Un Deseo en Nuestro Corazon

UN DESEO EN NUESTRO CORAZON

En muchas ocasiones más de alguno de nosotros hemos tenido una inquietud en nuestra vida. No sé si alguna vez has tenido el presentimiento de llegarle hablar a una persona sin motivo o razón, y que cuando le llegas hablar, si lo haces, ves que esa persona tenía un necesidad de llegar a desahogarse con alguien o también te ha pasado de llegar hacer algo y no saber ¿Qué es? O ¿Para qué? En la mayoría de estos casos es Dios que te llamado para realizar una acción, que es parte del propósito que Él te tiene preparado.

Y cuando Dios nos pone algo en el corazón hay que hacerlo, no es de pensarlo dos veces, solamente hay que creer, porque Él irá delante de ti. Cuando las cosas van en el rumbo que nosotros deseamos y todo va de maravilla es fácil que nos equivoquemos en pensar que somos muy hábiles y astutos; dejando a un lado a Dios, ya que Él llena de su inmensurable amor y sabiduría.

¿Cómo saber que nuestros deseos son parte de la voluntad de Dios?

Dios es por quien todas las cosas son hechas.

PRIMERO. Cuando algo nos sale mal y no es como nosotros pensamos, es cuando Dios nos da la pauta para reconocer que sin su aprobación nada puede ser posible; al reconocerlo es cuando somos parte del pensamiento de Dios y damos paso a que Dios ponga dentro de mí su deseo y su deseo se convierta en mí deseo – “… Él te concederá los deseos de tu corazón”.

Entonces podremos decir que “esa es la voluntad de Dios”, la voluntad de Dios solamente puede ser revelada a través del deseo. Es disfrutar en algo con la aprobación de Dios, afirmando que todo saldrá bien. –

Lo que menos desea el malvado es lo que más le sucede, en cambio al que es honrado se le cumplen sus deseos. Proverbios 10:24 (TLA)

SEGUNDO. Dios pone en nuestro corazón visiones o sueños positivos para avivar, motivar, desear y avisarnos que se lleve a cabo algo, sin embargo en ocasiones debemos de poner una cuota de paciencia.

Abraham esperó con paciencia, y Dios cumplió su promesa. Hebreos 6:15 (TLA)

TERCERO. Hay que guardar cuidadosamente nuestros corazones para evitar que el sueño o visión muera dentro de nosotros. Piensa en esto, el cementerio es donde se encuentran los sueños de todos aquellos que ya descansan. Muchos murieron sin realizar lo encomendado por Dios aquellos sueños que fueron puesto y forjados en sus mentes esperando que una puerta se abriera o que alguien viniera en su ayuda o quizá nunca se decidieron por realizarlo. Realiza tu sueño, el Señor caminará delante de ti.

Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Salmos 37:4 (TLA)

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