La Bolsa De Plata
Enviado por ferbal • 28 de Abril de 2013 • 525 Palabras (3 Páginas) • 308 Visitas
Este es el cuento de un hombre muy pobre. Su señora trabajaba y se esforzaba mucho: lavaba, buscaba leña, ¡qué no hacía! El hombre pasaba la vida sentado, muy tranquilo, sin hacer nada, ni el menor esfuerzo por ganarse un peso.
- Ya estoy cansada de esto –le dijo un día su mujer.
- Qué le vamos a hacer –contestó el hombre-. Para qué vamos a trabajar. Si Dios nos quiere dar, que nos dé. Somos hijos de Dios y Él nos va a cuidar.
- ¿Cómo nos va a dar sin trabajar? –dijo la señora.
- Eso no lo puede decir usted –dijo el hombre. Si Dios quiere darme, me va a dar.
Un día el hombre agarró el hacha y se fue a cortar un chacal, un arbusto muy grande.
La mujer, muy contenta, pensó que él había estado considerando lo que hablaron y se había decidido a trabajar.
Cuando estaba por empezar a hachar, el hombre vio una bolsa tirada al pie del árbol. Abrió la bolsa y se la encontró llena de monedas de plata. Inmediatamente se volvió a su casa y le contó a su mujer lo que había pasado.
- ¿Y dónde está la bolsa? –preguntó ella-. La habrás traído…
- No, cómo la voy a traer. Si Dios quiere que sea para mí, que la traiga acá –dijo el hombre, que era muy creyente.
- Vamos, viejo, vamos ya mismo a buscarla. ¿Cómo pretendes que te la traiga hasta acá? Si no te animas, busco al compadre para que me ayude a traerla.
Y dicho y hecho, se fue a buscar al compadre, arreglaron dividir la plata entre los dos y se pusieron en camino. Cuando llegaron la chacal, la bolsa estaba, pero en vez de monedas de plata estaba llena de culebras.
- ¿Qué porquería! Su marido es un mentiroso –dijo el compadre-. Yo lo voy a fastidiar, para que aprenda.
Como pudo arrastró la bolsa y a la noche fue y la puso en la cabecera del hombre creyente, que dormía muy tranquilo.
Cuando amaneció, el hombre se despertó, encontró la bolsa y estaba otra vez llena de plata.
- Te lo dije, mujer. Si Dios quiere, la va a traer –dijo el hombre.
Y con esa bolsa de plata fueron ricos. Por eso es bueno creer en Dios y si él nos quiere dar, donde quiera que estemos lo hará.
Los araucanos o mapuches fueron temibles guerreros, los últimos indígenas de América en ser controlados por el así llamado hombre blanco, ya avanzado el siglo XX. Hoy están confinados a ciertas zonas de la Patagonia en Argentina y Chile.
Esta historia, cuyo original fue tomado en 1992 de boca de un narrador mapuche, expresa el sincretismo cultural que combina elementos
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