SOMOS SIERVOS DE DIOS

SOMOS SIERVOS DE DIOS

Veamos que significa el ser siervo: los que adoran y sirven al verdadero Dios como súbditos suyos, (Gn. 19:19; 1 S. 3:10; Ap. 1:1; 22:6), ‘He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera Israel ante las naciones, muchos llegarían a adorar al verdadero Dios, y por esto mismo se convertirían en sus "siervos". “Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye”, “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”. Tanto, Job, Samuel y Juan; se califican como siervos de Dios En la Biblia existe un sinnúmero de textos relacionados con el servicio de ser siervo.

La nación de Israel, es siervo de Dios, para y su comportamiento debe ser de, complacencia, beneficio de adoración a un solo Dios. Isaías ve a la nación desempeñando su papel en el marco de la relación de pacto con el Señor, particularmente con respecto al propósito de Dios, para el pueblo de Israel, como esclavos o siervos. “, Isaías 44:1,”Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí”. “A su "siervo" Jacob y a sus descendientes, los llevaría de nuevo a su propia tierra”. En su adoración serian ejemplo a los pueblos circundantes y mostrarían la grandeza de Dios, además, los liberaría de todo enemigo, les haría prosperar, les entregaría la tierra prometida. Sin embargo, fueron muchas las muestras del pueblo israelita, para cumplir con el pacto entre ellos y Dios y no lo acataron. Si leemos el libro de Jueces, vemos las incontables demostraciones de Dios para con ellos. Mientras estaban oprimidos por sus enemigos, clamaban a Jehová, una vez liberados, volvían a ser adoradores de otros dioses y ofrendaban a estos.

Los términos griegos usados en el Nuevo Testamento para designar al ministro cristiano son a este respecto altamente significativos. Diakonos; significa siervo, persona que ejecuta lo que otro manda; Dulos, esclavo significa en sumisión absoluta a la voluntad de un señor; Hyperetes se aplicaba al que remaban una nave y recibía ordenes de su patrón; Oikonos, administrador (Martinez, 1977). A esta posición se humillo, el Mesías y así también, los discípulos y los ministros de Dios.

El Mesías en persona se considera y se considera “siervo" de Jehová, ya que completaría la restauración espiritual y la redención de de la humanidad. Fue apartado como Hijo de Dios, para redimirnos y Dios mismo lo escogió, lo ofreció. Sirvió como siervo ungido. Jesús les hace saber a los discípulos, que ninguno es superior al otro y que solo Dios puede determinar, quien estará a la izquierda o la derecha. Según Cristo, dice, que El, vino a servir, y fue escogido, así también entre ellos, se determinara su lugar como siervos. Dios los apartara, para realzar su obra. Ninguno será mayor o menor, sino que todos deberán realizar la labor que le sea asignada.

Concluimos entonces y refiriéndonos al Ministerio, este será otorgado, de acuerdo a lo que Dios determine y decida. Este será dado teniendo en cuenta, nuestra vocación y cumplimento a los designios de Él. Tal vez el siervo más pequeño a ese serviremos. Mt 10:24 “El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor.” No porque estemos o sintamos que somos más preparados, tengamos la opinión positiva de otros, nos sintamos motivados; seamos los escogidos. Según sirvió Cristo que expió nuestros pecados, es

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