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Caso Rpbin Hood


Enviado por   •  12 de Mayo de 2013  •  1.406 Palabras (6 Páginas)  •  470 Visitas

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Robin Hood1

A comienzos de la primavera del segundo año de su insurrección contra la tiranía del Alguacil, Robin Hood salió a pasear por el bosque de Sherwood. A medida que caminaba, se preguntaba acerca del progreso de la campaña, la disposición de sus fuerzas, los movimientos de su oposición, y las opciones que tenía frente a él.

La revuelta contra el Alguacil se inició como cruzada personal. Surgió del conflicto que tuvo el propio Robin Hood con el Alguacil y con su administración. Sin embargo, por sí solo no podía lograr mucho. Por consiguiente, buscó aliados, hombres que tuvieran quejas personales y un profundo sentido de la justicia. Así pudo formar un grupo cohesivo y disciplinado de unos veinte hombres.

El primer año se dedicó a convertir al grupo en una banda disciplinada – un grupo unido por su enemistad contra el Alguacil, deseoso de vivir fuera de la ley por el tiempo necesario para alcanzar sus metas. La banda estaba organizada de manera simple. Robin Hood era el jefe supremo y tomaba todas las decisiones importantes. Las tareas específicas se delegaban a sus lugartenientes. Will Scarlett estaba a cargo de conseguir información confidencial y efectuar reconocimientos. Su principal tarea era estar al tanto de los movimientos de los hombres del Alguacil. También recopilaba información sobre los planes de viajes de mercaderes ricos. El pequeño Juan mantenía la disciplina entre los hombres y se encargaba de que estos mantuvieran al máximo sus habilidades en el tiro de arco según lo exigía su profesión. Scarlock se encargaba de las finanzas, distribuía el botín en efectivo, y encontraba escondrijos adecuados para las ganancias excedentes. Finalmente, Mush, el hijo del molinero del pueblo, tenía la difícil tarea de aprovisionar a la banda que siempre estaba en aumento.

Después de un año de lucha con el fin de incrementar el tamaño del grupo empezó a aceptar a todos los que llegaban sin hacerles demasiadas preguntas. El creía para entonces que la fuerza estribaba en la cantidad.

El creciente tamaño de la pandilla era fuente de satisfacción para Robin Hood, pero también era causa de mucha inquietud. Se estaba extendiendo la fama de sus Hombres Alegres y los nuevos reclutas entraban a montones. Sin embargo, el número de hombres estaba empezando a sobrepasar la capacidad alimentaria del bosque. La caza se estaba volviendo escasa y el alimento se tenía que transportar en carretas desde aldeas lejanas. La pandilla siempre había acampado junta. Pero ahora lo que había sido un grupito se había convertido en un gran campamento que se podía detectar desde kilómetros de distancia. La disciplina se estaba volviendo cada vez más difícil de imponer. “¿Por qué?”, se preguntaba Robin Hood, “no conozco a la mitad de los individuos con quienes me encuentro en estos días”.

Mientras la pandilla se volvía más grande, su principal fuente de ingresos estaba en mengua. Los viajeros, especialmente los más ricos, dejaron de pasar cerca del bosque. Para ellos esto era costoso e inconveniente, aunque era preferible a que los hombres de Robin Hood les confiscarán todos sus bienes. Por lo tanto, Robin Hood estaba considerando cambiar su política anterior y aplicar una política de impuesto fijo de tránsito.

La idea encontró fuerte resistencia de parte de sus lugartenientes, quienes estaban orgullosos de la famosa consigna de los Hombres Alegres: “Robar a los ricos para dárselo a los pobres”. Ellos decían que los pobres y los lugareños eran su principal fuente de apoyo e información. Si se les despertaba su antagonismo debido a los impuestos de tránsito, dejarían a los Hombres Alegres a merced del Alguacil.

Robin Hood se preguntaba por cuánto tiempo más podrían mantener las costumbres y métodos de sus primeros días. El Alguacil se estaba volviendo más fuerte. Él tenía el dinero, los efectivos y las instalaciones. A la larga, desgastaría a Robin Hood y a sus hombres. Tarde o temprano, encontraría sus debilidades y los destruiría metódicamente. Robin Hood opinaba que él debía ponerle fin a la campaña. La pregunta era, ¿cómo se podía lograr esto?.

Robin Hood sabía que las oportunidades de matar o capturar al Alguacil eran remotas. Además, la muerte del Alguacil no cambiará el problema básico. Tampoco era probable que al Alguacil lo quitaran de su puesto. Él tenía amigos poderosos en la corte. Por otro lado, reflexionaba Robin Hood, si el distrito se encontraba en perpetuo estado de descontento, y no se cobraran impuestos, el Alguacil caería en desgracia. Pero pensándolo más, razonaba, el Alguacil podría taimadamente usar el descontento para obtener más refuerzos. El resultado dependía del estado de ánimo del regente, el Príncipe Juan. Se sabía que el Príncipe era malvado, de mal genio e imprevisible. Estaba obsesionado por su impopularidad entre los del pueblo, quienes querían que volviera el

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