ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Comunicacion Y Informacion


Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  3.169 Palabras (13 Páginas)  •  160 Visitas

Página 1 de 13

La pasión por los relatos

Hay un hilo que une a Scherezade, contando historias noche tras noche, y con ello aplazando su sentencia de muerte, con las pantallas televisivas de todo el mundo, emitiendo 2, 3, 4, 5 capítulos de diferentes telenovelas por día. Es el mismo que pasa por la abuela que cuenta cuentos a los pequeños nietos, o el pregonero que en siglos pasados iba de pueblo en pueblo narrando hechos, acontecimientos, relatos...

Ese hilo habla de la vigencia de la narración, subraya la persistencia del relato a través de los tiempos. Todos tenemos la experiencia de escuchar y de contar historias. La narración es parte de la cultura, en todas las culturas hay historias, circulan relatos, sucedidos, anécdotas.

Y también un hilo une a los que, con ojos encendidos, alrededor del fuego, escuchaban los relatos de algún viajero, las canciones de un juglar, o, más cerca en el tiempo, preparaban sus sillas alrededor del aparato de radio. Y hoy lo hacen frente al televisor. Me estoy refiriendo a los que disfrutan de los cuentos, a los que comparten la pasión del relato. Por escucharlo, por seguir una narración.

Hoy esos relatos circulan en el cine y la televisión. En la TV, se impone la historia de amor. La telenovela no es más que la actualización del melodrama, la forma de atraer espectadores que el melodrama encontró en esta etapa.

En décadas anteriores, cuando surgen los estudios de comunicación, no era demasiado lo que se conocía sobre los medios, las audiencias y los complejos procesos de comprensión y apropiación de los mensajes.

En ese marco, a los relatos de ficción les cabía una especie de condena doble: En primer lugar, se valoraba sobremanera la información sobre la ficción, porque apelaba a la razón, porque hacía pensar, porque era útil. La ficción quedaba del lado de la fantasía, del escapismo, del entretenimiento. Y eso era visto de manera negativa. Se desconocía que a partir de la ficción también se piensa y se ponen en movimiento múltiples mecanismos cognitivos y epistemológicos.

En segundo lugar, también se condenaba (o se ridiculizaba y minimizaba) el hecho de encontrar placer en seguir esos relatos. La condena llegaba así, a los oyentes, a los espectadores, a quienes se creía idiotizados y vampirizados por los filmes, los cómics, la radionovela, la telenovela.

Se puede seguir pensando de esa manera. Pero hay teóricos que analizaron el lugar de la recepción en el proceso comunicativo. Se vio que los espectadores no eran hojas en blanco, que recibían los mensajes de la misma manera que había sido pensada desde la emisión. Las escuelas de estudios culturales, la sociología de De Certeau y de Bourdieu, la antropología, la etnografía de la comunicación y otras corrientes y disciplinas aportaron a una mejor visión de los procesos de lectura, comprensión y apropiación de los textos audiovisuales.

En América Latina, la telenovela tiene una existencia que se remonta a la misma televisión. Esos relatos que habían sido tan denostados, tan poco tenidos en cuenta por la sociología, la comunicología y el periodismo, y a la vez, tan amados por los públicos, que generaron audiencias tan fieles, hoy son los productos culturales de mayor circulación internacional.

Ya en décadas pasadas, desde el campo universitario, se generó una corriente fuerte de investigación sobre la telenovela, sus matrices culturales y sus usos sociales. Los estudios de Jesús Martín-Barbero sobre melodrama y sobre las mediaciones que existen entre un texto y sus lecturas, abrieron camino a una línea que mira la telenovela desde distintas ópticas.

El hecho de que en lugares remotos se emitan novelas latinoamericanas hoy ya no nos sorprende. Sabemos que el lenguaje del melodrama, la apelación a la emoción de la telenovela, y la pasión por la narración son capaces de ir muy lejos.

Nadie está obligado/a a amar las telenovelas. Analizarlas, entenderlas, criticarlas, evaluarlas, pensarlas, es tarea de todos. Su enorme gravitación en la vida de tantas personas alrededor del mundo merece atención.

Principales estilos latinoamericanos

A pesar de que en los últimos años hay cada vez más productos estandarizados, homogenizados por la circulación de los formatos o remakes de las remakes, los títulos aún conservan marcas de estilos propios, como modos o tonos culturales, que se perciben en un recorrido diacrónico. La pelea entre la cultura y el mercado a la que se refirió hace años Jesús Martín Barbero, sigue teniendo lugar.

Revisando los estilos de telenovela más transitados y que han tenido mayor gravitación, establecí tres modelos consolidados, (México, Brasil, Colombia); dos que se descontinuaron (Argentina y Venezuela); y uno en surgimiento (el global, hecho con capitales norteamericanos) a los que me referiré a continuación:

El modelo mexicano (Televisa)

Es el modelo tradicional, el melodrama clásico. Tiene estéticas y temáticas fuertemente apoyadas en el cine y en la radio de los años 40-50. Está en constante diálogo con ellos.

En sus novelas la moral católica tiene un peso determinante, con el centro en la noción de pecado. No cuenta una historia de amor, sino de un absoluto, de la justicia esencial, de una reparación moral. Hay una enorme gravitación de la culpa, y de las expresiones de religiosidad católica. La redención sólo se alcanza a través del sufrimiento. Los personajes recorren una Vía Crucis, un calvario, al término del cual alcanzan la gloria. Aunque se trate de que la pareja permanezca unida, es vivido como la obtención del bien eterno.

La novela forma parte de un plan normativo, integra o encabeza una cruzada moral. La enunciación es de una exacerbada defensa de la familia tal como se la entendía en los S. XIX y comienzos del XX (antes de los 50). Siempre existe un respeto de los valores morales establecidos. Las transgresiones se castigan, las ópticas nuevas no tienen espacio.

Las historias tienen un alto nivel de redundancia, de obviedad, que puede resultar tanto cómica como enternecedora. (Dos clichés mueven a risa; cien, conmueven, dijo Umberto Eco).

Pero a nivel dramatúrgico, es decir, por las formas en que se presenta y dosifica la historia, son sumamente atinados. Los secretos se conservan hasta que están a punto de estallar. Las maldades complican, se entrecruzan, generan paso a paso una maraña que el relato tiene la capacidad de desarmar, también paso a paso. Saben manejar la dosificación.

Estatuto de los personajes: A pesar de que se trata del relato de una pasión, no hay lugar para el erotismo. Los personajes sensuales son los malvados. La sensualidad es castigada, es vista como un vicio, algo

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (19.5 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com