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La Asunción De Maria


Enviado por   •  21 de Agosto de 2013  •  1.987 Palabras (8 Páginas)  •  373 Visitas

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Reflexión católica sobre la Asunción de María

Introducción

En la Doctrina Cristiana, que ha defendido la Santa Iglesia Católica por centurias, hay una parte dedicada a la Virgen María, Madre de Jesucristo. La tal parte se llama “Mariología”, y es, ni más ni menos, que la rama de la Teología encargada de estudiar a la persona y méritos de María.

En base a las Sagradas Escrituras, y a los testimonios legados a la Cristiandad por la Tradición Apostólica, la Iglesia Cristiana ha definido cuatro Dogmas de Fe sobre la Santísima Virgen María, mismos que estudia a profundidad la Teología Dogmática.

Tales Dogmas son:

-La Maternidad Divina de María.

-La Perpetua Virginidad de María

-La Inmaculada Concepción de María

-La Asunción de María al cielo en cuerpo y alma

Esta entrega se refiere prioritariamente a la Doctrina de la Asunción de María, misma que fue proclamada como Dogma de Fe por Su Santidad el Papa Pío XII (Eugenio Pacelli), mediante la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus, el 1 de noviembre de 1950.

La Teología estudia este Dogma basándose en algunos versículos bíblicos que ilustran este tema, tomando en cuenta varios testimonios de la Tradición al respecto.

LOS TRES DOGMAS QUE ANTECEDEN A LA ASUNCI0N

La Teología, al estudiar la Asunción, tiene muy en cuenta a los otros tres dogmas marianos, que siempre se enlistan ANTES que el de la Asunción.

Esta forma de enfocar el asunto se basa en las consecuencias de aquellos otros tres dogmas, y en los méritos que por ellos se concede a María:

-Por ser Madre de Dios, le asistía el derecho de ser asunta al cielo en cuerpo y alma.

-Su cuerpo incorrupto, gracias a su Virginidad en cuerpo y alma, le ganaba una pureza digna de ser llevada al cielo.

-Por haber sido concebida sin mancha de pecado original, por ello ser “llena de gracia”, y añadiendo a eso que el Espíritu Santo había actuado sobre ella, merecía ser llevada al cielo gracias a su plenitud en la gracia.

Quien no acepte estos dogmas, NUNCA va aceptar la Asunción... pues el fundamento bíblico de esta es bastante indirecto, y tiene que relacionarse forzosamente con los dogmas ya mencionados.

Católicos y Ortodoxos orientales mantienen fe en estos dogmas, a pesar de que el tercero, la Inmaculada Concepción, fue definido después del Cisma de Oriente. Aún así, la teología ortodoxa se inclina hacia la Inmaculada Concepción y la Asunción:

Por ejemplo, en una discusión con protestantes, ellos no admitirían que “María fue asunta por ser Madre de Dios”, ya que para ellos, María no es Madre de Dios sino sólo “Madre de Cristo” (¿?)

Entre los protestantes, nunca he encontrado uno que admita que María es Madre de Dios, y son muchísimos los que sostienen que "no fue siempre Virgen", sino que “tuvo otros hijos”.

La Inmaculada Concepción es un dogma también muy cuestionado por el protestantismo. Si hay algún protestante que crea en este dogma, pues realmente sería caso extraño, pues para la mayoría, María (pese a ser llamada en la Biblia “llena de gracia” y “bendita entre todas las mujeres”), fue una mujer común y corriente, ni más ni menos que cualquier mujer hebrea de la época de la dominación romana.

La suelen llamar “bienaventurada”, pero no mejor que cualquiera de ellos. No me ha faltado ocasión de toparme con protestantes que incluso se han comparado con la Virgen María, diciendo algo parecido a: “sí, María es llena de gracia, como igualmente nosotros somos salvos y llenos de gracia”.

Aquí vale la pena recordar la parábola del Fariseo y el Publicano (Lucas 18:10-14)...

LA HUMILDAD EN LA VIDA DE MARIA

María era una doncella hebrea, sencilla, humilde y obediente a Dios. Cuando el ángel Gabriel llega ante ella, le anuncia que va a ser MADRE DEL MESIAS (Lucas 1:30-32): Transcribimos a continuación el diálogo entre el ángel Gabriel y María: (Las citas son de la Biblia de Jerusalén):

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»

« ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.»

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»

María, en vez de ensoberbecerse con tal noticia, reacciona con HUMILDAD, declarándose “esclava del Señor”. Resultado de este rápido diálogo entre María y el ángel, encontramos dos grandes virtudes en María:

1.- La Gracia, de la que está llena según las palabras del ángel.

2.- La Humildad y la Sencillez.

En el Magnificat (Lucas 1: 46-55), María nuevamente resalta su humildad ante la atención que Dios ha fijado en ella, escogiéndola para Madre de su Hijo:

«Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada. »

Esa virtud de María no nos debe pasar desapercibida, María tenía una humildad excepcional. Tanta sencillez y humildad, lejos de convertirla en una “mujer común y corriente”, como nos la quieren presentar los hermanos separados, era una mujer FUERA DE LO COMUN. No es de creerse que Dios, al momento de decidir quién sería la MADRE del MESIAS, escogiera al azar,

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