Anotare, ahora o nunca

Anotare, ahora o nunca.

Pase apropiado

Comienza la tarde, prevista de una mañana de discrepancias de estrategia en las que nosotros: yo y mis compañeros pondremos en tela de juicio nuestras habilidades y dotes para este rudo deporte.

Anotare, ahora o nunca, ya que es la oportunidad para demostrarme y demostrarle a mis compañeros que esto es lo que me gusta, que nací para esto.

Disfrutare cada momento, aprovechare cada momento en este lugar.

Ya en el punto establecido se aprecia en el rostro de mis compañeros sensaciones de nerviosismo, intriga, pensando únicamente en: lo que tenga que pasar, pasara y lo que tenga que ser, será.

Anotare, ahora o nunca, porque mi equipo confía en mí, porque me siento involucrado en el éxito del equipo, porque me siento comprometido con mis compañeros.

El pase apropiado de nuestro rival y falta de estrategia hacen que vayamos perdiendo y esto nos hace esforzarnos el doble.

Cada caída, empujón, pase, cambiaron la expresión de los rostros, ahora se respira aires de acción.

Cada pedazo de tela que refleja nuestro esfuerzo al cambiar de manera notoria su color claro a otro oscuro, producto del sudor producido por el esfuerzo que poníamos cada uno de los participantes de tan significativo partido.

Anotare, ahora o nunca, no debo pensar en otra cosa, seguiré y seguiré, insistiré e insistiré hasta encontrar el pase apropiado y anotar de una manera u otra, ya que esa es mi misión.

El tiempo corre como un atleta sin pies, el marcador indica uno a uno gracias al pase apropiado que mi compañero supo encontrar.

Pero, aun no eh cumplido mi misión, no bajare la guardia hasta cumplirla, no me daré por vencido, el dolor, el cansancio, la sed, la fatiga no existen en estos momentos; no existe nada, solo esas ganas de ganar y cumplir mi misión.

Anotare, ahora o nunca, son los últimos minutos, la última oportunidad para cumplir mi misión en el partido, la carrera comienza se asemeja a una manada de leones que corren por su presa la pelota, corren todos hacia el arco de nuestro rival, el polvo se levanta por cada pisada que damos, el tiempo corre mucho más rápido que nosotros. Cuando de pronto nos encontramos todos en el área, mi compañero levanta la mirada, me ve fijamente y patea.

Sé que así el me dijo que la responsabilidad del éxito del equipo ahora es mía, dentro de mi algo dice que es el pase apropiado, es la oportunidad para cumplir mi misión, me adelanto a todos, corro y salto sin pensarlo dos veces, recibo la masa de aire comprimido en una esfera de jebe con el pecho, no existe el dolor, el balón cae conmigo, la inercia me ayuda a encontrar el momento exacto y pateo.

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