Argumento de Hegel

En la lógica, vuelve más específicamente el argumento de Hegel.

Al aceptar que la lógica sea una ciencia del pensamiento en general -escribe Hegel-, se entiende con ello que este pensamiento constituye la pura forma de un conocimiento, que la lógica hace haz tracción de cualquier contenido y que el llamado segundo elemento, que pertenecerían a un conocimiento, es decir la materia, debe ser ofrecido trayéndolo de otra parte. De este modo, lógica como si esta materia fuera del todo independiente de ella, debería presentar sólo las condiciones formales del conocimiento verdadero, sin contener por sí misma la verdad real; y tampoco podría ser el camino para alcanzar la verdad real, justamente porque el elemento esencial de la verdad, esto es el contenido, de contraria fuera de ella.

Hegel determina el punto de enlace con Kant en la representación de la idea: “la crítica del juicio tiene de notable que Kant ha expresado con ella a la representación, el pensamiento de la idea. Pero la pereza del pensamiento, ya casi podría llamarse, por lo tocante a este altísima idea, una salida harto fácil en el concepto del deber ser, y mantiene la separación del concepto y la realidad contra la realización efectiva del objeto final”.

Lo importante es transformar el contenido de lo pensado, o sea una sustancia, en patrimonio del sujeto. Y, por tanto, en un sujeto. “Conocer -dirá Hegel en otra ocasión- significa anular la realidad exterior, ajena a la conciencia, y es entonces un retorno a la subjetividad en sí”. A esa altura, empieza a ponerse en claro una de las premisas de la lógica hegeliana: la relación entre conocido y reconocido.

Lo conocido, o sea el contenido de un pensamiento, una sustancia, “justamente por ser conocida, no eres reconocido”.

En la lógica, Hegel explicará que el sentido de esta relación es precisamente establecer los momentos generales del camino del reconocimiento a partir de lo conocido y, por tanto, el objetivo es esclarecer los nexos entre pensamiento científico y pensamiento natural. Si no se decís ver el contenido de lo conocido -ya pensado, sustancia- termina por atribuirle “valor seguro”.

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