Los Casilleros Atomizados

posterior constitución de la sociedad civil en la segunda mitad del siglo en pro de nuevas prácticas sociales, impulsadas por los actores mismos que se caracterizaban por ya ser una masa proletaria, quiero destacar como primer indicio a la sociedad de socorros mutuos y sus posteriores ramificaciones como las sociedades mancomunales, filarmónicas, clubes sociales que emanaron a mediados del siglo XIX como un gran agente movilizador de los obreros de Chile.

Entonces, para comprender este fenómeno en el siglo XIX debiéramos entender los procesos de cocción de las variantes y problemáticas sociales, políticas y económicas, así como también culturales -que se venían preparando durante todo la etapa colonial- para que esta forma de interpelación con el Estado surgiera y pregonara como lo hizo a finales del siglo XIX y durante todo el siglo XIX. Es obra entonces, a mi parecer de tres siglos caracterizados por sistemáticos despojos hacia los pueblos indígenas, negros, mestizos, y durante las décadas del siglo diecinueve a la clase floreciente del proletariado cada vez más grueso, etc., vale decir, que existe un proceso de maduración por parte de la clase colonizada y luego chilenizada que venía tomando forma desde los tiempos coloniales en la que se vio comprometido el bajo pueblo para su pronta interpelación en sus más expresivas manifestaciones. Olvera nos habla de una sociedad civil que posee diferentes rasgos distintivos, es decir, que no es reductible a un solo modelo sino varios. En este sentido la sociedad civil no ocupa un espacio predeterminado; no es un “lugar” central, ni superior del orden social, sino un ámbito que, en su perpetuo dinamismo, cambia de manera constante su entorno y fronteras, conforme se transforma la relación de tensión entre los subsistemas sociales” (Olvera; 1999; Pág. 58.). Además de otras características notables que poseen estas llamadas sociedades civiles, radican las que al no depender directamente del sistema político (en parte porque podríamos destacar que para que las solicitudes o interpelaciones se lleven a cabo deben pasar por la aprobación del gobierno a cargo), los principios o movimientos por los cuales la sociedad civil se orienta están consientes que no pueden transformar ni ordenar las piezas del Estado ni las corrientes “hegemónicas de la dinámica mercantil” (Olvera; 1999. Pág. 56). Sin embargo, me pregunto si es posible conferir la calidad de sociedad civil a los oligarcas criollos en el proceso de independencia, vale decir, en el momento en que se debilita la fuerza omnipresente de la corona con la toma de prisionero del rey de España y con el automático aparecimiento de las juntas de gobiernos provisionales que luego tuvieron como horizonte la continuidad de los caracteres del reino o si bien, los impulsos necesarios para la absoluta desvinculación de la corona. Entonces nos resulta imposible no preguntarnos si ¿se les puede llamar sociedad civil cuando una vez independizados los oligarcas criollos de Chile cuando tuvieron el control en sus manos de sus maniobras las cuales utilizaron para hacer emerger un Estado y configurarlo como a ellos les pareciera, sin dejar de lado obviamente las pugnas que surgieron para llevar a cabo el proceso de construcción del Estado y con ello del Estado-nación? Si bien, una de las definiciones de sociedad civil que deja Olvera tiene que ver específicamente con “un espacio social plural constitutivo de una forma de vida y de un potencial crítico en relación al Estado y al mercado” (Overa; 1999. Pág.) y está es la cuestión que nos bastaría sujetar,

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