Agua y saneamiento el salvador

a.       ¿Es el acceso a los servicios de saneamiento uniforme en todas las regiones y ámbitos del país? ¿Qué factores explican las desigualdades que pueda haber?

b.      ¿Está el acceso a los servicios de saneamiento relacionado con la pertenencia a algún grupo económico – social sea por etnia, género, pobreza, etc.? ¿Qué factores explican las desigualdades que puedan haber?

c.       ¿Hay algún grupo(s) social(es), sea por etnia, género, pobreza, etc., que se vea(n) más afectado(s) por la carencia de los servicios de saneamiento? ¿qué factores explican las desigualdades que puedan haber?

b.      ¿Está el acceso a los servicios de saneamiento relacionado con la pertenencia a algún grupo económico – social sea por etnia, género, pobreza, etc.? ¿Qué factores explican las desigualdades que pueda haber?

Además de la baja disponibilidad del recurso agua, otro problema crítico con el recurso es la contaminación de los cuerpos de agua. El Salvador es el país de la región centroamericana con mayor densidad de población (300 habitantes por kilómetro cuadrado), la presión sobre los recursos naturales y sobre el agua en particular es enorme; se estima que el 90 % de los cuerpos de agua dulce superficiales, tienen alguna forma de contaminación, por causas de desechos y vertidos domésticos, industriales, agroindustriales, hospitalarios, etc. Los costos sociales reportan índices altos en muertes infantiles al año por contaminación de aguas. Los costos económicos son del orden de 1.2% a 1.7% del PIB (FUSADES), considerando a la población en general. Entonces, al igual que la cantidad del recurso, el acelerado deterioro de la calidad se constituye en otro punto de vulnerabilidad del subsector de abastecimiento de agua potable para la población. De hecho, la situación de escasez, los problemas originados por el deterioro de los cauces naturales con una secuela de inundaciones y avalanchas con ocasión de tormentas tropicales y huracanes, y la grave situación creada por la contaminación creciente del agua, exigen una legislación específica para el recurso, que defina su administración y su protección.

El país carece de una política nacional de agua. Las acciones que se realizan ante situaciones de desastres, al igual que la legislación existente, responden a respuestas aisladas para situaciones específicas. Es evidente la urgencia de adoptar e implementar una política nacional para la gestión del recurso hídrico, cuya falta ha sido uno de los factores que contribuyó a que el recurso cayese a la situación en la que actualmente se encuentra en el país.

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