Artículo Homofobia

Introducción

Homofobia, definido por la Real Academia Española como: aversión obsesiva hacia las personas homosexuales.

Intolerancia, racismo, discriminación, bullying son hechos de la vida diaria que afectan a un gran porcentaje de la población en nuestro país, ya sea por su apariencia, gustos, creencias u orígenes, entre muchas otras causas.

Siendo este un país multicultural y pluriétnico, donde la divergencia cultural se hace presente en todos los rincones de nuestra nación, debería haber una mayor tolerancia hacia las personas que no son como nosotros en algún aspecto. Pero tal parece que en México las personas están programadas para menospreciar y rechazar lo que es diferente a ellos, dando paso a un sinfín de conflictos sociales.

Uno de los grupos que sufre mayor discriminación en nuestro país es la comunidad lésbico/gay. A lo largo de la historia ha habido ciertas reservas y resentimientos hacia las personas con preferencias sexuales distintas a lo que se considera “lo normal”.

Esto tiene mucho que ver con la cultura que tenemos como nación, ya que en México se tiene la fuerte creencia de que el hombre debe ser muy macho y la mujer muy femenina y si no es así es mal visto ante la sociedad.

Según los estándares del CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) la homofobia es:

La discriminación por motivos de preferencia sexual, orientación sexual o identidad de género incluye toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en la orientación sexual o la identidad de género que tenga por objeto o por resultado la anulación o la disminución de la igualdad ante la ley o del reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Desarrollo del tema

La discriminación hacia las personas con orientaciones sexuales distintas ha sido amplia durante varios siglos, impulsada principalmente por la costumbre y las creencias religiosas (sin importar la institución religiosa), ya que se considera antinatural y, por lo tanto, maligno.

La igualdad entre las personas y el respeto a las garantías individuales de todos los seres humanos se ha venido impulsando no sólo a nivel nacional, sino internacional. En las últimas décadas se han promovido programas y legislaciones a favor de que a las personas con orientación sexual distinta se les tenga en la misma estima y con los mismos derechos que cualquier persona heterosexual. Sin embargo, aún nos falta sumar esfuerzos y tratar de lograr un cambio en la forma de pensar de las nuevas generaciones, que son las que podrían hacer una verdadera diferencia en un futuro no tan lejano.

México no es un país muy tolerante en cuanto a homosexualidad y la comunidad lésbico/gay es una de las más afectadas por la inmensa discriminación y el racismo que somos capaces de producir hacia cierto grupo de personas. Prueba de ello es lo publicado por la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México (ENADIS) 2010, que nos brinda los siguientes datos: una de cada dos personas lesbianas, homosexuales o bisexuales considera que el principal problema que enfrenta es la discriminación, seguida de la falta de aceptación y las críticas y burlas.

Por otro lado, las personas entrevistadas consideran que las entidades de las cuales se recibe una mayor intolerancia y discriminación son la policía, su congragación religiosa y el gobierno, en ese orden.

El pasado 29 de diciembre de 2009, se dio un gran avance en cuanto a la protección y resguardo de la igualdad que merecen como seres humanos las personas con orientación sexual diferente. A pesar de que fue muy criticado, bastante controversial y debatido, se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el decreto por el que se reforman diversas disposiciones del Código Civil para el Distrito Federal y del Código Civil de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, en los que se aprueba la celebración de los matrimonios homosexuales.

Una de las discusiones más arduas acerca de si debía o no permitirse a las parejas del mismo sexo casarse o no, es que la palabra matrimonio conlleva implícitamente una tradición milenaria, que data desde la época de los romanos, quienes fueron los que acuñaron el término y la institución como tal, con el objetivo de lograr la reproducción y procreación de nuevos ciudadanos romanos. Y desde la raíz etimológica Matris monium, que hace alusión a la madre (mater), que a su vez proviene de matr, que es matriz y monium que significa carga. Dadas estas circunstancias, a mucha gente se le hace ilógico que dos hombres o dos mujeres, que evidentemente no pueden procrear entre ellos, se les permita consagrarse en esta institución, siendo que no pueden cumplir con el objetivo con el que fue creado el matrimonio.

Tradicionalmente, el matrimonio ha sido la base fundamental sobre la que se sustenta la familia; sin embargo, en la actualidad existen numerosos modelos de familia no tradicional, que por cuestiones modernas han ido desgastando un tanto la institución como tal.

Nos parece claro que la decisión de cada quién, de constituir una familia con una pareja, ya sea del mismo o diferente sexo, constituye un derecho inalienable, personalísimo y que por tanto no puede ser afectado.

Con la actual definición de matrimonio, al hacer referencia a "la unión libre de dos personas", se amplía la posibilidad de que los matrimonios sean celebrados entre personas del mismo sexo (hombre-hombre o mujer-mujer); y se suprime como finalidad del matrimonio la de procrear hijos de manera libre, responsable e informada.

Por otro lado, al poderse contraer matrimonio entre estas parejas, se abre la posibilidad de que puedan adoptar a un menor de edad, lo cual ha levantado aún más críticas y controversias, y ha generado gran revuelo entre la población del Distrito Federal. Entre los argumentos en contra más sólidos se encuentran los intereses del niño:

La adopción es una medida de protección del niño privado de una familia y se basa en su interés superior, no en los deseos de los adultos, ante todo consiste en dar una familia a un niño y no un niño a una familia. En nuestro país todavía se enfrenta la falta de conocimiento sobre la adopción y sus implicaciones, por los que, el rechazo social y la estigmatización que pueden sufrir los niños es previsible.

Siendo esto así y tomando en cuenta todo lo que implica que un niño sea adoptado por una familia monosexual y con la poca aprobación de la comunidad para el buen desarrollo del menor, no se ve muy prometedora esta opción.

Para poder averiguar un poco más acerca de lo

...