Misterios Del Reino
camilu77218 de Diciembre de 2011
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LOS MISTERIOS DEL REINO DE LOS CIELOS
EN LAS PARÁBOLAS DEL SEÑOR JESUCRISTO
(01) El misterio del Reino de Dios. 2
(02) Capítulos del Reino. 14
(03) Sojuzgad la Tierra. 23
(04) La sal de la tierra. 37
(05) La Luz del mundo. 47
(06) Una ciudad asentada sobre un monte. 56
(07) El buen samaritano. 65
(08) El amigo importuno. 76
(09) El rico insensato. 83
(10) La puerta estrecha. 91
(11) El cimiento. 101
(12) El fruto. 110
(13) Obreros a la mies. 123
(14) La señal de Jonás. 131
(15) El Sembrador. 143
(16) El crecimiento de la semilla. 156
(17) El trigo y la cizaña. 168
(18) La semilla de mostaza. 179
(19) La levadura. 190
(20) El tesoro escondido. 201
(21) La perla de gran precio. 212
(22) La red. 222
(23) El escriba discipulado. 231
(24) La levadura de los fariseos, saduceos y herodianos. 241
(25) Los siervos vigilantes. 252
(26) El siervo fiel o infiel. 265
(27) Las cien ovejas. 277
(28) Las diez dracmas. 290
(29) El hijo pródigo. 299
(30) Los dos deudores. 309
(31) Los asientos reservados y los ágapes. 323
(32) Los convidados. 333
(33) Los obreros de la viña. 343
(34) La higuera estéril. 349
(35) El ecónomo inicuo. 355
(36) El deber del siervo. 367
(37) Los dos hijos. 373
(38) Los labradores malvados. 383
(39) La viuda y el juez injusto. 394
(40) El fariseo y el publicano. 403
(41) El mosquito y el camello. 412
(42) Lo de adentro y lo de afuera. 425
(43) Las diez minas. 434
(44) La Vid verdadera. 447
(45) El redil y el Pastor. 460
(46) Como ladrón en la noche. 470
(47) Las diez vírgenes. 485
(48) Los talentos. 493
(49) El señor y sus siervos.
(50) La mujer que está de parto.
EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS (1)
Administradores de los misterios de Dios
Hermanos, con la ayuda del Señor, vamos a iniciar una serie, si Dios lo permite así, continuarlo, sobre el misterio del reino de Dios, los misterios del reino de Dios, los misterios del reino de los cielos. Para hermanos que estuvieron en ocasiones anteriores donde tuvimos un inicio de este tema, les ruego que por favor tengan paciencia, porque hoy voy a repetir algunas cosas para los hermanos que no estuvieron y para los hermanos más nuevos.
Entonces, hermanos, quisiera que abriéramos inicialmente la palabra en el capítulo 4 de la primera epístola de Pablo a los Corintios. Quisiera llamarles la atención hacia algunas expresiones del apóstol Pablo por el Espíritu Santo que se refieren a algo muy específico que existe en la tierra en medio de la iglesia de parte de Dios. Dice 1 Corintios 4:1-2: “1Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”. Hermanos, por estos versos y por su contexto, nos damos cuenta que existe algo que la Biblia lo llama aquí por Pablo, la administración apostólica de los misterios de Dios. Con algunos hermanos en la escuela de la obra, en la localidad de Barrios Unidos, hace doce años, compartimos una serie sobre esto, y ya hay varios hermanos que están transcribiendo esta serie, y algunos incluso, se dispusieron a cooperar también en la transcripción de otros capítulos que faltan; de manera que esa serie, si Dios lo permite, va a quedar a disposición de los hermanos. No vamos a entrar ahora en la consideración general de todos los misterios de Dios, sino específicamente en el que acabamos de mencionar al inicio, el misterio del reino de Dios, pero es necesario enmarcar el misterio del reino de Dios dentro del contexto general de la administración apostólica de los misterios de Dios.
