Desabastecimiento En Venezuela

INTRODUCCIÖN

Los venezolanos estamos casi acostumbrados a vivir en medio de episodios de escasez. En todos los gobiernos, en algún momento u otro, han faltado en los anaqueles algunos que otro rubro.

Pero desde que inició el problema de desabastecimiento de rubros importantes de alimentos en Venezuela, los verdaderos costos de producción y distribución, así como el excesivo control de precios han sido temas de discusión de los diferentes sectores económicos del país, que se han visto afectados por esta realidad que parece haber aumentado con el paso del tiempo.

A la escasez y desabastecimiento que aquejan a los venezolanos desde hace varios años, se había sumado la incógnita sobre quién tomaría las medidas económicas necesarias, como un ajuste en la tasa de cambio y la liberalización en los controles de precios de productos, ante la ausencia prolongada del presidente desudado.

Ni los cambios de gobierno como lo es el vigente, ni las presiones de algunos actores han servido para erradicar la problemática que enfrente uno de los países más ricos en recursos del planeta.

Los anaqueles de miles de establecimientos comerciales del país han sufrido distintos tipos de ausencia de productos como la pasta, carne, leche, harinas y hasta papel sanitario, esto, debido a la baja en la producción de algunas empresas por dificultades para acceder a la materia prima y excesivas medidas de control, sumado al alza en la demanda de los bienes.

Analistas atribuyen la escasez al fracaso de un modelo económico basado en férreos controles de divisas y de precios, así como a una reducción del aparato productivo privado tras años de expropiaciones y nacionalizaciones.

CAPÍTULO I: EL PROBLEMA

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Al igual que en el resto de América Latina, durante la década de los ochenta, la economía venezolana estuvo marcada por el signo de la crisis. Los desequilibrios macroeconómicos y las contradicciones inherentes al patrón de acumulación Capitalista rentístico se hicieron presentes, anunciando el colapso de un modelo que descansó básicamente en el aprovechamiento, para los fines del crecimiento económico, de unos excedentes no producidos por la economía interna: la renta petrolera. Este modelo de acumulación conformó un patrón de producción semiabierto: altamente dependiente de las importaciones y cerrado para las exportaciones no petroleras. Además, se caracterizaba por las dificultades que presentaba para absorber productivamente el capital invertido, lo que en su momento se manifestó en disminuciones de las tasas de ganancia y desestimulo a las inversiones privadas.

En la actualidad, Venezuela está viviendo

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