Análisis del mercado laboral en Venezuela: desempleo, causas y posibles soluciones
carolinatoledo19 de Agosto de 2014
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INTRODUCCIÓN
El ambiente de trabajo permite al trabajador utilizar plenamente todo su potencial. Esto implica no solo una gestión responsable de los riesgos para la salud y la seguridad, sino también una posibilidad para el trabajador de desarrollarse y crecer hasta su máximo potencial. Es esencial mantener un equilibrio adecuado con relación al clima laboral, formación, estilo de gestión, así como asegurar una comunicación, unos comportamientos y unas actitudes de apoyo en la organización.
Muchas empresas dejan de ser productivas porque no fomentan un buen ambiente de trabajo o simplemente porque no involucran en este proceso a sus directivos y trabajadores por igual. Los nuevos empleados, suelen llegar con mucho entusiasmo y con ciertas expectativas sobre la empresa, sus actividades y sus 12compañeros de trabajo; sin embargo todo se viene abajo cuando no encuentran el clima organizacional adecuado para su desempeño profesional.
AUMENTÓ EL EMPLEO, DISMINUYÓ LA INFORMALIDAD
Entre 1999 y 2011 se crearon muchos empleos y la tasa de informalidad se redujo considerablemente, si se adopta el criterio de racionalidad productiva del INE. Durante los últimos trece años, la economía venezolana generó unos 3.650.000 empleos.
De acuerdo con los datos del INE, alrededor de 2.780.000 de esos empleos fueron formales. Entre los empleos formales, de cada cien puestos de trabajo generados 41 fueron creados por el Estado y 59 por la iniciativa privada. Además de los empleos formales, el sector informal de la economía incorporó cerca de 870.000 personas. En este sector se incluye principalmente trabajadores no calificados por cuenta propia (68,9 por ciento), empleados y obreros en empresas pequeñas (23 por ciento), patronos de microempresas (6,2 por ciento) y ayudantes familiares (1,9 por ciento).
CAMBIOS EN EL MERCADO LABORAL VENEZOLANO ENTRE 1999 Y 2011
• Desocupados -0,43
• Informales 0,87
• Ocupados formales públicos 1,13
• Ocupados formales privados 1,66
• Ocupada 3,65
• Inactiva 1,99
• Activa 3,22
• Población de 15 años y más 5,
El número de ocupados creció a una tasa anual de 2,7 por ciento, favorecido por un crecimiento económico similar (2,8 por ciento), aunque fue mucho mayor entre 2004 y 2008 (10,5 por ciento). También mejoró el subempleo: el porcentaje de personas ocupadas que laboran menos de medio tiempo (20 horas semanales) se redujo de 6,2 en el año 2000 a 5,1 por ciento en 2011. La tasa de desempleo mostró un patrón claramente cíclico, con subidas importantes en las recesiones (19981999, 20022003 y 20082009) y caídas considerables en el ciclo expansivo (20042008) auspiciado por la inversión pública y privada, y un clima de negocios favorable a la contratación. También se observaron caídas en el desempleo, aunque en menor medida, en los años 2001 y 2011. La duración del desempleo aumentó ligeramente de 9,3 meses en 1999 a casi 10 meses en 2011, en respuesta al crecimiento del desempleo de largo plazo (personas con más de un año sin empleo) que pasó de 15,1 por ciento de los desempleados en 1999 a 18 por ciento en 2011.
El porcentaje de desempleados que tardan menos de seis meses en conseguir un empleo no varió de forma significativa durante el período.
El número de personas inactivas aquellas que tenían capacidad para participar en el mercado laboral (de 15 a 64 años) pero decidieron voluntariamente no hacerlo aumentó en aproximadamente dos millones. El aumento del número de estudiantes permitió explicar el 51 por ciento de los inactivos, mientras que las personas en otra situación (principalmente pensionados y jubilados) representaron el 40 por ciento del incremento de la inactividad. Completan la cifra la variación del número de personas que se dedican a quehaceres del hogar y los incapacitados físicamente para trabajar.