Lo mismo es el misterio principal
Los misterios de Dios son mencionados en la Biblia con esa expresión clara, y cada uno de ellos debe ser administrado a la iglesia; cada uno de nosotros debe recibir la administración de cada uno de estos misterios. Dios por su gracia nos haga dignos de estas cosas. Esos misterios aparecen en la Biblia, primeramente, como el misterio de Dios mismo. Apocalipsis 10:7 dice que en los días de la voz del séptimo ángel, se consumará el misterio de Dios; se refiere a un ángel del cielo, los de las siete trompetas; lo digo a propósito porque algunos han dicho que esos ángeles son ciertos personajes humanos, no son ángeles de Dios, celestiales. “En los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas” (Ap. 10:7). De manera que lo que los siervos y profetas de Dios estuvieron tratando, era acerca del misterio de Dios mismo. Dios mismo es el misterio principal; todos los demás misterios son misterios subsidiarios, todos los demás sirven para ayudar a conocer a Dios mismo, pues todo trata y revela a Dios. Entonces por eso en la Biblia se habla en singular y en plural del misterio y los misterios de Dios. En singular, como lo hemos mencionado en Apocalipsis 10:7, el misterio de Dios será consumado; es decir, la consumación de todos los misterios es mostrar claramente a Dios y compartir a Dios; Dios quiere revelarse plenamente y darse plenamente, entonces por eso todas las cosas tienen que ver con Dios. No hay nada que exista que no tenga que ver con Dios y que no tenga que mostrar algo de Dios; por eso Dios es el centro de todas las cosas. Él es el alfa, la omega, el camino, el sustento, la última realidad que le da realización a todo; pero también como hemos leído aquí en 1 Corintios 4, la Palabra ya no habla sólo en singular, sino en plural, de los misterios de Dios; quiere decir que el misterio de Dios al consumarse tiene varios capítulos o varias partes, y por eso el misterio de Dios en singular puede hablarse en plural: los misterios de Dios, es decir que el misterio de Dios tiene capítulos, tiene partes.
Panorámica de los misterios de Dios
La Biblia nos habla en primer lugar del misterio de Dios: Cristo, lo dice en Colosenses 2:2. Reina Valera tradujo de una manera parafraseada: El misterio de Dios el Padre y de Cristo, pero en el griego lo dice más simplificado: El misterio de Dios, Cristo; como quien dice, Dios es conocido por medio de Jesucristo; por eso el Señor Jesús dijo: Padre, les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún; y esa es la vida eterna, que conozcamos al único Dios verdadero y a Jesucristo a quien Él ha enviado (cfr. Juan 17:3,26). Entonces por eso se habla en plural también, los misterios de Dios, el misterio de Dios, Cristo. La Palabra de Dios nos habla primeramente de Dios mismo, y quien revela perfectamente el ser de Dios, el carácter de Dios, es el propio Hijo de Dios, el Señor Jesús; esa es su función principal, revelar a Dios; todo lo que Él hace es por causa de lo que Él es; lo que Él hace se basa en lo que Él es; por lo que Él es, hace lo que hace.
La Palabra de Dios también nos habla del misterio de la voluntad de Dios. Dice en Efesios 1:9 que se nos ha dado a conocer el misterio de Su voluntad. Significa que Dios no sólo revela lo que Él es, sino también lo que Él quiere, Su propósito eterno, Sus objetivos, y lógicamente que para ayudar a esos objetivos se necesita todo un programa, unos pasos que Dios mismo da, el Hijo da, el Espíritu da, el pueblo de Dios da, y la creación pasa por ahí; de manera que existe un arreglo administrativo de Dios, y ese arreglo administrativo es lo que se llama en la Biblia: El misterio de la economía divina. Estamos solamente recordando esos capítulos de los misterios de Dios. El misterio de Dios, Cristo; el misterio de la voluntad divina; el misterio de la economía divina. Economía es una palabra que está en el griego y que ha sido traducida como administración, dispensación, mayordomía, comisión, edificación, pero la palabra en el griego es oikonomía, o sea, oiko, casa, nomos, norma, la ley de la casa, la norma del hogar, la administración del reino de Dios. Si hay una economía de Dios y un plan de Dios, existe un ecónomo de Dios primero, un ungido que es el que va a llevar adelante el programa de Dios; por eso se habla también en la Biblia del misterio de la piedad (cfr. 1 Timoteo 3:16), que nos habla que Dios fue manifestado en carne (ahí estaba el Señor Jesús), justificado en Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo y recibido arriba en gloria; ese es el misterio de la piedad. La palabra “piedad”, quiere decir, semejanza a Dios. ¿Cuál es el misterio de la piedad? El misterio de la semejanza a Dios, o sea, de la expresión de Dios, la encarnación, la vida divina expresada en una vida humana; ese es el ecónomo de Dios, el Cristo de Dios, el ungido para llevar adelante el programa de Dios. El misterio de Dios, Cristo; el misterio de la voluntad divina; el misterio de la economía divina y el misterio de la piedad.
Como existe el misterio de la piedad, existe también el misterio del evangelio (cfr. Efesios 6:19). En Efesios capítulo 6, el apóstol pedía que orásemos para que le fuese dada palabra para anunciar con denuedo el misterio del evangelio, que consiste en lo que hizo el Señor por nosotros; el evangelio es acerca del Hijo de Dios, acerca de Su muerte expiatoria, de Su resurrección,
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