Margarita Diomira Crispi

Superiora 1: Hermana debido a que ya has realizado tus votos, es tiempo de enviarte a Italia.

Superiora 2: A nuestro instituto en Parma.

Margarita: Gracias hermanas por la oportunidad.

Narrador: Sor Margarita Diomira llegó al Colegio parmense de Santa Cecilia.

(Margarita entra al colegio y se encuentra a una hermana que la recibe)

Margarita: Buenos días Hermana, soy Sor Margarita y me encuentro a su disposición.

Hermana parmense: Muy buenos días Sor, me siento dichosa de tenerla con nosotras. La hermana María de la Cruz la ayudará.

(Aparece la hermana María de la Cruz)

María de la Cruz: Acompáñame hermana, te enseñará el aula en donde recibirás prácticas para convertirte en maestra. Lo cual me temo que tardará un poco.

Margarita: No hay problema hermana, estoy dispuesta a dedicar todo mi tiempo a convertirme en maestra. Gracias por todo.

María de la Cruz: No hay de qué hermana.

Narrador: Luego de dos años de práctica se le asignó el título de maestra y tres años después obtuvo también el diploma de habilitación para enseñar francés.

(Aula de Clases vacía, solo se encuentran Margarita y la Hermana María de la Cruz)

Margarita: Oh hermana me siento dichosa de poder servir a los demás pero lastimosamente me he distraído de la preparación espiritual para lograr mi profesión perpetua.

Maria de la Cruz: Eso suele suceder Margarita pero tranquila que ya llegará el momento de confirmar definitivamente tu consagración a Dios.

Margarita: Eso es lo que más deseo.

Narrador: Pasados cuatro años Margarita emitió sus votos perpetuos.

Margarita: Gracias Dios por este regalo, me entregaré a ti con todo el corazón. Me dedicaré al servicio comunitario educando a los más necesitados, pongo estos planes en tus manos Señor.

Narrador: Luego de dos años, Sor Margarita asumió varios cargos.

(Las superioras están sentadas hablando entre sí)

Superiora 1: Creo que es tiempo de darle el puesto de directora de la escuela a la hermana Margarita.

Superiora 2: Ella ha demostrado una gran entrega, me parece una buena idea.

Superiora 3: Siento que ella se merece un poco más.

Superiora 2: No creo que sea tiempo de que se convierta en Superiora hermana.

Superiora 3: No superiora, sino colaboradora de alguna de nosotras.

Superiora 1: Excelente idea, me parece que ya tenemos todo resuelto entonces.

(Aula de Clases vacía, solo se encuentran Margarita y la Hermana María de la Cruz)

Margarita: Hermana estoy tan alegre con la noticia de que podré difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús junto a la superiora.

Maria de la Cruz: No sabes lo feliz que me hace verte tan alegre, esta es una gran oportunidad Margarita.

Margarita: Gracias hermana. He estado pensando, creo que comenzaré en el colegio y la comunidad.

Narrador: Tal y como había dicho promovió la consagración de sus hermanas, de las alumnas y las familias que frecuentaban la escuela. Y se puso en contacto con el Obispo de Parma.

Obispo: Sor Margarita, que gusto verla.

Margarita: El gusto es mío Obispo.

Obispo: Sor, me da alegría decirle que tiene el permiso de difundir en toda la Diócesis la devoción al Sagrado Corazón.

Margarita: Muchas gracias padre, gracias por su colaboración.

Obispo: Bueno, no hay tiempo que perder. Manos a la obra.

Narrador: Con el apoyo que le daba el Obispo, Margarita promovió la consagración al Sagrado Corazón de los sacerdotes y las familias de Parma.

Aquí comienza toda la sucesión de actos maravillosos que realizó para hacer que se amara el Corazón de Jesús.

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