La Iglesia, La Esposa De Cristo

La Iglesia la Esposa de Cristo

El Nuevo Testamento usa muchas figuras retóricas en su enseñanza acerca de la iglesia. Comparando a la iglesia con cosas que ya conocemos, la Biblia muestra el significado e importancia de la iglesia. En Efesios 5:22-32, Pablo compara la relación del esposo y la esposa con la relación entre Cristo y la iglesia. Este pasaje enfatiza algunas verdades importantes.

Primero, los cristianos están casados con Cristo. Cuando nosotros llegamos a morir a la ley del pecado y morimos, nos unimos (nos casamos) a Cristo. “Así también, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que se unan (se casen, KJV) a otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios (Romanos 7:4)”.

Segundo, como un marido, Cristo ama a su iglesia. Usando el ejemplo de esposos y esposas, Pablo escribió,

También Cristo amó a la iglesia y se dio a si mismo por ella; para santificarla y habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, no teniendo mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa e intachable (Efesios 5:25-27).

Tercero, como esposo, Cristo es la cabeza de la iglesia. “Por que el esposo es la cabeza de la esposa y Cristo es también la cabeza de la iglesia, “siendo” el mismo el salvador del cuerpo (Efesios 5:23)”.

Cuarto, la iglesia está sujeta a Cristo, la cabeza. “La esposas, (estén sujetas) a sus propios maridos, así como al Señor. Así como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las esposas lo estén a sus maridos en todo (Efesios 5:24)”.

Quinto, Cristo y la iglesia unidas como uno. “. . . Porque somos miembros de su cuerpo. Por ello el hombre dejará a su padre y su madre uniéndose a su esposa; y los dos llegarán a ser una carne. Este misterio es grande: Sin embargo hablo respecto a Cristo y la iglesia (Efesios 5:30-32)”.

Sexto, la esposa de Cristo es la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial. “miré una ciudad santa, la nueva Jerusalén, descender del cielo de Dios, lista como una esposa arreglada para su marido (Apocalipsis 21:2).

Finalmente, como uno, Cristo y la iglesia actúan juntos para llamarnos al hogar: “Y el Espíritu y la esposa dicen, Ven. Y el que oye diga, ven. Y el que está sediento, venga y el que quiera, tome del agua de vida gratuitamente (Apocalipsis 22:17).

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