DESARROLLO DEL PROCESO EVALUADOR DE LA COMUNICACIÓN ORAL

DESARROLLO DEL PROCESO EVALUADOR DE LA COMUNICACIÓN ORAL

La comunicación oral tiene características específicas que hacen más difícil su correcta evaluación. Estas dificultades se sintetizan en:

a) La constatación objetiva de los logros obtenidos.

b) El contexto de espontaneidad y rapidez en el que se produce. Lo cual exige un mayor rigor en las técnicas e instrumentos utilizados para la evaluación.

c) La falta de experiencia en la evaluación de la comunicación oral, pues se ha desarrollado mediante observaciones asistemáticas y por lo tanto, poco fiables y rigurosas.

Estas dificultades aumentan si se considera que un profesor suele atener a un número elevado de alumnos, situación en la cual la valoración seria de cada uno de ellos puede resultar verdaderamente inabarcable.

Esto supone que cada día un profesor valora determinados objetivos, con mayor detenimiento, en un número restringido de estudiantes.

Una complejidad añadida puede presentarse cuando no encontramos ante un alumno que se inhibe en sus manifestaciones orales, que casi nunca habla.

Para diagnosticar y hacer el seguimiento de estos casos, es preciso observar o recabar datos concretos que nos ayuden a poner en práctica las estrategias metodológicas adecuadas a cada situación.

Para que el desarrollo del proceso de evaluación de la comunicación oral resulte riguroso, se debe tener en cuenta las siguientes exigencias:

• Ser llevado a cabo sobre realizaciones reales de la lengua

• No limitarse a comprobaciones aisladas

• Registrar datos de cada sujeto individualmente, aunque la observación se efectúe en situaciones grupales.

• Observar a cada alumno en diferentes momentos y situaciones

• Utilizar la grabación de modo sistemático y natural, para permitir la autocorrección del alumnado y la evaluación objetiva por parte del profesor.

• Tener en cuenta la comprensión como la producción de discursos orales.

• Valorar las destrezas del alumnado en los diferentes tipos de discursos orales.

• Evaluar, dentro de cada discurso, aspectos articulatorios, léxicos, morfosintácticos.

• Evaluar igualmente aspectos paralingüísticos y su coherencia con la expresión oral.

Por otra parte, hay que considerar que el profesor, como hablante, está también siendo evaluado permanentemente por sus alumnos. Concretamente, refiriéndonos a la comunicación oral, se

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