Jesucristo fue elegido por Nuestro Padre Celestial para llevar a cabo la expiación debido a que el Padre pudo ver el deseo de llevar a cabo su obra y Su voluntad.

1. Jesucristo fue elegido por Nuestro Padre Celestial para llevar a cabo la expiación debido a que el Padre pudo ver el deseo de llevar a cabo su obra y Su voluntad.

Jesucristo nos enseñó el principio de la Santa Cena junto con sus apóstoles. El pan representa su cuerpo y el agua su sangre. Léase (Lucas 22:19-20)

Nuestra Salvador, a pesar de ser un ser perfecto, se bautizó en las aguas con el fin de darnos el ejemplo ya que era obediente con los mandamientos de Dios.

Jesucristo llevó una vida perfecta y sin pecado, aun cuando fue tentado en varias oportunidades. Uno de los más grandes ejemplos de obediencia fue llevar a cabo la expiación.

Jesucristo se sometía a su Padre y siempre hacía lo que a NPC le agradaba y quería.

Al cumplir y guardar con los mandamientos, al hacer convenios y obedecer la voluntad del Señor cumplimos con toda justicia y seguimos el ejemplo de Jesús.         

Ser discípulo de Jesucristo es seguirlo a Él, sus enseñanzas y obedecer los mandamientos.

Cuando estamos en el camino del Evangelio, las tentaciones son muy fuertes pero si nos encontramos con un fuerte testimonio podemos resistir a todas estas tentaciones y cumplir con la voluntad del Padre.         

1. Con la caída de Adán nos convertimos en seres mortales y luego de ello obtuvimos conocimiento acerca del Plan de Salvación. Vinimos a la Tierra para ser probados y poder regresar a la presencia del Señor mediante la obediencia de sus mandamientos.

Gracias a la expiación obtuvimos el arrepentimiento.

Dios creó todo a la perfección en su infinita sabiduría. Debemos ser agradecidos con las cosas que tenemos a nuestro alrededor. Es aquí donde podemos vivir y progresar para volver a la presencia del Señor.         

Solo Jesucristo podía llevar a cabo la expiación ya que era el único en aguantar todos los dolores del mundo. Debemos ser agradecidos con Jesucristo y NPC.

Con la expiación de Jesucristo, podemos sentir el amor que tiene con nosotros y la importancia que tiene su obra en nuestra vida. Nos ayuda a superar cualquier tipo de prueba y nos da el consuelo necesario en situaciones de aflicción.

En este mundo de preparación, se nos conocerá por nuestros actos y seremos juzgados por los mismos.         

Las personas que había muerto antes de la expiación también pueden ser salvadas ya que Jesucristo fue a predicarles el evangelio en su estadía en el Mundo de los Espíritus. Nadie más que Jesucristo cumplía con los requisitos de ser nuestro abogado e intercesor ya que solo Él y NPC nos conocen perfectamente.

Si ponemos nuestra confianza en Jesús, él nos ayudará a vencer cualquier tentación de Satanás.

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