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Microorganismos


Enviado por   •  3 de Abril de 2014  •  Ensayos  •  1.095 Palabras (5 Páginas)  •  187 Visitas

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Las circunstancias derivadas de la sucesión presidencial de 1920, en especial la decisión del presidente Carranza de imponer un sucesor civil contra las ambiciones del general Álvaro Obregón, se tradujeron desde temprano en un progresivo distanciamiento entre Adolfo de la Huerta y su antiguo jefe. Muy a su pesar, según lo diría aquél en repetidas ocasiones, asumió el papel que le correspondió en la liquidación del régimen carrancista y la construcción de uno nuevo, el de la llamada hegemonía sonorense. Puesto en el frente político de la revuelta iniciada en Agua Prieta, Sonora, y respaldado por un alzamiento militar encabezado por su amigo y colaborador Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta acabaría sucediendo a Carranza, para luego entregar el poder al general Álvaro Obregón.

Para la mayoría de los observadores del proceso, el círculo se cerraba de esta manera. Obregón, sin mayor trámite, era el cerebro de toda la operación y al fin veía realizados sus deseos de llegar a la presidencia. En esta interpretación, el papel de De la Huerta estaba limitado a ser el de una suerte de mandatario de transición, cuya figura disminuía en la medida en que su sucesor abarcaba el espacio político a partir de la cúspide del poder. Por lo demás, la oposición de don Venustiano a que Obregón llegase a la presidencia, la cerrada alianza sonorense en favor de este último, los preparativos de insurrección nacional ante un posible fracaso obregonista en las elecciones, con frecuencia pusieron al antiguo presidente municipal de Huatabampo en el centro de la rebelión de Agua Prieta.

El movimiento se inició, en efecto, teniendo el partidarismo del grupo Sonora en beneficio de Obregón como telón de fondo y culminando en su beneficio político. Y, sin embargo, a pesar de las circunstancias y de una idea asumida como definitiva por historiadores del periodo, no se conocen evidencias sólidas y contundentes de las maquinaciones de Obregón que den fundamento a una tesis conspirativa, en términos de haber sido él quien instigó la insurrección tras bambalinas. Tres circunstancias lo impedían: la precariedad de las comunicaciones en esos tiempos y su estricto control por el gobierno en contra de los opositores; la rapidez, por no decir precipitación, con que actuaron los sonorenses en rebelión, antes de que el ejército federal adquiriera alguna ventaja estratégica, y la misma situación personal de don Álvaro, que se encontraba solo y en los terrenos hostiles de la capital de la república.

El trabajo que presentamos, en consecuencia, tiene el propósito esencial de resaltar aspectos hasta ahora poco conocidos de la relevante actuación de Adolfo de la Huerta en oposición a verdades más o menos establecidas, en la crisis que culminó con el derrocamiento de Carranza y el encumbramiento del grupo sonorense en el poder nacional. En este orden, el trabajo es también un fragmento histórico de la dinámica política y personal de los cuatro personajes del periodo: De la Huerta, Carranza, Obregón y Calles, en 1920.

El ensayo que presentamos busca entonces reabrir el asunto a partir de la inclusión del testimonio mismo de De la Huerta y de una interpretación diferente de las circunstancias y actuaciones de los actores involucrados. Varias interrogantes lo motivan: la revuelta de Agua Prieta ¿fue inspirada por De la Huerta, Calles

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