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Convivencia


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  6.809 Palabras (28 Páginas)  •  208 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Programa Nacional de Formación de Educadores y Educadoras

A.L.D.E.A.S Andrés Bello

VIII semestre

Especialidad: Educación Inicial

Fundación Misión Sucre

Profesora: Estudiante:

Doris Briceño Saraí Cedeño

Caracas, Marzo 2013

INTRODUCCIÓN

Aprender a convivir

El aprender a convivir tiene un aspecto formativo social y contenidos actitudinales, y se refiere a la capacidad de las personas de entenderse unas a otras, de comprender los puntos de vista de otros aunque no se compartan, de realizar proyectos comunes en bien de todos. Es aprender a vivir juntos. La convivencia es un factor clave para el logro de aprendizajes de calidad

El objetivo de aprender a convivir forma parte al menos de forma implícita, de todo proceso educativo .Históricamente al sistema educativo, junto con la familia se le ha asignado el aprendizaje de las normas de convivencia elementales para vivir en sociedad.

Aprender a convivir es una necesidad inaplazable de todo proyecto educativo además de un requerimiento formal de nuestras leyes. Demanda que cobra mayor urgencia por los tiempos que estamos viviendo, en la que la violencia impregna todo el tejido social.

Ahora bien, el aprendizaje de la convivencia no se conforma únicamente en los centros educativos, sino que también se aprende a convivir, de una u otra forma, en el grupo de iguales, en la familia y a través de los medio de comunicación, fundamentalmente. Además de estos ámbitos más próximos a los estudiantes y al profesorado, tampoco podemos olvidar un ámbito más macro que tiene que ver con los contextos económicos, sociales y políticos en los que estamos inmersos.

Aprender a convivir

• Alude a la dimensión social del proceso educativo.

• Plantea la diversidad como un elemento necesario, como una riqueza que ha de ser tratada adecuadamente para igualar a todos/as y así evitar conflictos.

• Plantea la cuestión de la empatía. Entender que el otro tiene razones tan justas como las mías para discrepar.

Aprender a convivir parte del concepto de que la función del docente es entonces “facilitar” el proceso, estimularlo. No sólo creando las condiciones óptimas para que los alumnos puedan llevar a cabo esta transformación interna, sino también, orientando esta evolución con el fin de que los nuevos conceptos que se construyan adquieran sentido como saberes culturales útiles para sí mismo y para toda la sociedad.

A nuestro entender, sólo si el alumno consigue establecer relaciones individuales e imparciales entre el nuevo material de aprendizaje y sus conocimientos y experiencias previas, será capaz de darle sentido y de producir un cambio significativo en su conducta, base de nuevos conocimientos, conceptos, ideas y proyectos.

La educación en valores y la promoción de la convivencia armónica se relacionan directamente con la formación de personas autónomas, que siendo conscientes de la importancia que tienen las mismas como variables imprescindibles para poder mantener una buena calidad de vida, se comprometen a su favor desde lo más profundo de su ser.

Este íntimo compromiso se expande hacia la sociedad toda cuando se logra dejar de lado el egocentrismo. Entonces somos capaces de juzgar críticamente y nos ponemos como objetivo de vida el respeto por los derechos humanos.

Si bien es en la familia donde surgen los primeros cimientos de esta construcción, la escuela, por sus propias características, es un ambiente más que propicio para favorecer este conocimiento y son los docentes los profesionales adecuados para facilitarlo. Mucho más aún cuando desde la escuela se toma conciencia de que hay familias que no están capacitadas o no saben cómo hacerlo.

Para crecer como persona y poder llegar a una instancia en la cual no se necesite más al otro como guía (autorregulación) y se puedan alcanzar estos objetivos, es imprescindible que se hagan propias determinadas herramientas sin las cuales se dificulta mucho el camino de esta construcción.

La posibilidad de autoconocerse, la autorregulación, la capacidad de diálogo, de escucha, de empatía..., la expectativa de cambio cuando se observan situaciones contradictorias a los derechos humanos universales, el optimismo basado en la realidad y no en la fantasía, la autoestima, la autonomía, etc. son habilidades sociales que pueden y deben enseñarse desde la escuela.

Sólo si se aprende a ser empático, por ejemplo, se podrá construir de a poco el valor de la solidaridad. Sólo si se aprende a escuchar activamente, se podrá construir el valor del respeto. Sólo si nos esforzamos, aprendemos y practicamos sistemáticamente el autoconocimiento podremos entender la dimensión humana de los otros. Será entonces menos difícil, aceptar sus fortalezas sin rencores ni envidias y perdonar sus debilidades.

A convivir armónicamente también se aprende. Para que todos y cada uno de nuestros alumnos pueda hacer propio este aprendizaje debemos dotarles primero de las herramientas que lo hacen posible.

Pero, para poder concretarlo y proveer estos instrumentos a sus alumnos, los docentes deben recorrer primero ellos el camino de la reflexión y la búsqueda del sentido de su vida. Y deben reencontrarse con su vocación original tomando conciencia de la responsabilidad que les compete.

LA CONVIVENCIA PARA EL NIÑO Y LA NIÑA DE 0 A 6 AÑOS DE EDAD (HÁBITOS Y VALORES)

En el mundo entero, la convivencia es vista como un elemento indispensable en todas las sociedades humanas para que ésta alcance las metas que se han propuesto, en función de lo cual puede afirmarse que educar para y en convivencia, es educar en valores y vivir en valores. De allí que la posibilidad de ir construyendo una sociedad cada vez mejor se vincula fuertemente con lo que se puede adquirir dentro del ámbito escolar.

La solidaridad, la paz, la justicia, la responsabilidad individual

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