Desarrolo De Aplicaciones Moviles Para Placas Y Tenencias

INSTITUTO TECNOLÓGICO SUPERIOR DE GUASAVE

INFORME FINAL DE RESIDENCIAS PROFESIONALES

“DESARROLLO DE APLICACIONES PARA TELÉFONOS INTELIGENTES PLACAS Y TENENCIA DENTRO DE LA EMPRESA: GOBIERNO DEL ESTADO DE SINALOA”

INGENIERÍA EN SISTEMAS COMPUTACIONALES

ALAMS MOISES VALDES ZUÑIGA NÚMERO DE CONTROL: 102501178

ASESOR EXTERNO: ASESOR INTERNO:

LIC. GERARDO BOJORQUEZ VALDEZ M.C RAUL LOREDO MEDINA

JEFE DE DIVISION DE INGENIERÍA EN INDUSTRIAS ALIMENTARIAS:

LUIS ANTONIO REYNA CAMACHO

GUASAVE, SINALOA. SEPTIEMBRE DEL 2014

Contenido

Introducción 1

Antecedentes de la empresa 2

Alcances y limitaciones 5

Objetivos 6

Justificación 7

Características del área en que participó 8

Problemas resueltos 9

Fundamentos teóricos 10

Procedimiento y descripción de las actividades realizadas 13

Resultados 15

Conclusiones y recomendaciones 16

Referencias bibliográficas y virtuales 17

Anexos 18

Introducción

Los dispositivos móviles hoy en día se han convertido lejos de un lujo en una necesidad, siendo así una herramienta muy útil para las actividades cotidianas del ser humano; es por ello que los dispositivos móviles han acaparado gran parte del mercado.

Si bien es cierto la tecnología ha tenido un gran avance en los últimos años, ya que desde un dispositivo móvil puedes realizar no solamente llamadas o enviar mensajes de texto sino también navegar a través de internet, hacer pagos en línea, checar tus estados de cuentas, saber la ubicación de algún lugar e inclusive la ubicación de él mismo en ese momento, entre muchas otras acciones.

En el presente proyecto de residencia profesional, el cual se llevará a cabo en GOBIERNO DEL ESTADO DE SINALOA (SUBSECRETARÍA DE DESARROLLO TECNOLÓGICO) que tiene como domicilio en Unidad Administrativa Insurgentes s/n, col. Centro, Culiacán Sinaloa; se realizó una aplicación móvil para que el usuario en este caso sinaloense pueda consultar el adeuda de su vehículo desde saber si pagara tenencia hasta el adeudo total que tiene el vehículo.

Antecedentes de la empresa

Hasta mediados de la década pasada, nuestro estado era de los de menor desarrollo en su sistema estatal de ciencia y tecnología. Carecía de normatividad adecuada, fondos de investigación importantes, bajo número de investigadores nacionales, escasos proyectos de investigación de calidad, pocas redes de colaboración científica nacional e internacional y débil vinculación de los centros universitarios y de investigación con las empresas y los programas sociales. Parte de la explicación del atraso secular de la economía sinaloense, respecto a estados vecinos y de otros con similares características, reside precisamente en la baja calidad de su sistema educativo y en la pobreza de su plataforma científica y de innovación en una época donde predomina la economía del conocimiento.

Las sociedades que han alcanzado los más altos niveles de desarrollo se distinguen por la aplicación de los conocimientos generados por la ciencia y la tecnología.

El conocimiento científico que nos explica el mundo en que vivimos cobra sentido para nuestra vida cotidiana cuando se transforma en tecnología que sirve para mejorar nuestros sistemas de producción de bienes y servicios y mejorar las condiciones de vida.

El desarrollo de nuestro estado y de nuestro país, a través de la producción de bienes y servicios, requiere que tengamos cada vez más ingenieros competentes en la ciencia, así como administradores y directivos de negocios con capacidad de entender la base científica y tecnológica de los nuevos procesos y productos con potencial de ser convertidos en innovaciones.

En 2004, se aprobó la Ley de Ciencia y Tecnología del Estado, que instituyó normas básicas, presentando una visión sistémica de la ciencia y la tecnología, creando varios subsistemas: el Sistema Estatal de Investigadores, el Sistema Estatal de Información y Documentación Científica Tecnológica, el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología y el Fondo Estatal de Ciencia y Tecnología. Por desgracia, las expectativas que generó su aprobación no se cumplieron a cabalidad. El Consejo Estatal de ciencia y Tecnología (CECyT) fue instituido en 2005 como una oficina de apoyo, sin que desplegara todas sus obligaciones por la falta de emisión del reglamento por el gobernador. Por esa circunstancia, nunca fue instalado el Consejo como órgano colegiado, con los representantes que establece la ley, y su conducción quedó a cargo de su titular. Al tenerse un Consejo sin fuerza legal, sirvió de conducto para aplicar algunos recursos insuficientes a la comunidad científica. Incluso, los fondos mixtos que Sinaloa acordó con el CONACYT fueron operados por instancias ajenas al CECyT.

En las dos décadas recientes, las instituciones que realizan investigación científica y tecnológica, así como las que se dedican a su fomento, promoción y apoyo, han crecido, mejorando la infraestructura disponible, incrementando las publicaciones en revistas especializadas de alto nivel, los estudiantes de posgrado graduados, así como los vínculos entre los agentes involucrados en la investigación científica y el desarrollo tecnológico, situación que se ha reflejado muy poco en la innovación, en cuyo potencial Sinaloa ocupa la posición 23 entre las entidades federativas del país. Es muy positivo que operen ya cuatro organismos locales dedicados al fomento y apoyo de la investigación científica, pero no lo es el hecho de que en conjunto destinen menos de 0.04% del presupuesto

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