Tentaciones De Jesus

Los cristianos estamos siempre en un estado de guerra espiritual donde solo hay vencedores y víctimas. No hay tratado de paz firmado por el diablo y somos víctimas o vencedores. Dios quiere cristianos maduros capaces de ir hacia adelante batalla tras batalla y así poder afirmar como Pablo en 2ª de Timoteo 4:7: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. Satanás pide permiso a Dios para zarandearnos pero Dios tiene el control absoluto de nuestras vidas. Jesús fue tentado por el diablo justamente después de su bautismo en el Jordán por Juan Bautista. Veamos cómo afrontó estas tentaciones Jesucristo sin olvidarnos que lo hizo en la naturaleza humana y no como Dios.

Las 3 tentaciones que el diablo quiso traer a Jesús tenían que ver con Placer, Popularidad y Poder.

Al final de su ayuno, a los 40 días, fue cuando vino Satanás con la primera tentación. El diablo es un maestro manipulador para atacar en el momento más adecuado utilizando incluso a cristianos, amigos, familiares... Siempre que usted desee orar por la iglesia o por sus hermanos sepa que Satanás le atacará con toda su artillería porque no soporta la oración justa de un hijo de Dios.

La primera tentación tiene que ver con el placer. El comer todos sabemos que es un placer y mucho más cuando se tiene hambre y el diablo lo sabía muy bien cuando tentó a Jesús. La voluntad de la Trinidad era el ayuno que Jesús estaba haciendo en el desierto y Satanás quería dividir esta unidad. Tanto en la iglesia como en las familias el diablo siempre trata de causar división. El diablo quería que Jesús hiciese su propia voluntad (de Jesús) y no la del Padre y convertir las piedras en pan en vez de esperar y confiar en su Padre. Deuteronomio 8,3 fue la palabra que Jesús utilizó para responder al diablo cuando le pidió que convirtiese las piedras en pan: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". Lo que este versículo nos está indicando muy claramente es que no se puede vivir solo de alimentos sólidos para nuestro cuerpo, que la palabra de Dios es necesaria para que nuestro espíritu crezca y se perfeccione en Cristo. Gastamos mucho tiempo, energía, dinero y esfuerzo en alimentar nuestro cuerpo y muy poco para alimentarnos con la palabra de Dios? De nosotros depende ser una víctima o un vencedor.

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