Cerro Bolivar
111707222 de Febrero de 2015
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El Cerro Bolivar es una montaña venezolana cuya altura máxima toca los 780 metros. Esta se encuentra ubicado en el Estado Bolívar, cerca de la población de Ciudad Piar, a unos 77 km al sur de Ciudad Bolívar, capital del mismo estado. Este ha sido descrito como el lugar con «la concentración más rica del mineral de hierro en la superficie de la Tierra». Se estima que la mitad del cerro cosiste de minerales ferrosos de alta calidad (aproximadamente medio millón de toneladas).
El Cerro Bolívar se encuentra en explotación desde los años 50. En 1975 la operación minera fue nacionalizada bajo el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez. Entre 1997 y 2009 las actividades mineras fueron suspendidas; estas fueron retomadas en el 2009 cuando la concesión de explotación fue entregada a la compañía suiza Commodities and Minerals Ltd durante la presidencia de Hugo Chávez Frías.[1]
EL HIERRO METAL DE LAS ESTRELLAS
El descucubrimiento del hierro no tiene bases reales de inicio, ni situación , se deduce otros muchos , este fue un descubrimiento accidental. Lo mas seguro es que alguien juntó fuego para cocer los alimentos y fundió posiblemente un trozo de GANGA (Material Ferroso) que estaba cercano a las brasas y al cesar el fuego, entre las cenizas encontró un trozo uniforme de hierro fundido.
Este coincidencial hallazgo conllevo al hombre a continuar hurgando en pro de la utilización y dominio del referido metal. Fue descubriendo secretos del hierro y de allí que se evidencie su uso por los Hititas, antiguos pobladores de Anatolia, región fronteriza con Egipto.
Se presume que la cultura del hierro se origino en Nubia, ubicado entre Egipto y Etiopia o algún otro país del continente africano, donde el hierro meteorito (aerolitos que supuestamente caían del cielo o las estrellas) era utilizado para fabricar utensilios de uso domestico.
EL HIERRO EN AMERICA
En América se desconocía la existencia del hierro, el cual es introducido por los europeos, por lo tanto colonizadores ingleses obtienen el referido metal en el espacio de América que hoy día ocupa los Estados Unidos de Norteamérica, quienes utilizaron materia prima española.
Trabajaban en la colonia Jamestown desde el año 1624 y a orillas del río Falling Creck construyen hornos alimentados por carbón que no era otra cosa que las Forjas Catalanas.
Este descubrimiento conlleva a los Reyes de España a fomentar en sus territorios establecimientos mineros para la explotación del hierro mediante otorgamiento de concesiones y el suministro de recursos técnicos y humanos.
EL HIERRO EN VENEZUELA Y GUAYANA
Es para el año 1740 cuando en Venezuela se estimulan las explotaciones de las minas de hierro, las que sospechaban de su existencia en Guayana, por lo tanto los representantes de la Corona Española ofrecen a quienes se disponían explotarlas , mercurio para el tratamiento de los metales, plomo , arcilla , implementos propios de estas labores y hasta asesoría.
El verdadero génesis siderúrgico de América esta en Venezuela por razones políticas, de allí que capuchinos catalanes , utilizando sus forjas ancestrales como única tecnología conocida fuera de Europa se ven forzados a explotar las minas clandestinamente por las siguientes condiciones:
La prohibición expresa de los Reyes , quienes vedaban la explotación de hierro en los virreinatos de Méjico, Perú, Nueva Granada y La Plata, con la finalidad de proteger a la industria siderurgica española.
b) Por razones geopolítica, porque los barcos cargados de España solo arribaban al puerto de La Guaira , mientras que los demás que pertenecían a la Capitanía General de Venezuela, por su ubicación geográfica , quedaban fuera del suministro de mineral de hierro español, así como de alimentos y otros materiales.
HIERRO DE LA SERRANIA DE SANTA ROSA
El primer antecedente histórico de localización de un yacimiento de hierro en Venezuela se ubica en el año 1743 en la Serranía de Santa Rosa, al suroeste de Upata, donde los capuchinos montaron sus forjas catalanas.
No hay incentivación plural por el mineral de hierro, porque en toda América los europeos trataban de localizar a El Dorado, basado en la fabula de que existía un pueblo donde el cacique se cubría el cuerpo con oro y el lecho del río era del mismo metal.
HIERRO EN MANOA
(Primera Concesión otorgada en Venezuela)
El ejecutivo Federal de Venezuela otorga a Cyrennius Fitzgeraldt la primera concesión de 5.600.000 hectáreas para la explotación de mineral de hierro a orillas del río Corosino, en Manoa, Territorio Delta Amacuro, a 85 kilómetros del Océano Atlántico en el año 1883, para lo cual se organizó la empresa Orinoco Ore Company, quien envía a Baltimore, Estados Unidos de Norteamérica 700 toneladas del preciado mineral, el cual llega a su destino el 06 de Enero de 1901.
