Que pasaria si en la historia no hubiera revelación

¿Existiria historia sin revelación?

Podemos imaginarnos una historia sin revelación, una historia sin que haya un historiador. Porque como sabemos el hombre posee el don especial de comunicar sus pensamientos objetivándolos en el mundo y dotándolos de una forma relativamente sólida y permanente: en lo oral, en lo escrito, en lo monumental^[1]. Pero se hubiera dado lo anteriormente dicho sin la revelación. ¿Podria existir historia sin que Dios se halla dado a conocer?

Si nos ponemos a pensar y revisamos toda la historia de la salvación nos encontramos que Dios se ha dado a conocer a través de la experiencia histórica de su presencia y más aún realiza la salvación en la historia. La historia de Dios con su pueblo es una historia que habla^[2]. La revelación de Dios se inserta, pues, en el tiempo y la historia, más aún, la encarnación de Jesucristo tiene lugar en la “plenitud de los tiempos” (Ga 4,4). La verdad que Dios ha comunicado al hombre sobre si mismo y sobre su vida se inserta en el tiempo y en la historia3. La verdad expresada en la revelación de cristo no puede encerrarce en un restringido ambito territorial y cultural, si no que se abre a todo hombre y mujer que quiere acogerla como palabra definitivamente valida para dar sentido a la existencia.

La historia, pues, es para el pueblo de Dios un camino que hay que recorrer por entero, de forma que la verdad revelada se exprese en plenitud de sus contenidos gracias a la acción incesante del Espíritu santo (cf. Jn 16,13). Así pues, la historia la historia es el lugar donde podemos constatar la acción de Dios en favor de la humanidad^[3]. Es por ello que no puede haber historia sin revelación, las dos van de la mano, no podemos separar ha ambas desde un punto de vista cristiano. Si Dios no se hubiese revelado no existiria historia alguna porque el hombre para hacer historia necesita de un pasado. Lo histórico es el pasado en el presente^[4].

En conclusión la revelación introduce en la historia un punto de referencia del cual el hombre no puede prescindir, si quiere llegar a comprender el misterio de su existencia pero por otra parte, este conocimiento remite constantemente al misterio de Dios que la mente humana no puede agotar, sino solo recibir y acoger en la fe^[5]. Por lo tanto no podemos dejar de lado la revelación porque sin esta el hombre no puede hacer historia y para que haya historia se necesita de un pasado. La historia será trasmitida: oral, escrita y monumental. Dios habla, revela la salvación y la comunica a través de  “gestas”. La historia es reveladora^[6].

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