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ANÁLISIS FILOSÓFICO DE LA EUTANASIA


Enviado por   •  25 de Junio de 2015  •  2.413 Palabras (10 Páginas)  •  306 Visitas

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ANÁLISIS FILOSÓFICO DE LA EUTANASIA

ALUMNO: HONORIO LIRIÓN Henry

1. INTRODUCCIÓN

La eutanasia, contexto que hace referencia al “acto de acabar con la vida de una persona enferma, a petición suya o de un tercero, con el fin de minimizar el sufrimiento” (Nombela Cano et al. 2008, 2); y que hasta nuestros días genera gran controversia.

El tema elegido provoca sin duda un interés particular, puesto que no es habitual hablar a diario sobre la eutanasia, pero sin embargo es una realidad paradójica e innegable en nuestro mundo contemporáneo que no sólo atañe a la ciencia médica sino también a campos como la sociedad religiosa y política; por lo que se pretende esclarecer puntos de vista y posturas frente a este tema, ya que si bien no tenemos el derecho a quitarle la vida a nadie, pero tampoco tenemos el derecho de prohibir las decisiones tomadas libremente por una persona, y más aún, si no está dispuesto a seguir viviendo en condiciones tan deplorables; en tal sentido partiendo de la concepción de la libertad de decisión configurada como un derecho inherente de todo ser humano, se plantea la interrogante ¿Por qué no tomar una libre decisión, con respecto a nuestra muerte, sin restricción alguna a que esta no sea considerada como decisión propia tomada por seres autónomos que somos?.

El objetivo más relevante al que se pretende llegar con este trabajo es reflexionar desde una perspectiva filosófica sobre la eutanasia y; sus implicaciones éticas y jurídicas que sin duda constituyen un desafío para nuestra civilización; por tal razón intento avivar el sentido de comprensión sobre este delicado tema que, al margen de su sentido racional o no, pensemos en lo que siente el otro; intentemos colocarnos en el lugar de este, porque es el paciente el que padece de dolores y sufrimiento y no nosotros. Es cierto que es profundamente penoso dejar ir a este ser tan amado, pero es más penoso aun compartir nuestro egoísmo con este, prohibiéndole la suspensión de interminables dolores y pesadumbres, teniendo muy claro que podríamos cumplir con la última voluntad del paciente aunque sabiendo que está en su derecho como persona decidir tanto por su vida como por su muerte; eh aquí el dilema no sólo para los médicos y familiares, sino también para la sociedad y los Estados modernos.

Confiamos entonces que este trabajo contribuya a clarificar algunas ideas y conceptos, y que anime a los lectores a adoptar una postura firme y libre de complejos frente a este delicado tema.

2. ANÁLISIS FILOSÓFICO DE LA EUTANASIA

2.1. Análisis Ontológico

En la actualidad el entendimiento de la eutanasia podría darse en dos sentido en función de cómo se lleva a cabo ese acto voluntario de decidir, siendo por un lado la eutanasia activa que consiste en el acto deliberado por la cual se quita la vida a una persona, y por otro lado la eutanasia pasiva que radica en la inducción a la muerte mediante la supresión del tratamiento necesario para mantener la vida; pero el término eutanasia etimológicamente significa “buena muerte” y deriva de los vocablos griegos eu-bien y thanatos-muerte; su conceptualización a través de la historia se ha ido manifestando ya sea de modo incipiente o concreto, como se señala que “En algunos pueblos primitivos se practicó la eutanasia por motivos eugenésicos o económicos, abandonando o matando a enfermos, niños malformados o anormales y a ancianos. Los celtas mantenían la costumbre de matar a sus guerreros heridos de muerte. La práctica de la eutanasia por razones sociales se practicó en Grecia, Esparta, India Mesopotamia y otras civilizaciones antiguas” (Silva Alarcón 2007, 3). Así mismo cabe rescatar que Platón en su Libro III de la República manifiesta “Nadie puede pasar la vida en enfermedades y medicinas. Tú establecerás, oh Glaucón, una disciplina en el Estado y una jurisprudencia tales como nosotros la entendemos, limitándote a dar cuidados a los ciudadanos bien constituidos de alma y cuerpo. En cuanto a los que no son sanos corporalmente se les dejará morir” (Mifsud 1993, 339). En tal sentido cabe preguntarse qué es la muerte y el morir para el hombre; pues resulta un complejo a través de muchos siglos definirla de manera convincente ya que cada sector tiene su propia postura respecto a ella, aunque muchos pretenden consolarnos aduciendo su inevitabilidad, en este punto resulta interesante la reflexión del filósofo español Fernando Sabater sobre la muerte, para lo que citamos el siguiente segmento de uno de sus más recientes textos: “Desde el primer momento en que empezamos a vivir, ya estamos listos para morirnos. Como dice la sabiduría popular, nadie es tan joven que no pueda morir ni tan viejo que no pueda vivir un día más. Por muy sanos que nos encontremos, la asechanza de la muerte no nos abandona y no es raro morir por accidente o por crimen en perfecto estado de salud. Y es que ya lo señaló muy bien Montaigne: no morimos porque estemos enfermos sino porque estamos vivos. Pensándolo bien, siempre estamos a la misma distancia de la muerte. La diferencia importante no reside entre estar sano o enfermo, seguro o en peligro, sino entre estar vivo o muerto, es decir entre estar o no estar... aunque a veces no sea probable, la muerte siempre es posible”. (Soler Guerra 2013).

El hombre como persona humana posee perfecciones vivir, entender, querer, sonreír los cuales van a constituirse como necesidades inherentes para una calidad de vida; pero en el caso del paciente terminal, candidato a la eutanasia, obviamente no puede concebir esta perfección; mas le queda la vida pero en estas condiciones; vaya interrogante, que sin duda genera un amplio debate de que si la libertad de decisión o el decidir morir por voluntad propia o de terceros son ineludibles a estas alturas; pero tampoco es un derecho el seguir viviendo con sufrimiento y dolor.

2.2. Análisis Epistemológico

Obviando en un instante disyuntivas religiosas, sociales y políticas, es de suma relevancia considerar casos acontecidos de personas atrapados en el dolor; víctimas de las llamadas enfermedades terminales, con sólo el apoyo de meros calmantes médicos que se ve recluido en una unidad de cuidados intensivos, de la cual no se sabe si saldrán, donde su existencia está en la cuerda floja, donde puede existir una salida irreversible, donde la existencia dependerá en el futuro de medios extraordinarios, conectado a maquinas como el respirador artificial. Entonces ante este contexto no sería racional pensar en la eutanasia; desde mi punto

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