La Biblia

LEY DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA

“Éste es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.

Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora”. SALMOS 118:24-25

Repita conmigo: “HOY es el día que Dios ha creado para mí, por tanto declaro que hoy soy bendecido y prosperado”.

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Génesis 1:26-27.

Cuando Dios creó a Adán, a imagen y semejanza de Él lo creó. Le dio autoridad, dominio y poder sobre todo lo creado. Adán tenía señorío sobre toda la Creación. Tenía riquezas materiales y espirituales. Poseía autoridad sobre la Creación como representante del gobierno de Dios sobre la tierra. Compartía una amistad íntima con Dios y su intelecto era tan grande que pudo ponerle nombre a todos los seres vivientes que Dios había creado. Tenía ayuda idónea que Dios le proveyó. No le faltaba nada. En Dios estaba completo. Sin embargo la historia nos muestra que Adán y Eva pecaron y se rompió la relación entre ellos y Dios. Como resultado de la desobediencia de Adán y de Eva, Dios dictó sentencia en su contra. A Eva se le multiplicaron los dolores de parto; la tierra fue maldita y Adán tendría que labrarla para poder comer de ella.

Ahora el hombre que lo tenía todo, tiene que empezar a operar por fe. Aprendiendo a vivir bajo un principio espiritual muy importante. El principio de la Siembra y la Cosecha.

El Principio de la Siembra y la Cosecha es la responsabilidad de cada hombre y mujer que habita en este mundo. No ha sido establecido por dogmas o mandamientos humanos, ni por ritos o tradiciones religiosas. Es más, la religión no la ha implantado. Este principio fue creado por Dios e introducido por medio de Adán para enseñarnos algo muy básico: El principio de saber que si sembramos una semilla en el Reino de Dios, la misma nos proveerá fruto. (Génesis 8:22) “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera (tierra sembrada) y la siega (corte y recolección de frutos), el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”.

Dios siempre tiene y tendrá una manera de llenar su necesidad y de resolver su problema. Todo depende de cómo su de se convierte en una semilla. Cuando sembramos una semilla, Dios cambia su naturaleza de modo que llegue a ser una planta y el poder de la vida surge en esa tierna y joven planta de tal manera que ni aún una gruesa capa de tierra puede impedir que brote y crezca.

Jesús dice que nuestra fe en Dios es como una semilla. Cuando depositamos nuestra fe en Dios poniéndola en acción toma una naturaleza nueva convirtiéndose en un milagro en potencia. ¿Cuál es el monte que debe usted remover de su vida? ¿la soledad, la pérdida de empleo, la destrucción de su hogar? ¿Cuál es ese monte? Por medio de la siembra y la cosecha Jesús nos muestra el camino para lograr la restauración y vivir en la abundancia que El creó para nosotros desde antes de la fundación del mundo.

Un labrador no es aquel se sienta a esperar su cosecha, sin haberla trabajado primero. La Palabra de Dios nos enseña en 2da. De Timoteo 2:6 que: “El labrador, para participar de los frutos, deberá trabajar primero”.

Cuando el labrador decide trabajar y sembrar la tierra. Primero identifica un terreno fértil dónde sembrar su semilla. (Marcos 4:8) “Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”.

2. Después el labrador comienza a acondicionar y limpiar el terreno para que esté en condiciones aptas. Muchos creyentes hoy en día creen que por traer sus diezmos al alfolí, pueden ser justificados y seguir llevando la vida disoluta y desordenada que tenían en el pasado. Tres mujeres, un camino. Seguir en borracheras y con la mente del mundo cometiendo los mismos pecados del pasado. No. Dios nos manda en su Palabra a santificarnos cada día. Apocalipsis 22:11 “El que es injusto, sea injusto todavía; el que es impuro, sea impuro todavía; el que es justo, practique la justicia todavía, y el que es santo, santifíquese más todavía”.

3. El labrador planta la semilla. ¿Qué significa la semilla? La semilla es lo mejor que usted tiene de sus habilidades o recursos para usarlo no sólo en el Reino de Dios sino en sus labores diarias, como estudiante, como un trabajador, como ama de casa. Cuando siembre debe dar lo mejor, buscar la mejor semilla porque quiere ver una cosecha abundante y que lo que uno colocó se multiplique.

Tan pronto la semilla germina y brota en la tierra, comienza el cuidado y cultivo hasta que comience a dar fruto. Tal vez usted diga. Todo está bien hasta aquí pero… ¿Qué voy a sembrar si no tengo semilla? Usted se asombraría si supiera cuántas semillas le ha dado Dios a lo largo de su vida.

¿Cuántas veces ha pasado en su coche cuando está lloviendo y ve a un hermano que no tiene como irse y usted se hace el desentendido?

A lo mejor ha escuchado cuando ha venido a la iglesia, la necesidad en sus hermanos y usted teniendo semilla de sobra en su granero se ha hecho oídos sordos y ha cerrado su corazón.

Ha habido ocasiones en que sus graneros financieramente han estado rebosantes de fruto y ha perdido la oportunidad de sembrar en el Reino. ¿Se ha de preguntar cuándo ha sido esto? Cuando no ha traído sus diezmos y ofrendas al alfolí. No sólo se pierde la oportunidad de sembrar una semilla en el Reino, sino que se niega a poner en practica el principio de la siembra y la cosecha.

Otras veces el pueblo no siembra la semilla de su diezmo porque se deja guiar por malos deseos ¿Cuántos han pensando? Yo no voy a hacer rico a un hombre. Cuando usted actúa así se le olvida que los bienes que usted posee no son suyos sino que a Dios le plació proveerle. Ese hombre se llama Pastor y es el instrumento que Dios usa para proveerle enseñanza y sabiduría de la palabra. Al igual que usted el tiene una familia, come y viste. Se le olvida que él tiene que proveer un lugar donde usted y yo podamos recibir refrigerio espiritual y que en este lugar hay gastos y esos gastos son suplidos con las cosechas de sus siembras.

Aparte, la Biblia dice que el que anuncia el evangelio, viva del evangelio 1ra. De Corintios “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”. Nunca deje que los malos deseos impidan que usted diezme y ofrende.

Cuando usted ofrenda y diezma de continuo y con gozo logra sembrar semillas que producen alimento en su vida y en la de su prójimo

Aprenda a sembrar. Siempre tiempo, siembre frutos dignos de arrepentimiento.

Aprende a esperar. Dios tiene un calendario para cada semilla que sembramos y muchas veces su calendario no va de acuerdo al nuestro. Lo rápido de nuestra cosecha no es lo importante, lo importante es saber que nuestra cosecha está basada en la provisión de Dios y recogeremos los frutos en el perfecto tiempo de Dios.

Aprenda a cosechar. A Como sembramos es como cosechamos. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará, 8 porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Gálatas 6:7-9

La cosecha depende qué tipo de productos pusimos y en qué tierra…

La Cosecha que recibiremos será de acuerdo a nuestra obediencia a los principios de la Palabra de Dios.

Escuche esto: El diablo nunca más le avergonzará ni le pisoteará y nunca más le oprimirá si usted sigue estos principios.

“ Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.” San Juan 15:7

MILAGROS SOBRENATURALES, GENTE SEA SANA, SEA LIBERADA, SEAN PAGADAS LAS DEUDAS, KE SE SUELTEN LOS CREDITOS, KE ESTRENAN CASAS Y CARROS Y QUE HAYA RESTAURACION

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