La Grandeza De Servir

SERVIR ES SOLO CUESTION DE AMOR

No existe una excusa valedera para no servir, si tenemos en cuenta que el servir no está limitado por nuestras posibilidades físicas, económicas y mucho menos por nuestras creencias. Y sobre todo si todos estamos llamados sin excepción alguna a servir, a ayudar de alguna forma, Y más aún si hay infinitas formas de donar o de prestar un servicio.

Para nuestro querido sacerdote Rafael García Herreros el servicio es aportar, ayudar, amar al hombre, y a través de él a Dios, y que no nos permitir que vallamos a la cama tranquilos, habiendo pasado por la calle, o habiendo doblado la esquina. Mirando indiferentes el sufrimiento y la pobreza de muchos, para nuestro sacerdote es clave, llevar a Jesucristo en nuestro corazón y a través de ese amor infinito por él, servir.

Cambiar a Colombia tal vez para muchos resulta imposible, o un sueño, y sobre todo muy ambicioso. Para la organización del minuto de Dios es algo muy fácil de lograr; y no es precisamente con las promesas de un político, o de un milagro. Para nuestra iglesia es más sencillo que eso, y pienso que es un camino muy acertado. Cambiar de forma de actuar, de pensar, y sobre actuar, si es posible que en medio de este mundo, y las cualidades majestuosas que tenemos; tanto físicas, como intelectuales y espirituales, aun no caemos en cuenta que cambiar nuestro pueblo, nuestra ciudad y o nuestra nación es tarea de cada persona. Esperanzarnos o peor aún quejarnos y mucho menos sentarnos a criticar y esperar.

La solución es actuar, pero actuar desde nuestro corazón, y muchos pueden preguntarnos cómo es eso, como es lograr cambiar una nación o un mundo, que ante los ojos humanos está dañada, está manchado, está sucio y está perdido.

Resulta un poco loco para mucho pensar en la idea de que yo, el, o todos podemos cambiar el mundo, o también muchos otros dirán que importa lo que yo haga, no se notara el granito que yo ponga, ante tantas necesidades que tiene este mundo, que puede hacer una sola persona ante tanta desigualdad, ante tanta pobreza, ante tanto sufrimiento.

Pero si por el contrario pensamos en cuanto estoy dejando de hacer con el simple hecho de cambiar la dirección mi mirada, cuando veo el sufrimiento, cuando veo injusticia, cuando pierdo el tiempo en casa, cuando estoy ansioso y escribo en Facebook lo aburrido que estoy porque no tengo nada que hacer. Hoy me doy cuenta de la mentira tan grande que he dicho, y siento vergüenza, porque simplemente hay demasiado por hacer. Pero eso pasa porque para mi vida y para mi desarrollo como persona no está incluido el servicio. Por el contrario si el servicio fuera parte de mi vida, yo siempre diría tengo tanto por hacer que necesito ayuda.

Puedo servirle al hombre de tantas formas, que no hay ni por un segundo, la posibilidad de excusarse en como lo hare, si yo no tengo dinero, o ninguno puede decir es que no sé cómo, Creo que el primer paso es trabajar arduamente para conocer al verdadero Dios. Ese que nos grita que está en cada uno de nosotros. Si, en el mendigo, en el que esta tirado en la calle, al ladrón o

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