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Sublime Gracia


Enviado por   •  24 de Junio de 2014  •  457 Palabras (2 Páginas)  •  241 Visitas

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William Wilberforce nació el 24 de agosto de 1759 en Hull, condado de Yorkshire. Hijo de un rico mercader, huérfano a los 17 años, se traslado con sus tíos en Londres.

En 1776, el joven Wilberforce, estudiando en el St John´s College de Cambridge, entabló una profunda amistad con William Pitt, que habría de ser Primer Ministro de Gran Bretaña durante 20 años. Pitt nunca fue un hombre especialmente moral: Wilberforce sería su conciencia en muchas ocasiones, como reconoció el propio Pitt.

Poco interesado en los negocios familiares, Wilberforce decidió dedicarse a la política desde muy joven. Con tan solo 21 años, en septiembre de 1780, fue elegido miembro del parlamento por Hull como independiente entre los Tories. Tres años después su amigo Pitt se convirtió en Primer Ministro.

Wilberforce veía en la política un instrumento reformar la sociedad a partir de los valores éticos y morales del evangelio. Wilberforce no era tanto un político que en su vida privada era cristiano, como un cristiano que quiso valerse de la acción política para servir a la sociedad.

Su campaña abolicionista no fue tarea fácil. La esclavitud no acababa de ser vista por la sociedad británica como algo intrínsicamente malo. Tampoco ayudaba nada la posibilidad de un conflicto armado con la Francia revolucionaria. Los británicos estaban más preocupados por la suerte de su patria tras lo ocurrido en el país vecino, que en la suerte de los esclavos.

Wilberforce no sólo combatió la esclavitud. Trabajó también a favor de las misiones cristianas británicas en la India y el continente africano y encabezó una campaña en contra del maltrato de los animales.

Aunque ya había sido abolido el tráfico de esclavos (su captura y comercio) no se habían liberado aquellos que ya tenían esta condición. El último discurso parlamentario de Wilberforce el 11 de junio del 1823 fue a favor de la total emancipación de los esclavos, lo que supondría la desaparición de la esclavitud en Gran Bretaña y sus colonias.

Su salud fue deteriorándose y a principios de 1825 renunció a su sillón en el parlamento. En los años que siguieron hasta su muerte continuó su labor a través de cartas a su amplísimo círculo de amistades, a las cuales animaba constantemente para lograr la total abolición de la esclavitud.

Tuvo tiempo de ver cómo el Acta de Abolición de la Esclavitud fue aprobada por la Cámara de los Comunes el 26 de julio de 1833. Tres días después entregó su alma a su Creador. Un mes después, ese Acta fue ratificada y los esclavos fueron por fin libre en el Imperio Británico.

No faltó quien quiso ver un paralelismo entre la muerte de Moisés y la de Wilberforce, producidas ambas justo antes de ver consumado aquello a lo que habían entregado lo mejor de sus vidas.

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