En la medida que las esperanzas se desvanecen en torno a Mito de El Dorado, los europeos desvían su atención hacia el hierro y es así como empiezan a confeccionar utensilios domésticos, instrumentos de labranza y armas de guerra.
UN FLORERO DE HIERRO
En la serranía del cerro El Florero existía una riqueza forestal de grandes magnitudes y como en la década de los años veinte los Estados Unidos demandaba la adquisión de balatá Don Toribio Vera y su hijo Arturo Vera González, quienes residían en Las Adjuntas de la vía que conduce de Caruachi a Upata, se dedicaban a la explotación del látex del árbol de Purguo para la producción del balata, el cual era utilizado para la confección de neumáticos para vehículos.
Cada día admiraban el brillo del terreno de la señalada serranía, por lo que decidieron llevarse unas piedras a su residencia y utilizarlas como topias (base) del fogón, pero se admiraron como las mismas adquirían color rojo al contactar con el fuego producido por la leña con la cual alimentaban dicha cocina campestre.
Esta experiencia se la narran a su amigo Simón Piñero, quien frecuentemente los visitaba y era empleado de Don Eduardo Boccardo, éste se entusiasma y se queda en la morada de los Vera para ir con ellos a la Serranía que estas personas habían bautizado con el nombre de El Florero, por la abundancia de las diversas especies de flores que lo adornaban.
Cuando Simón Piñero conoció al Cerro El Florero le llevo unas muestras del terreno a Don Eduardo Boccardo, quien frecuentemente fletaba la goleta La Gaviota para transportar ganado hasta el Puerto de Cienfuegos en Cuba, para la cual necesitaba lastre y al ver dicho material se interesó por él y se propuso organizar un viaje para Las Adjuntas.
Además de Simón Piñero, un buen día los Vera reciben la visita de un ciudadano italo-.norteamericano de apellido Plagucci, conocedor de la selva guayanesa y todo un experto en las explotaciones de oro y diamante, tomando en consideración que laboraba para una empresa que tenía sus oficinas principales en Caracas.
Eduardo Boccardo se entusiasmó con la noticia de Simón Piñero, por lo que cumplió con su propósito y organiza una expedición al cerro El Florero, integrado por los Vera, el Italiano Plagucci y Simón Piñero, sin sospechar que aquellas brillantes piedras contenían hierro del mas alto tenor localizado en la naturaleza, se incentiva y se propone llegar en automóvil hasta la parte mas cercana al cerro El Florero, pero el paso del río Caroni por Caruachi se interponía en sus propósitos, de allí que contratara a un personal especializado y manda a construir una balsa, que se considera que es el primer trasbordador de automóvil que boga por aguas del Caroni en el paso de Caruachi.
La expedición llega nuevamente al Cerro el Florero, toma varias piedras para lastre de la señalada goleta “La Gaviota” y en automóvil las trasladan a Ciudad Bolivar, entregándole Eduardo Boccardo unas muestras al Capitán de la goleta , un viejo genovés de apellido Fossa , para que las llevara a los laboratorios químicos LENOX en Nueva York a fin que las analizaran , quien confirma que se trata de mineral de hierro con 65% de Fé en estado natural.
Enterado Eduardo Boccardo de los análisis del mas prestigioso laboratorio químico de los Estados Unidos de Norteamérica, procede a formular los primeros denuncios mineros , por lo que el gobierno nacional otorga en el año 1926 mil quinientas hectáreas de terreno en el sector ocupado por el cerro El Florero, seccionadas en tres concesiones de quinientas hectáreas cada una , las que bautiza con los nombres de las carabelas en las que llego Cristóbal Colón a América, La Pinta, La Niña y La Santa María.
El siguiente año (1927) se suma al equipo de Eduardo Boccardo el italo-norteamericano Plagucci, una simbiósis de minero-aventurero, quien posteriormente viaja a Estados Unidos de Norteamérica para dar a conocer el gran tesoro ferrífero ubicado en la Guayana venezolana, donde le responden que “no puede existir en el mundo tanta riqueza sin que lo sepan lo norteamericanos”. Se devuelve Plagucci, pero no se desalienta, sinó que contrata a una pequeña empresa cinematográfica para hacer tomas de el Cerro El Florero y llevárselas nuevamente a los norteamericanos. Se reincorpora al grupo de Eduardo Boccardo, quien continua formulando denuncios mineros y obteniendo concesiones
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