Limites En El Matrimonio
CENATION29 de Noviembre de 2012
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Los limites y su conyugue
El matrimonio tiene como uno de sus objetivos dejar la separación y convertirse en uno, en vez de dos. Los matrimonios fracasan más por límites frágiles que por ningún otro motivo.
¿Esto es tuyo, mio, o nuestro?
El matrimonio refleja la relación que Cristo tiene con su novia, la iglesia. Hay algunas cosas que solo Cristo puede hacer, hay otras que solo la iglesia puede hacer, y hay otras que hacen juntos. Los límites pueden ser confusos en lo que atañe a la personalidad, los elementos del alma que cada persona posee y puede compartir, si lo desea, con el otro. El problema surge cuando uno invade la personalidad del otro, cuando traspasa una línea e intenta controlar los sentimientos, las actitudes, las conductas, las opciones, y los valores del otro. Intentar controlarlas es violar los límites ajenos, y a la larga, fracasará. Nuestra relación con Cristo, y cualquier otra relación de éxito se basa en la libertad.
Sentimientos
Uno de los elementos más importantes para desarrollar la intimidad entre dos personas es la capacidad de cada una de aceptar la responsabilidad de sus respectivos sentimientos. Los sentimientos también sirven para alertamos de que debemos hacer algo. Por ejemplo, si uno está enojado con alguien por algo que hizo esa persona, su responsabilidad es decirle a esa persona que usted está enojado con ella y explicarle el porqué. No enfrentarse al dolor o al enojo puede matar una relación.
Deseos
Cada cónyuge debe asumir la responsabilidad por este otro elemento dela persona: los deseos. El matrimonio consiste en eso: en solucionar los deseos conflictivos. Los problemas surgen cuando hacemos a otra persona responsable de nuestras necesidades y deseos, y cuando la culpamos de nuestras desilusiones.
Limites a lo que puedo dar
Los problemas surgen cuando culpamos a otro por nuestra carencia de límites. Uno de los cónyuges muchas veces hará más de lo qué desea hacer y luego estará resentido con el otro porque no se lo impidió. La clave es que no podemos atribuir a otra persona la responsabilidad de nuestros límites; son nuestra responsabilidad. Solo nosotros sabemos lo que podemos y queremos dar, y solo nosotros tenemos la responsabilidad de rehusamos.
Las leyes de los límites en el matrimonio
La ley de la siembra y la cosecha
En varias oportunidades un cónyuge puede estar fuera de control y puede no sufrir las consecuencias de su conducta. Se requieren consecuencias naturales para solucionar estos problemas. Estos cónyuges necesitan dejar que sus respectivos cónyuges sufran las consecuencias de sus actos.
Ejemplo: Un amigo mío decidió dejar que su mujer sufriera las consecuencias de su impuntualidad crónica. Le había peleado y peleado a su mujer sobre sus llegadas tarde, sin ningún resultado, finalmente reconoció que no la podía cambiar; solo podía cambiar su reacción. Cansado de sufrir las consecuencias de su conducta, decidió pasárselas a ella. Una noche habían hecho planes para un banquete y él no deseaba llegar tarde. Con anticipación le dijo que quería llegar en hora y que si no estaba lista a las seis en punto de la tarde se iría sin ella. Ella se demoró, y él se fue. Cuando llegó a su casa esa noche ella le gritó: « ¿Cómo pudiste irte sin mí?» Él le hizo saber que fue su tardanza la que le hizo perder el banquete y que estaba entristecido de haber tenido que ir solo, pero que no había querido perder la cena. Después de otros incidentes similares ella se dio cuenta que su tardanza la afectaba a ella y no a él, y cambió. Estas medidas no son manipuladoras, como el otro cónyuge las calificará. Las consecuencias naturales caen sobre los hombros del responsable.
La ley de la responsabilidad
Las personas que ponen límites manifiestan dominio propio
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