre la víctima. Confiesa su pecado. La sangre es rociada frente al velo, y la carga del pecador es quitada. Ver Levítico 1:3:

“Si su ofrenda fuese holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová”.

¿Por qué tenía que ser un sacrificio sin mancha? Porque este cordero representaba a Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto. Una cosa debe notarse; nadie obligaba al pecador a traer el cordero. El lo traía por su propia voluntad. Pero, ¿por qué debía poner sus manos sobre la cabeza de la víctima? La enseñanza bíblica es: “Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya” (Levítico 1:4). ¿Puedes imaginarte a esta persona? Está cargada de culpabilidad. Pero ahora camina hacia el santuario. Lleva su ofrenda con él. Pone su mano sobre la cabeza del sacrificio y dice: “Señor, he pecado, sé que merezco la muerte. Pero, Señor, Tú has dicho que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecado. Señor, yo trigo mi ofrenda conmigo, vengo a confesar mi pecado. Cuando el pecado es confesado, este es transferido del pecador al cordero. El cordero es crucificado por el pecador. La sangre del cordero (simbólicamente) limpia al pecador. El cordero es aceptado en lugar del pecador. El inocente muere en lugar del culpable. El cordero da su vida para que el pecador tenga vida.

El sacerdote lleva la sangre del animal y la rocía frente al velo que divide al Lugar Santo del Lugar Santísimo; exactamente frente al lugar donde está la ley que había sido quebrantada por el o pecador. La sangre del cordero señala a Cristo quien sería el sacrificio por los pecados de todos los hombres. Ahora el pecado ha sido transferido del pecador al cordero, y del cordero al santuario. El pecador está libre. La carga ha sido quitada y no siente que es un pecador que está condenado.

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