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¿Religión O Vida?


Enviado por   •  23 de Abril de 2015  •  635 Palabras (3 Páginas)  •  160 Visitas

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¿RELIGIÓN O VIDA?

Todos alguna vez hemos cuestionado nuestra existencia, y de algún modo todos llegamos a la conclusión de que ser religiosos no libera a nadie de la prisión nefasta de su mente, aun aquellos que validan que sus obras les hace más buenos en la medida en que más las sacan de donde piensan pueden existir, pero al final del camino tanto estos como los otros notan que todo esfuerzo se vuelve como polvo cuando en el interior se sigue sintiendo el mismo vacío devastador, ese que muerde en las mañanas y ruge por la noches, haciendo que el cuerpo enferme con una fiebre crónica signo de su convalecencia espiritual. Pero será la religión o hay algo más que pueda dar verdadera vida a los hombres? Veremos que dice Dios acerca de las obras del hombre bajo el sol y en segundo lugar conoceremos el Camino para obtener vida.

En primera instancia, la Biblia dice: «Vanidad de vanidades —dijo el Predicador—;

vanidad de vanidades, todo es vanidad.»

3 ¿Qué provecho obtiene el hombre

de todo el trabajo con que se afana debajo del sol? (Eclesiastés 1:1-3)

y luego menciona:

Miré luego todas las obras de mis manos y el trabajo que me tomé para hacerlas; y he aquí, todo es vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. (Eclesiastés 2:11)

No hay obra alguna en la cual halle provecho para ser salvo de la ira de Dios y de la soberbia de si mismo, del enemigo y del mundo que le hunde, nada fuera de Cristo:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)

Esto nos deja claro que no es por nuestros esfuerzos, no es por religiosidad, y que aun el mimo esfuerzo del trabajo en el mundo por sobrevivir es mera aflicción de espíritu. Se trata de recibir un don preciado que sólo proviene de Dios:

Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:

que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. (Romanos 10:8-13)

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