A PROPÓSITO DE "EL JUGADOR"

A PROPÓSITO DE “EL JUGADOR”

“El dinero lo necesito para mí y no me considero como un apéndice obligado del capital” (1)

En julio de 1865, en una situación económica precaria y con el peso encima de tener que mantener a la familia de su fallecido hermano Mijail, Dostoievski firmaría un contrato con Stellovski, cediéndole la exclusiva de sus obras publicadas y comprometiéndose a entregarle los primeros días de noviembre una novela inédita; meses después, el autor de “Humillados y ofendidos” ofrecería a otro editor el proyecto de la que vendría a ser una de sus más célebres y festejadas novelas; “Crimen y castigo”, y al igual que con el primer contrato recibía por este también un adelanto económico. En caso de no cumplir con alguno de los acuerdos se vería en la necesidad imperante de devolver el dinero y por lo tanto de colmarse nuevamente de problemas económicos. En octubre, a pocos días de cumplirse el plazo la novela entraba recién en una etapa germinal, es así que Dostoievski contrató los servicios de AnnnaSnítkina, una joven taquígrafa, y en poco menos de un mes dictó la novela completa a su colaboradora. Escrita en tiempo récord, la novela narra las travesías de AlexeiIvanovich por balnearios alemanes, en la que el amor masoquistoide y las tendencias ludópatas se erigen a primera impresión como sus temas recurrentes. Llamada inicialmente Ruletemburgo, fue publicada con el nombre que posteriormente lo inmortalizaría: “El jugador”.

La novela es una preocupación constante por los cambios suscitados en la nueva Europa burguesa del siglo XIX. La clase dominante instaurada en el poder trae consigo su aberrante ideología, donde la desvalorización de lo humano y el utilitarismo se erigen como base de la emergente sociedad capitalista. El producto de esta sociedad está en el prototipo de los franceses De Grillet y mademoiselleBlanche; groseros, petulantes, dilapidadores y plebeyos en grado sumo del dinero. Ahora bien, existe un contraste marcada entre dos sociedades antagónicas, por una parte la caduca sociedad feudalista representado porMíster Astley, el baron y la baronesa Wurmeshelem y la misma AntonidaVasilievna, que si bien atraídos por la cultura burguesa, se aferran aún a sus concepciones feudalistas (algo que no sucede con el General, embelesado y destruido por la naciente sociedad) y menosprecian de forma alguna el afán burgués de acumular desenfrenadamente riquezas, al respecto Ivanovich opina: “el dinero es algo tan inferior al espíritu caballeresco, que casi da pena ocuparse de el” (2); y por otra parte, la occidentaliza sociedad burguesa, cuya esencia recae en la explotación del hombre por el hombre y cuya sed de riquezas lleva a pasos agigantados a una pronta deshumanización e insensibilización del hombre.

AlexeiIvanovich, preceptor, intelectual y el último mono de Rusia en

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