PARABOLA DEL TESORO PERDIDO

En la película nos muestra que Don Bosco fue un sacerdote que enseñó con el ejemplo y con la palabra el amor con que cada uno debe servir fielmente al Señor, él siendo un venerable sacerdote vivió bastantes años en el Oratorio, primero como alumno y después como clérigo, que cuido y ayudo a muchos chicos en su proceso de crecimiento teniendo como ejemplo su madre cuidándolos de los peligros a que está expuesta su inexperta edad y acobijándolos con su cariño y devoción.

En referencia con la parábola, se presenta un hombre no muy rico que debió vender todo lo que poseía para así comprar un campo, que en este caso es Don Bosco vendiendo sus posesiones y deshaciéndose de lo que no le servía para obtener un lugar donde educar sus niños, y sin embargo vemos que con gran entusiasmo vendió todo lo que tenía para poder quedarse con su tesoro más anhelado, que en este caso son los niños. Toda renuncia es un buen negocio ante un hallazgo que llena el alma de gozo y alegría, como aquella satisfacción de saber que se ha ayudado a levantar un niño más en la sociedad, cuando realmente el agricultor no buscaba el tesoro, pero al encontrarlo pone todos los medios para tenerlo, como lo hizo Don Bosco; Algunos se preguntarán que porque no avisó al dueño del campo, o porque no optó por llevarse el tesoro, ó etc. Lo importante en este pasaje no es la legalidad o moralidad de la situación; sino que para el hombre valía la pena cualquier sacrificio con tal de poseerlo, como lo que hizo Don Bosco con su vida, renunció a subir y llegar lejos siendo obispo (como su compañero) con tal de cumplir su misión de ayudar al progreso de los jóvenes en su sociedad.

Y eso es lo que más vale de la película y la parábola, que tengamos la edad que tengamos, debemos aceptar y vivir la oferta de amor y misericordia que Dios nos hace personalmente en su querido Hijo Jesucristo que se ve simbolizado en otras personas que vemos como ángeles guardianes o visibles apareciendo en nuestras vidas para ayudar a la construcción de una sociedad nueva. Es aprender a utilizar y manejar las herramientas que las personas nos ponen en el camino, abriendo puertas y aceptando una mano amiga. No dejar atrás el amor, sacrificarse y renunciar a lo que sea necesario a partir de cambios para transformar jóvenes difíciles como fieras, en buenos cristianos como mansos corderos como lo hizo Don Bosco a lo largo de su vida, dedicando los 47 años de su sacerdocio por completo a educar la juventud con la ayuda de María Auxiliadora obteniendo que Jesucristo convirtiera y volviera buenos cristianos la centenares de miles de jóvenes.

La buena base de una sociedad como el Señor la desea es el cariño y amor hacia el prójimo, es la reciprocidad y la entrega a las personas aprovechando cada nueva oportunidad y aprendiendo de ella recordando siempre que el Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo que, al encontrarlo

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