582 Educación Especial (582)

Republica Bolivariana de Venezuela

Universidad Nacional Abierta

Área de Educación Especial

Dificultades del Aprendizajes (521)

Asignatura: Educación Especial (582)

Asesor: Participante:

San Francisco de Yare, Junio 2011.

DEFINICIÓN DE CONDUCTA

Entendemos por conducta al conjunto de comportamientos observables que producimos las personas; las acciones y reacciones a través de las cuales interactuamos con los demás y con el ambiente que nos rodea.

Desde un punto de vista más sistémico la conducta humana es un fenómeno en el que intervienen tres factores fundamentales (C. Mías 2000):

1. Factores biológicos: fisiología, anatomía y funcionalidad cerebral, genética…

2. Factores psicológicos: personalidad, experiencias vitales, actitudes, motivaciones, expectativas, conflictos…

3. Factores ambientales: familia, escuela, entorno social, recursos…

Por su relevancia en el ámbito educativo y su carácter modulador de las funciones cerebrales, del procesamiento de la información y de la experiencia, se destaca un cuarto factor:

4. Aprendizaje: habilidades y destrezas adquiridas, valores, normas y actitudes.

Por otra parte, la conducta de una persona ni se produce ni puede ser analizada en el vacío. Siempre ocurre en un contexto reactivo donde tan relevante es el comportamiento manifestado, como la reacción que produce.

Los problemas de comportamiento suelen desencadenar en el medio social reacciones muy rápidas y potentes que, dependiendo de su entidad y coherencia, mantienen, complican, acentúan… el comportamiento problemático o lo eliminan, mitigan... Consecuencia directa de ello es que la intervención sobre los comportamientos problemáticos no puede centrarse exclusivamente en la persona (alumno, joven…) que los produce, sino también, y muchas veces prioritariamente, en la(s) que responde(n) (docente, adulto…).

Necesidades básicas y finalidad de la conducta.

Todas las personas necesitamos satisfacer una serie de necesidades fundamentales: Amor, control, libertad y diversión (W. Glasser. 2000); fisiológicas, de seguridad, sociales, de reconocimiento y de auto-realización (A. Maslow. 1954)… si estas necesidades no son satisfechas mediante conductas e interacciones adecuadas, se buscará su logro mediante cualquier otra. Hacer que las personas satisfagan sus necesidades básicas, es, por lo tanto, una acción previa y con frecuencia más eficaz que las dirigidas hacia el comportamiento mostrado.

Toda conducta ya sea adecuada o inadecuada, ocurre porque tiene un propósito o una finalidad para la persona que lo realiza; la conducta problemática resulta, por lo tanto, útil a esa persona. Desde esta perspectiva se puede decir, que es un medio para conseguir aquello que se desea (atención, afecto, objetos…); así como también para evitar cosas que no se desean (malestar, dolor, aburrimiento, fracaso).

Las finalidades por lo tanto pueden ser lícitas, pero no la conducta emprendida para lograrlas.

Otra variable a considerar por su importancia en la génesis del comportamiento es el efecto o la incidencia de las consecuencias que acompañan a los problemas de conducta. La aplicación consciente y sistemática de estas consecuencias, es una de las herramientas más eficaces en el manejo del comportamiento. Las consecuencias cuando son positivas adoptan un papel reforzador, mientras que si son negativas para el sujeto, actuarán como castigo.

Las respuestas e intervenciones inadecuadas de los adultos ante una conducta problemática, en principio poco importante, hace que ésta aumente en frecuencia, intensidad y duración; a esta escalada la llamamos “efecto bola de nieve”. I. Orjales (1998).

Otro mecanismo que actúa como potente reforzador de las conductas son las cogniciones, atribuciones y expectativas que el adulto posee (e inevitablemente muestra) sobre los niños-jóvenes. Estas expectativas modulan el clima de relación interpersonal y condicionan el comportamiento y rendimiento de las personas. Es lo que se viene a llamar “la profecía auto-cumplida” o “efecto Pigmalión”.

En diferentes experiencias vivenciales en el ámbito educativo, se ha podido detectado que uno de los problemas de conducta más frecuentes, presentados por los educando en edad escolar es la mentira.

La mentira está relacionada con: Falsificar, adulterar, alterar, engañar, desdecir, faltar a la verdad, fingir, ocultar, confundir, falsear, la hipocresía, la falacia, la inexactitud, etc.

La verdad, que es la antítesis de la mentira, está relacionada con: La sinceridad, el dogma, la ortodoxia, la evidencia, la afirmación, etc.

Los motivos que llevan a los niños a optar por la mentira, engaño o trampa pueden ser muy variados y además pueden variar dependiendo de la edad y la situación.

Se considera que existen diferentes tipos de mentira en cuanto al significado de mentir y de acuerdo a lo esperado en el desarrollo.

La simple alteración de la verdad: El niño que rompo un plato insiste en que el no lo rompió. El que no hizo los deberes o no practicó la lección de piano, declara que lo hizo o lo practicó.

La exageración: El pequeño elogio de la maestra se convierte, cuando lo cuenta el elogiado, en una calurosa alabanza. La fuerza muscular del padre, sus ingresos mensuales o su influencia crecen desmesuradamente en las conversaciones con los compañeros.

Las fabulas: El niño vuelve a su casa excitado y describe un incendio o un accidente de automóvil que no han sucedido. O relata a sus amigos viajes de vacaciones o aventuras que no realizo.

Las invenciones: Un niño se aparta de su camino; Cuando lo mandan por la tarde a casa de la abuela o a la escuela, prefiere vagar por la calle. Vuelve a su casa y le preguntan lo que hizo en la escuela o en casa de la abuela; como no lo sabe, suple su desconocimiento con detalles inventados.

Falsas acusaciones: El niño derrama la leche y hecha la culpa al gato, a la sirvienta o a la hermana; Aquí por lo menos el hecho de que se derramo

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