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Como se da la Semiologia y Semiotica.

lourdes133Resumen22 de Febrero de 2018

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RESUMEN DEL DOCENTE:

La lengua es equiparable a la gramática y por eso es permanente, sus códigos son fijos para que todos puedan usarlos cuando entra en funcionamiento el habla –puesta en práctica de la Lengua-. El lingüista suizo Ferdinand de Saussure fue el padre de la Semiología como “ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social” que partía de la Lingüística, no escribió libros sino que su obra más famosa fue la recopilación de una serie de apuntes de las clases que dictó entre 1909 y 1912, y que fueron publicados en 1916, después de su muerte, bajo el título Curso de Lingüística general. Para Saussure: “la lengua es un sistema de signos… sólo que es el más importante de todos”. Si alguien no fuese capaz de “leer los signos”, es decir de interpretar las señales, los avisos y otros símbolos que regulan la vida social, ese individuo sería un “marginado comunicacional”: para vivir en este mundo y comprender lo que pasa, hay que usar signos y saber “leerlos”. Los signos, pues, tienen una función cultural, sirven para la comunicación humana. Son parte de la corriente vital de los grupos y de los pueblos, siguen los ritmos de los sentimientos sociales, de las ideas de una época o de las modas del momento. Leer quiere decir reconocer las cosas y saber su significado. Algunos estudiosos como el ruso Jurij Lotman, piensan que toda la vida social y cultural puede enfocarse (=ser leída) desde el punto de vista de la comunicación. Podemos entonces apreciar la utilidad de los signos, sirven para comprender la realidad que nos rodea, y son necesarios para comunicarse con los demás.

Todas las cosas que existen en el mundo significan algo, o sea, están hechas para alguna finalidad. Los objetos o cosas cuya finalidad o significado es “comunicar” se llaman “signos”. Un signo es cualquier cosa que está en lugar de otra y que sirve para significarla; hay cosas que no son signos, otras que en cambio están hechas para funcionar únicamente como signos, y para que un objeto cualquiera sea signo debe pasar a desempeñar una función comunicativa. Para que un signo cumpla su función de comunicar, exige la presencia de personas que lo entiendan e interpreten, en otras palabras, un signo está destinado a gente que lo comprenda. El italiano Umberto Eco en su libro Tratado de semiótica general explica que la semiótica –nombre occidental para la semiología- se ocupa de cualquier cosa que pueda CONSIDERARSE como signo, y signo es cualquier cosa que pueda comunicarse como substituto significante de cualquier otra cosa, esa cualquier otra cosa no debe necesariamente existir ni debe subsistir de hecho en el momento en que el signo represente. En ese sentido la semiótica es en principio, la disciplina que estudia todo lo que pueda usarse para mentir (…) Los signos existen porque alguien los hace y construye, todos tienen elementos comunes que son el objeto al cual se refiere el signo recibe el nombre de referente; el aspecto material del signo mismo y que siempre es percibido a través de los sentidos que se llama significante, y la “idea” que transmite el significante, es decir el concepto que se forma la persona que lee el signo, lo que se llama significado porque solo lo capta la mente. En los signos se encuentran el nivel de contenido, lo que dice el signo, aquello que transmite, la información o mensaje que da; y el nivel de la expresión, el “cómo se dice”, el modo de presentarlo, las diferentes maneras expresivas de comunicarlo. La polisemia es la característica de un signo al que corresponden varios significados, es siempre el contexto el que permite diferenciar unos significados de otros. El estadounidense Charles Sanders Peirce pasó a la historia como el científico lingüista creador de la “Semiótica”, la ciencia que estudia los signos, escribiendo sobre Lógica simbólica en una revista de matemáticas dirigida por su padre, pero de suma importancia son sus trabajos científicos sobre los signos a pesar de ser poco conocidos por su difícil y complicado lenguaje. Sus obras dispersas en numerosos escritos comenzaron a publicarse en 1931, además es de Peirce la frase para explicar el signo que dice “El signo está en lugar de algo, su objeto. Está en lugar de ese objeto en algunos aspectos”. Entre los tipos de signos están los naturales como el humo, los gestos del rostro y del cuerpo, signos físicos de las personas en donde el ligamen entre significante y significado es propio y lógico entre ambos elementos; los signos convencionales son los que poseen una relación entre sus significantes (las palabras dichas o escritas) y sus significados se hizo por convención, o sea, por un acuerdo y solo así es posible entenderse. Además de la división entre signos naturales y convencionales, existen otras clasificaciones que dependen de la perspectiva desde la que se considera el signo, por ejemplo tomando en cuenta los sentidos que captan los signos para catalogarlos.

La lengua hablada y escrita sigue siendo el conjunto de signos más utilizado en todos los tiempos. No existen pueblos, aún los más primitivos, que no posean alguna lengua. Semiología o semiótica deriva del griego semeion, que quiere decir signo y es la ciencia que investiga cualquier clase de lenguaje, las condiciones de su comunicabilidad y comprensibilidad; sus formas, procesos y mensajes; el modo cómo se producen los signos, los lenguajes, cómo se relacionan entre sí y cómo circulan en los grupos humanos, mediante sus tres partes que son Sintáctica (reglas de formación de los signos), Semántica (los signos desde el punto de vista de sus significados objetivos), y la Pragmática (los signos y lenguajes en relación con el uso que les da la gente y la sociedad). Los signos que adoptamos muestran lo que somos y lo que deseamos ser. El fomento del espíritu crítico y del discernimiento es una responsabilidad esencial que deben asumir conjuntamente los educadores y los responsables de la comunicación.

