Soberania
Sharongn26 de Octubre de 2014
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La relación entre Estado y Soberanía
Mientras que el término Estado ha recibido diferentes definiciones a lo largo de la historia, Bodino diría que es un conjunto de familias y sus posesiones comunes gobernadas por un poder de mando según la razón cuando en Los seis libros de la República (1576) afirma que “República es un recto gobierno de varias familias, y de lo que les es común, con poder soberano”. Sólo con la aparición del Estado y la concentración de la soberanía en manos de un tercero que velara por los intereses de esas familias y que ejerce ese poder de manera ilimitada, únicamente subordinada a la ley de Dios y al derecho natural, se podría conseguir la felicidad.
Para Hobbes, tal y como hemos recogido literalmente en el párrafo inicialmente escrito, el Estado sería la entrega voluntaria por parte de la multitud, del poder para establecer un orden tanto interno como salvaguardarlos de las agresiones externas para conseguir el bien común, ya que el ser humano por sí mismo no sigue las leyes naturales y no sería posible alcanzar esta suerte de paz social. La manera por la que se haría entrega de esta soberanía sería mediante el uso de la figura contractual[1], que abrirá mediante esta mención la tradición contractualista para justificar o crear la relación entre Estado y soberanía, y que tendrá otra notable referencia en Rousseau y la aparición del Estado moderno, aunque en este caso, la soberanía residirá siempre en el pueblo que la cederá para que sea ejercida de forma mucho más limitada y separada en poderes independientes.
Con el inicio en ambos autores de la idea de Estado como término abstracto y tercero que ejerce el poder, aparece también la justificación de los poderes establecidos mediante la construcción ad hoc de la relación entre el Estado y la soberanía, por lo que la teoría que Bodin y Hobbes creen de ésta última, no será otra que la que lleve a avalar por qué debe concentrarse la misma en manos de una misma persona sin posibilidad de revisión.
Dirá el primero que “La soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una república[2]”, sin ninguna restricción de carácter temporal y además será ilimitada en concentración de poder y responsabilidad. Frente a quien lo ejerce, no existe posibilidad de apelación o revocación del mismo puesto que es su propietario y no se debe a ningún superior sino únicamente a la ley de Dios. El pueblo ha decidido entregar su poder de por vida y de forma absoluta al príncipe soberano quien se convierte en su nuevo propietario y poseedor para ejercerlo sin limitaciones. Sería una verdadera donación para que disponga totalmente sobre sus súbditos.
Sin embargo, como para Hobbes el Estado se constituye tras el pacto entre la multitud para conceder su soberanía a un tercero con el fin de conseguir seguridad, el origen de aquélla estaría en los súbditos que erigen mediante este acto de creación estatal al príncipe en su representante, aunque lo será de forma absoluta y permanente. “Los súbditos no pueden cambiar de forma de gobierno[3]” una vez ha sido instituido el Estado, ni puede ser enajenado. Además, será otorgado de forma absoluta ya que se le conferirá la capacidad de dictar leyes y juzgar conforme a ellas, y no podrá serle arrebatado de modo alguno, ya que quien lo hiciera estaría contraviniendo el pacto realizado con sus semejantes. Esta forma de Estado originado mediante acuerdo del pueblo sería por institución o político frente al construido por la fuerza natural o adquisición.
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