PARTICIPACIÓN DE LAS GRANDES EMPRESAS EN EL EMPLEO DEL SECTOR PRIVADO, 1999-2011
Este resultado obedece, principalmente, al hecho de que desde 2003 los principales subsidios premian la escala pero no incentivan la inversión en capital, lo que induce una mayor contratación de personal. Por ejemplo, el acceso a divisas al tipo de cambio oficial y a las carteras de financiamiento subsidiado es otorgado principalmente a las empresas de gran tamaño. Un esquema de esta naturaleza debería premiar la inversión en capital. Sin embargo, la regulación vigente desde 2003 controles de precios y expropiaciones distorsiona la relación precio/retorno de los factores y desincentiva la inversión. Conviene recordar que la inversión en capital requiere plazos más largos e implica incurrir en costos hundidos; además, está expuesta a la política de expropiaciones, lo cual es equivalente a un impuesto al capital, cuya tasa efectiva se desconoce pero que, en un escenario extremo, podría alcanzar el ciento por ciento. De esta manera, las empresas grandes han decidido aumentar la producción mediante el empleo de un mayor número de trabajadores. Finalmente, la estructura de costos de las empresas grandes tiene una mayor capacidad para absorber los incrementos salariales decretados desde 2004. Por ejemplo, entre 2004 y 2010, el salario mínimo real creció a un promedio anual de 4,4 por ciento. Un incremento de esta magnitud afectará de forma más importante a las microempresas y a las empresas pequeñas: hasta 2004, mientras que los costos laborales suponían para la gran industria 8,95 por ciento de las ventas, para la pequeña industria ese porcentaje aumentaba a 14,67.
EMPLEOS POCO PRODUCTIVOS Y EN LOS SECTORES DE COMERCIO Y SERVICIOS
Los 3.650.000 empleos creados se concentraron en sectores de baja productividad, en ministerios y organismos adscritos al poder central y en empresas privadas grandes. La dinámica de creación de empleo presentó tres características.
1. Modificación de la composición sectorial. El empleo se desplazó hacia el sector no transable de la economía (no ¿Por qué la tasa de informalidad reportada por organizaciones internacionales es superior a la publicada por el Instituto nacional de Estadística?
Algunos organismos internacionales especializados en el tema laboral, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), han adoptado definiciones de informalidad diferentes de la seguida por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el caso de la OIT, el criterio de informalidad se basa en las características del empleo (presencia o ausencia de cobertura de normas de protección laboral). Según este criterio, la tasa de informalidad correspondiente al último dato publicado (2009) fue 47,4 por ciento, mientras que el publicado por el INE en ese año fue 44,1 por ciento. El último dato de la Cepal (2010) ubicaba la informalidad en 51,9 por ciento y el del INE en 44,3 por ciento. De acuerdo con estas mediciones, el sector informal venezolano tendría en sus filas entre 425.000 y 785.000 personas adicionales, y la creación de empleo formal sería inferior a la indicada por las autoridades venezolanas. La discrepancia entre el INE y los organismos internacionales se debe a que estos últimos identifican empleos informales en el Estado o en empresas formales privadas. Eexpuesto a la competencia internacional), una característica de las bonanzas petroleras. La mayor parte se dirigió hacia los servicios sociales, comunales y personales (donde se ubica casi el 85 por ciento de los empleados públicos), el comercio (en particular, el comercio minorista) y el transporte. Estas tres actividades generaron el 71 por ciento del empleo entre 1999 y 2011; su expansión económica, particularmente en comercio y transporte, estuvo vinculada con la apreciación del tipo de cambio y el crecimiento de las importaciones. La construcción aportó algo más del 12 por ciento de los nuevos puestos de trabajo, mientras que las instituciones financieras y los seguros generaron 6 por ciento. La industria manufacturera aportó el 5,4 por ciento y las actividades agrícolas y el sector de minas e hidrocarburos generaron conjuntamente 4,6 por ciento. La fracción restante (1 por ciento) se repartió entre una caída del empleo en el sector eléctrico y actividades no especificadas.
2. Dinámica del empleo público. El número absoluto de personas que trabajan en empresas del Estado prácticamente se duplicó en los últimos doce años, al pasar de 115.900 en el año 2000 a 223.300 en 2011, probablemente debido a la política de expropiaciones de sectores productivos privados.
Pero este incremento apenas explica el diez por ciento del crecimiento de la nómina estatal. El número de empleados públicos creció a una tasa anual de 4,6 por ciento (7,3 por ciento desde 2004) y pasó de poco más de 1.350.000 funcionarios en 1999 a cerca de 2.450.000 en el segundo semestre de 2011. La mayor parte del nuevo empleo creado por el
Estado se ha ubicado en los ministerios y organismos adscritos a la administración central; es decir, la centralización políticoadministrativa observada en los últimos años puede apreciarse también en el empleo. En particular, la ocupación se ha desplazado desde gobernaciones y alcaldías, cuya participación en el empleo estatal alcanzaba 36 por ciento en 1999 (24 por ciento en 2011), hacia los ministerios y organismos adscritos, que actualmente representan el 67 por ciento del empleo estatal (55 por ciento en el año 2000).
3. Dinámica del empleo por categoría ocupacional. La única categoría que aumentó su participación en el empleo fue la de trabajadores en condición de
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