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Características Nicolás Manuela Zarco


Enviado por   •  10 de Febrero de 2013  •  Informes  •  581 Palabras (3 Páginas)  •  495 Visitas

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Características Nicolás Manuela Zarco

¿Cómo es? Joven trigueño, poseía el tipo indígena bien marcado, por el color de su piel, era alto y esbelto. De formas hercúleas, bien proporcionado, y cuye fisonomía inteligente y benévola, predisponía desde luego en su favor. Tenía ojos negros y dulces, nariz aguileña, boca grande, provista de una dentadura blanca y brillante, sus labios gruesos. Joven de 20 años, blanca, ojos obscuros y vivaces, de boca encarnada y risueña, conservaba una hermosura fresca. Era un joven alto, bien proporcionado, de espaldas hercúleas, era de color blanco impuro, y sus ojos eran de un color azul claro y sus cabellos de un rubio pálido. Estaba cubierto regularmente de plata. Vestido como acostumbran los bandidos de la época, chaqueta de paño oscuro con bordados de plata, calzonera con doble hilera de chapetones de plata, unidos por cadenillas y agujetas del mismo metal; cubriese con un sombrero de lana oscura, de alas grandes y tendidas.

¿Cómo piensa? Pensaba de manera ambiciosa

¿Cómo actúa? vanidosa, rencorosa, presumida y pretenciosa

Analepsis “¡Oh, Pilar! No me haga usted esa pregunta, que lastima. ¿Cómo puede usted comparar el amor que hoy le manifiesto y que siento, con aquel afecto que tuve a aquella desgraciada? Aquel fue un sentimiento del que hoy tengo vergüenza. No se como puede engañarme tan miserablemente ni alcanzo a explicar a usted lo que me pasaba” (p.92)

“En cuanto a usted, Pilar ¿debo decirlo?, ni me atrevía a soñar siquiera en ser amado por usted; ya había comprendido cuan dichoso seria el hombre amado por usted; ya había levantado hasta usted mis ojos llenos de esperanza, pero los había vuelto a bajar con tristeza, pensando en que usted tampoco había de quererme”(p.93) “La hermosa joven , cuyo carácter parecía en armonía con el bandido, al ver pasar frente a sus ventanas a aquel cuerpo de gallardos jinetes, vistosos y brillantes, y al frente de ellos, montado en soberbio caballo y cargado de plata hasta el exceso, el joven y terrible bandido, cuyo nombre no había sonado en su oído sino con el acento del terror, se sintió atraída hacia el por un efecto que se mezclaban la simpatía, la codicia y la vanidad como un punzante y sabroso filtro.” (p.49) “El Zarco sentía que no había querido nunca ni había deseado a una mujer con aquella exaltación febril que experimento desde que comenzó a ver a Manuela, asomada a su ventana, desde que la oyó hablar, y más todavía desde que cruzó con ella las primeras palabras de amor” (p.47)

“¡La rama en que cantaba el tecolote!... ¡Bien lo decía yo!” (p.156)

Prolepsis “¡Hubiera querido expresarle con el ademán cuanto gozaba sabiendo que era amado por ella, y asegurarle que, en aquel momento un amor profundo y

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