Fe y Alegría

Ser de Fe y Alegría 25 ha significado para mí muchos aprendizajes e historias que me acompañan. Antes de llegar al colegio no conocía mucho de mi distrito, ni de la gente maravillosa que es parte de este colegio. El colegio me ayudó en mi formación académica, muchos de los profesores y profesoras me hicieron pensar, me ayudaron a ver más allá de lo que la currícula decía. Algunos me ayudaron a validar mi individualidad y otros a defenderla, haya sido cual haya sido el caso ambas partes aportaron a ser la persona que soy ahora. El colegio me demostró y apoyó en expandir mis zonas de conocimiento y de confort pude descubrir lo maravilloso que eran los motores de motos, los divertido que era desarmar uno de ellos, también aprendí a tejer a crochet, digitar de manera rápida y segura. Aprendí a realizar piezas en un torno y a dibujar a mano en 3D.

Estudiar en un Fe y Alegría no es estudiar en cualquier colegio público, estudian en el Fe y Alegría 25 no es estudiar en cualquier Fe y Alegría, gracias a las experiencias de pastoral que pude vivir los últimos años de mi estancia en el colegio descubrí mi vocación de servicio y con ella acepté lo que quería hacer por el resto de mi vida, que es enseñar a las infancias. Saliendo del colegio busqué el lugar para estudiar Educación Inicial, me preparé en casa durante todo el verano, con lo estudiado y lo aprendido en el colegio logré ingresar al Instituto Nacional de Monterrico.

Luego de haber salido del colegio he regresado muchas veces, sola, acompañada de personas a las que les mostraba con orgullo el lugar tan maravillo donde estudié, pues muchas personas tienen ideas erradas de los colegios públicos. Ya luego de trabajar algunos años logré proyectar aprendizajes muy personas adquiridos en el colegio en un nuevo cargo que tuve, ayudar a transformar escuelas de las periferias de Lima en escuelas de alta calidad educativa para las infancias.

Mi historia con el Fe y Alegría no es solo de formación académica y personal, sino también el colegio me regaló a mis mejores amigas, con quienes cumpliré el próximo año 20 años de amistad. Incluso puedo decir que mi conocí al mi esposo en los patios del colegio. Mi historia con el Fe y Alegría no ha terminado, tengo mucho más por hacer y entregar al colegio, pues todo lo que me dio hasta este momento es impagable. Hay cosas que cambiar por supuesto, todos tenemos que cambiar algo o mejorar otro tanto. Pero créame cuando les digo como profesional en educación aprovechen cada una de sus clases y experiencias, planifiquen y sustenten las acciones que desean realizar, exijan a sus maestros y maestras más de lo que ellos les pueden dar, que eso es para los maestros y maestras una de las mejores cosas que los alumnos y alumnas pueden pedir.

Como adulta de 32 años les digo que disfruten cada uno de los momentos en colegio, cuiden muchos de sus amistades de colegio, visiten su colegio, sean agradecidos con sus maestros y maestras.

Disfruten ser alumnos y alumnas del Fe y Alegría 25

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