Dentro de lo visto durante la primera clase, estudiamos profundamente el concepto del poder, cómo lograrlo y lo más importante cómo mantenerlo a lo largo del tiempo, concluyendo que la forma central, era poder legitimizarlo a través de las masas y de
mrp1980Monografía27 de Noviembre de 2015
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Dentro de lo visto durante la primera clase, estudiamos profundamente el concepto del poder, cómo lograrlo y lo más importante cómo mantenerlo a lo largo del tiempo, concluyendo que la forma central, era poder legitimizarlo a través de las masas y de esta forma poder respaldar nuestro poder.
Dentro de los diferentes tipos de ese poder, vimos dentro de la visión bidimensional, que el poder no se rige por la verdad, la moral, la ética, las emociones, o afectos, entre otras cualidad “nobles” por decirlo de alguna manera, sino que se rige finalmente por los intereses que dominan a cada persona que detenta el poder.
Previo al desarrollo del ejercicio, hago el distingo en no calificar este concepto en sí como un hecho objetable o repudiable, dado que quizás la naturaleza humana haga imperiosamente seguir su conducta. Pese a que se entiende lo anterior desde un punto de vista individualista, me permito hacer una segunda derivada del concepto de regir el actuar en base a los intereses y establecer un criterio propio respecto a éstos. Veamos.
Este criterio propio, lo desprendo al posicionarme sobre el principio de “intereses” y de ahí, establecer tres tipos: los intereses propios, referidos a realizar y actuar privilegiando el beneficio propio en desmedro o sin importar de lo que pueda suceder con el resto. Los intereses de terceros, vistos como un beneficio que se le entrega a un grupo mayor o menor, contraponiéndose con los intereses del diferencial del grupo; y finalmente los intereses de mis terceros, entendiéndose como “mis terceros” a un grupo de gente que me sigue y apoya, y de igual forma al anterior, buscando beneficios para este grupo, en desmedro del diferencial y los propios en algunos casos.
Haciendo esta separación, a mi parecer lo importante es poder determinar cuál de estos tres tipos de intereses son los que motivan el actuar de una persona que detenta el poder, para por ejemplo un político, pero aplicable a cualquier caso.
Al analizar lo anterior, y suponiendo que cada separación es independiente entre sí; si este político actuara por intereses propios, claramente se obtendría un mal producto respecto a las decisiones que se tomen, ya que sólo beneficiaría al propio tomador de la decisión y a los que por añadidura se vean beneficiados. Esto podría favorecer inicialmente, pero al momento de tener que hacer un balance hacia a los electores, este no tendría mayores opciones de lograr la tan necesaria legitimidad.
En caso de moverse en base a los intereses de terceros, da la impresión que la única forma en que puede suceder, es que esos intereses a lo menos no sean contrapuestos con los propios. O sea, que en la medida que no me afecte, puedo estar de acuerdo con favorecer a terceros. Esta opción a seguir, podría ser un intermedio, un híbrido que quizás no logre una legitimidad total pero tampoco un rechazo rotundo. Hacia qué lado se carga la balanza, dependerá de lo que comentaré a continuación, que es en cómo afecta esto a mis terceros.
En este último caso, podría decirse que si yo gobierno mis acciones de acuerdo a los intereses de quienes creyeron en mí y por tanto depositaron su confianza en que mis decisiones serían las correctas para ese sector, se supone que yo estoy jugando el rol para el cual fui electo, para el cual me eligieron esos terceros, “mis terceros”. Desde este punto de vista, la legitimidad es obtenida de forma absoluta, mis terceros se dan cuenta que este político no solo cumple con lo que fue empoderado, sino que además lo hace incluso por sobre sus propios intereses personales.
Viendo este panorama, podríamos determinar que el hecho de cumplir con los intereses propios, por sobre los de los demás, no estaría logrando la tan querida legitimidad; pero al posponer mis intereses por sobre los propios, sí lo hago.
Sin embargo (volviendo a la segunda derivada), en el último caso expuesto podemos ver que, haciendo un pequeño sacrificio de mis intereses parciales, puedo obtener un resultado aún mayor, una próxima elección, un beneficio mayor en el futuro, una imagen que quede grabada y que me entregue beneficios futuros, etc.
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