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Una de las figuras más representativas en la cultura mexicana es la del charro


Enviado por   •  10 de Marzo de 2015  •  1.276 Palabras (6 Páginas)  •  318 Visitas

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Una de las figuras más representativas en la cultura mexicana es la del charro. Ese hombre a caballo que surgió durante la época colonial en lo que fue la Nueva España. Después de la conquista de los aztecas y otras etnias que habitaban el vasto territorio que hoy se conoce como México, comenzaron a surgir grandes haciendas y ranchos en donde los hombres comenzaron a dedicarse a la ganadería, fue así como nació la charrería

Cuando Cortés y sus hombres desembarcaron en México en 1519 provenientes de Cuba para explorar y extraer riquezas, trajeron consigo el equino que les serviría de medio de transporte y les daría una ventajosa posición en la lucha contra los indígenas. Éstos, al ver a esos hombres montados en esa bestia de cuatro patas, quedaron atónitos pues en sus vidas habían presenciado algo igual.

A pesar de que había legislaciones que restringían el uso y posesión de caballos a los indígenas y mestizos, cuando los españoles empezaron a apoderarse de las tierras que estaban vacantes o les quitaron a los indígenas fue cuando comenzaron a necesitar la mano de obra de los mexicanos y les enseñaron cómo montar y criar los caballos.

El establecimiento de las grandes haciendas ganaderas durante la época colonial en Nueva España, dio a lugar a que los propietario de grandes extensiones de tierra necesitaran de emplear una gran cantidad de peones ya fuesen temporales o permanentes en las faenas del campo que más tarde pasarían a dar origen a las suertes de la charrería. Para poder llevar a cabo dicha actividad, se inventaron los rodeos en el siglo XVI. Los primeros rodeos eran muy pequeños y limitados, pero posteriormente según se incrementó el número de reses, se hicieron de mayor tamaño y de igual manera se incrementó la participación de más jinetes, ya que el círculo era más amplio.

Los dueños de las haciendas comenzaron pues a organizar celebraciones en las cuales los charros y hasta ellos mismos mostraban sus habilidades ecuestres y competían con otros charros, he aquí cómo nacieron las primeras charreadas. El dueño de la hacienda invitaba a sus amigos, parientes y vecinos, que llegaban en ferrocarril, en coches tirados por magníficos animales o montados a caballos perfectamente enjaezados. Estas charreadas fueron también acompañadas por la música de la región, bailes y todo el folklore mexicano, convirtiéndose rápidamente en una de la festividades más atractivas entre el pueblo a pesar de su peligrosidad.

Durante la época de la independencia en México, el hombre a caballo jugó un papel muy importante, ya que no sólo luchó sino que también ayudó a mantener la paz. Durante la guerra independentista, los charros eran nombrados como “cuerudos” eran conocidos por su habilidad con el manejo de la reata para lazar “realistas” en la región del bajío”. Fue así como surgió esta personalidad del charro como hombre poderoso y aguerrido.

Con la llegada de la Revolución Mexicana, la charrería casi desaparece, ya que muchos de los hacendados perdieron sus tierras y se vieron obligados a emigrar a la ciudad, dando así lugar al surgimiento de la actual charrería. Con la llegada de los charros a la ciudad como consecuencia del nuevo orden que trajo el reparto agrario al pone fin a los grandes latifundios y haciendas, aquel sector convirtió sus actividades productivas tradicionales en sus deporte y una fiesta, reproduciendo así sus gustos y diversiones en el ámbito urbano. Fue entonces cuando se comenzaron a construir los lienzos charros creados especialmente para estas actividades en las urbes, también comenzó la institucionalización de los charros en las asociaciones para reglamentar y establecer los estatus de la charrería.

Las reglas de la charrería moderna fueron elaboradas por el último jefe de la guardia rural durante el gobierno de Huerta, don Carlos Rincón Gallardo y Romero de Terreros. En la institucionalización de la charrería tuvieron mucho que ver algunos presidentes de la república mexicana como Abelardo L. Rodríguez que promulgo la ley deportiva, en cuyo marco se asumió la charrería como deporte nacional, incorporándose a la Confederación Deportiva mexicana. Pascual Ortiz Rubio decretó que el traje de charro sería símbolo de la mexicanidad, lo que investía a quienes lo portaran con una especia de obligación de hacerlo con dignidad y honor. El reglamento de la competencia de la Federación Nacional de Charros contiene las normas deportivas para todas las asociaciones adheridas a ella. El reglamento se comprende de dos partes, en la primera parte se estipulan la relación con las competencias, también se reglamenta el comportamiento que deben de tener cada uno de los integrantes de los equipos que compiten, de sus capitanes. También en esta primera parte existe una reglamentación denominada “De presentación” en la que señala el objetivo fundamental de fomentar y conservar el atuendo clásico del jinete y su caballo, respetando las costumbres de la charrería en su más pura expresió. Describe las características de cada uno de los atuendos, asimismo marca los puntajes que se obtiene por portarlos correctamente, las infracciones por no llevarlo completo o en última instancia las descalificaciones.

En la segunda parte del reglamento se establece cómo se tienen que llevar a cabo cada uno de las competencias, las calificaciones que cada equipo recibirá por hacer bien o no las suertes. Las competencias charras comienzan con un desfile de los charros que participarán, las llamadas “adelitas” y las escaramuzas que le rendirán honor a la bandera mexicana dando un recorrido por el lienzo charro montados en sus corceles y después ejecutan las diferentes suertes en el orden establecido. Estas suertes también conocidas como “traveseadas” son las mismas faenas que hacían los charros en las labores del campo. “Las competencias de la charrería consiste en varias suertes: cola de caballo, pial (lazar las patas traseras del animal), coleadero, jineteo de yegua y toro, terna (tres charros lazan y derriban un toro), mangana (lazar las patas delanteras del animal) y paso de la muerte (saltar de un caballo a otro)”

La mujer también juega un papel muy importante dentro de la charrería. a mediados del siglo XX, se creó un espacio designado solamente para las mujeres, llamado la escaramuza. Inicialmente se designó la escaramuza para los niños, pero con el tiempo la llegada de más mujeres desplazó a éstos y lo que se llama “carrusel charro” pasó a ser una escaramuza: conjunto de ejercicios ecuestres que, a manera de carrusel, realizan al galope un grupo de niñas y muchachas vestidas de rancheras y montadas al estilo mujeril. La escaramuza le da un complemento estético a la fiesta charra, no sólo por la belleza de las mujer, sino porque en él también se demuestra la habilidad de ellas y su valor.

En resumen, la charrería es el más mexicano de los deportes, surgió y se desarrolló con el establecimiento de las haciendas ganaderas en la época del virreinato. Al existir tanto ganado en estado salvaje, se les permitió a los mestizos e indígenas montar los equinos que fueron traídos por los españoles. A causa de la revolución de 1910 desaparecieron los latifundios y con ellos a punto estuvo de hacerlo la charrería, pero gracias a que había hombres que traían sus raíces muy arraigadas se pudo preservar y hoy en día se practica más bien como un deporte. El hombre demuestra su hombría ejecutando cada una de las suertes charras y porta con orgullo el traje de charro mientras que la mujer es la que preserva las tradiciones, da un toque de estética y de apoyo a los competidores, conservándose así el espíritu de esta actividad símbolo de la mexicanidad.

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