7 Mitos De La Democracia

Los Mitos de la Democracia – Mito 7

1. Decidir “democráticamente” es consensuar las decisiones. Estas decisiones crean conflictos y problemas ya que cada grupo desea superponer su deseo sobre el deseo de los demás grupos. Según el autor, para resolver el problema, debemos dejar que las personas tomen sus propias decisiones y asuman la responsabilidad de las consecuencias. No estoy del todo de acuerdo con esto. Si bien es cierto, esto reduciría grandemente el problema, para que resuelva de todo el dilema debería existir también un nivel muy alto de tolerancia entre la población, para que estas decisiones individuales no sean vistas como amenazas por grupos conservadores.

2. Según el autor: “No se pueden satisfacer deseos incompatibles” y si “dejamos decidir a la gente que hacer con su cuerpo, mente y dinero, muchos problemas políticos desaparecerían como por arte de magia”. Podemos dejar que cada quien decida que hacer consigo mismo, pero el dilema estaría en que aun tendríamos que tener plataformas institucionales para los servicios más básicos (agua, luz, carreteras, etc). El problema de esto radica en que los recursos siempre son limitados. Para que las sociedades avancen, necesitan siempre una plataforma institucional, y aquí ya se crearían problemas por los recursos limitados, ya que cada grupo tendría una idea de cómo manejar mejor dichos recursos.

3. Una consecuencia del sistema democrático es que induce a las personas a crear grupos que entraran en conflicto con otros grupos. Esto es totalmente cierto: las personas siempre desearan que sus problemas o necesidades sean favorecidas, sobre las necesidades o deseos de los demás, y normalmente son incompatibles, no puedes favorecer a grupos incompatibles al mismo tiempo. El problema está cuando la democracia escoge favorecer al grupo que le puede ayudar a mantenerse en el gobierno (ya sea los grupos de poder, o las masas de votantes), ya que esto produce gobiernos represores en unos casos, y gobiernos paternalistas en otros casos.

4. Los hombres no valoran los derechos sino los privilegios. La gente no valora tanto que le mantengan sus derechos o los derechos de los demás grupos, lo que verdaderamente quieren es sentirse poderosos, o que gozan de privilegios que los demás ciudadanos no tienen. No les importa que todos tengan los mismos derechos, si pueden ganar algo extra lo tomarán y decidirán que ese sistema es “bueno”, y no pensaran dos veces en los otros grupos.

5. La democracia ofrece un modo conveniente de trasladar la responsabilidad a otros. Debido a que es una decisión consensuada, al final no es responsabilidad de nadie y si algo sale mal, simplemente puedes decir que no fue tu decisión o que eso fue lo que eligió la mayoría, pero tú no.

6. La solidaridad obligatoria es una contradicción, la solidaridad implica acción voluntaria. Nunca proponen

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