Concepcion Bancaria

En la concepción bancaria que nos encontramos criticando en clase, menciona que la educación es el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos, no se verifica, ni puede verificarse esta superación.

La educación bancaria, en cuya práctica no se concilian el educador y los educandos, se rechaza estos comportamientos.

Para la concepción bancaria, cuanto más adaptados estén los hombres tanto más educados será en tanto adecuados al mundo.

La educación problematizadora, respondiendo a la esencia del ser de la conciencia que es su intencionalidad, niega los comunicados y da existencia a la comunicación.

La educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser el acto de depositar, de narrar, de transferir o de transmitir conocimientos y valores a los educandos.

El antagonismo entre las dos concepciones, la bancaria, que sirve a la dominación, y la problematizadora, que sirve a la liberación.

Con el fin de mantener la contradicción, la concepción bancaria, niega la dialogicidad como esencia de la educación y se hace anti dialógica; la educación problematizadora – situación gnoseológica – a fin de realizarla superación afirma la dialogicidad y se hace dialógica.

No puede haber conocimiento pues los educandos no son llamados a conocer sino a memorizar el contenido narrado por el educador. No realiza ningún acto cognoscitivo, una vez que el objeto que debería ser puesto como incidencia de su acto cognoscente en posesión del educador y no mediador de la reflexión crítica de ambos.

Por el contrario la práctica problematizadora no distingue estos elementos en el quehacer del educador-educando.

El objeto cognoscible, del cual el educador bancario se apropia, deja de ser para el una propiedad suya para transformarse en la incidencia de su reflexión y de la de los educandos.

El papel del educador problematizadora es el de proporcionar, conjuntamente con los educandos, las condiciones para que se dé la superación del conocimiento al nivel de la doxa por el conocimiento verdadero, el que se da al nivel de logos.

Mientras la práctica bancaria, como lo recalcamos, implica una especie de anestésico, inhibiendo el poder creador de los educandos, la educación

problematizadora, de carácter auténticamente reflexivo, implica un acto permanente de descubrimiento de la realidad.

La educación como practica de la libertad, al contrario de aquella que es práctica de la dominación, implica la negación del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del mundo, así como la negación del mundo como una realidad ausente de los hombres.

Sartre, señala que la conciencia y el mundo se dan al mismo tiempo: exterior por esencia a la conciencia del mundo es, por esencia, relativo a ello.

En la medida en que los hombres van aumentando el campo de su percepción, reflexionando simultáneamente sobre si y sobre el mundo, van dirigiendo, también, su mirada a percibirlos que aunque presentes en lo que Husserl denomina “visiones del mundo”, hasta entonces no se destacaban, no estaban puestos por si.

A partir de este momento, el percibido destacado, ya es objeto de la admiración de los hombres y, como tal, de su acción y de su conocimiento.

Mientras en la concepción bancaria, se recalca, que el educador va llenando a los educandos de falso saber que son los contenidos impuestos, en la practica problematizadora los educandos van desarrollando su poder de captación y de comprensión del mundo que, en sus relaciones con él, se les presenta no ya como una realidad estática sino como una realidad de transformación, en proceso.

La educación problematizadora se hace, así un esfuerzo permanente a través del cual los hombres van percibiendo, críticamente, como están siendo en el mundo, en el que y con el que están.

Una vez más se

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