Los destinatarios al reaccionar frente a un signo o conjunto de signos (“textos” o mensajes) tienen dos modos, la denotación que siempre tiene que ver con los datos objetivos y la realidad material presentes en los signos, y la connotación que no está directamente presente en los datos denotados, sino que se compone de ideas, sentimientos o emociones “que se añaden” al signo, pero que él, de alguna manera, sugiere. Hoy en día los signos son fabricados para servir a las dinámicas de integración social, para producir consensos en torno a modelos de pensamiento y de actitudes inducidas. Es decir, hay una “reducción de información”, en beneficio de otros significados, así surge el “proceso de re-semantización” porque se cambia el primer sentido por otro añadido. Los signos representan siempre un concepto, una función social, una ideología, un arquetipo, una reunión política, etc. La formulación del elemento signo no permite ninguna variación y lo simbolizado está claramente definido y delimitado por la convención. Julia Kristeva, psicóloga y comunicadora, se ha dado cuenta de que nuestra sociedad hoy busca nuevos códigos de amor, porque ya no se encuentra a sí misma. Kristeva observa la historia humana como si no fuera más que una inmensa búsqueda de amor orientada hacia la inmortalidad, a pesar de sus permanentes contradicciones.

La fotografía se inventa en Europa en el siglo XIX gracias a las investigaciones de Nicéforo Niepce, Jacques Daguerre, Fox Talbot y Juan Herschel, pero la foto imitaba a la pintura y los tiempos de exposición para fijar la imagen eran extensos y las personas debían “posar quietas” para ser fotografiadas, el semiólogo Roland Barthes decía que el efecto que produce la fotografía es dar fe de que aquello que veo ha existido de verdad. Las imágenes no secuenciales o fijas funcionan de forma independiente y son interpretadas cada una de modo propio, mientras que las imágenes en conexión o secuenciales son colocadas unas al lado de otras para ser leídas en forma corrida y sucesiva, son imágenes que tienen una ligazón interna y vienen acompañadas de textos escritos que complementan el mensaje icónico y permiten descifrar cada parte del episodio que narran, dando génesis a las historietas, el cine, la animación, el video y la televisión. Nuestra mente “lee y entiende” el lenguaje de las imágenes secuenciales de las historietas, del cine y la televisión. La secuencia es el conjunto de escenas con unidad de sentido y tiempo (real o aparente), aunque no necesariamente de lugar. Luego de la secuencia como división más importante de una película, de una serie o de una telenovela y que crea continuidad en la narración, el montaje organiza todas las secuencias, utilizando los recursos de conexión, hasta obtener la historia completa según el pensamiento del director. Plano, elipsis y montaje son tres ideas importantes para que desde su nacimiento en el siglo XIX el cine se desarrollara con un lenguaje tanto estético como técnico, conjugando un ambiente y un espacio delimitados, los objetos y las personas representadas, sugerencias fílmicas para dar a entender el paso rápido del tiempo en una historia, y el ritmo y la fluidez del desarrollo del relato que también lo dotan de expresión ideológica o psicológica al filme que engloba a ese relato. Corte, fundido, toma, escena y secuencia son también parte indispensable del vocabulario básico del cine. Aunque Latinoamérica el cine llega como novedad europea para las clases acaudaladas y burguesas desde 1896, años de nacimiento de la nueva arte, es apenas en 1909 que se estrena un filme argentino argumental, con actores, personajes, guión y escenografía gracias al inmigrante italiano Mario Gallo, asimismo los cines de México, Venezuela, Brasil, Chile y Argentina despuntan en lo documental o en lo político y social, sobre todo en la década de los 80 del siglo XX, porque había mucha censura a los creativos por las dictaduras militares lo que luego acabó y permitió explorar corrientes como el cine comercial, melodramas, conceptos autorales más profundos. Tres colores, azul, rojo y verde, que llegan a las pantallas de los televisores gracias a tres cañones electrónicos construyen las imágenes por las que a diario nos desvivimos, y a pesar de que las estaciones y los realizadores y productores a su cargo han cedido al poder del mercado y el comercialismo, las palabras comunicación y televisión son palabras improstituibles por o que la televisión sigue siendo uno de los lugares de interpretación más preciosos de la evolución de nuestras sociedades, reflotando lo que aparentemente estaba vencido, superado y excluido para una necesaria reexaminación. En Argentina y otros países latinoamericanos la tecnología para transmisión y realización televisivas llegó como una novedad y para demostrar poderío del Estado o ciertos grupos económicos, el Estado siempre es el dueño y concesionario de las señales televisivas abiertas y por aire que se consideran patrimonio nacional, mientras la programación de un canal es lo que construye el discurso dirigido al espectador medio según los objetivos del canal, allí aparecen la multiplicidad de géneros televisivos que clasifican lo que se emite por televisión y el famoso target que se entiende como la clase de público a la que se apunta para una campaña publicitaria u ofrecer un programa de televisión. La televisión evoluciona en contenidos y métodos de producción gracias a las tecnologías para su transmisión como son la fibra óptica y los satélites artificiales  que generan lo que se conoce aún como televisión por cable y lo que hasta hace unos años era el futuro próximo, la televisión interactiva.

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