Conflicto

La escuela de hoy no es siempre el espacio de convivencia deseado para nuestros adolescentes (hablando del nivel correspondiente a secundaria), en ella se organiza y se planifica la influencia curricular además de la no curricular, esto con el objetivo de fortalecer y construir valores tanto de convivencia, solidaridad así como también de dialogo entre los que integran el plantel educativo o la oficina en donde se labora.

Por ello la escolarización dejo de ser una propuesta única, porque también se le atribuye a la familia la formación o la construcción de valores.

Es por ello que a lo largo del tratamiento de la materia de Psicología social, leímos y vimos lecturas que nos sirven de apoyo para de alguna u otra forma ver las cosas positivas que pueden influir en la solución de un conflicto esto de modo constructivo, para conocer la posición y las motivaciones que tienen todos los que se involucran en el conflicto. Para que en el transcurso del proyecto que se traza ya sea a mediano o corto plazo se propicie una buena comunicación entre los que conforman la plantilla de personal, además de una actitud de confianza ante las circunstancias que se presenten.

Conforme a mis experiencias existen conflictos que surgen en situaciones de competencia al formarse una imagen exageradamente simplificada de uno mismo y del adversario. Las interpretaciones erróneas se originan en los conflictos competitivas condicionadas por los contextos en que tienen lugar, las culturas y las expectativas de los implicados.

En la última lectura analizada nos hablaba sobre el manejo del conflicto de manera constructiva es por ello que para llevarlo de sobremanera una herramienta que es de mucha ayuda es la comunicación entre las partes en las cuales hubo ese conflicto. A

Al comparar una situación de cooperación y otra de competencia la comunicación en cada una de ellas difiere puesto a que en la primera, es abierta, franca, se comparte la información entre las partes lo que permite que frente a un conflicto se pueda manejar en forma constructiva, ya que facilita la comunicación eficaz y fluida con el opositor, mientras que en la segunda, el proceso comunicativo es deficiente, se intercambia información distorsionada, se levantan falsos compromisos que no permiten resolver el conflicto, porque no aprovechan las estrategias que se intentan aplicar en el manejo del mismo y los efectos que traen consigo son destructivos.

Es por esto que en las situaciones de conflictos se observa como tendencia la deformación de nuestras percepciones del comportamiento y los motivos del otro, así como las dificultades en la comunicación entre las partes, de manera particular si la situación es competitiva.

Se pone como ejemplo los conflictos escolares esos que interfieren en el funcionamiento de la clase, en ocasiones un como docente tiende a reprimir el conflicto que se ocasiona en lugar de determinar las causas y alternativas de solución. Pero también hay otros factores que refuerzan la postura del no actuar frente a ellos como lo es la falta de tiempo y la escasez de recursos para el manejo de conflictos en el aula de manera constructiva.

Platicando con otros compañeros que han pasado por situaciones en el aula similares, se llegó a la conclusión de que el encargado del aula no suele propiciar las discusiones sobre el problema, para actualizar las causas por temor a que se le desborde la situación conflictiva y no pueda ser contención. Con ello no solo no soluciona el conflicto sino que se torna destructivos para las relaciones interpersonales porque se acumulan malestares, malentendidos, se destacan cada vez más y pueden enfrentarlo de manera molesta. Ni la prioridad de las tareas escolares justifica que el conflicto se evada, ni que se intente una solución constructiva.

Los conflictos son inevitables como hemos visto hasta aquí. Una Escuela que niegue y evada

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