Desarrollo De La Propiedad Privada En La Historia Según Karl Marx Y Friedrich Engels
Alexandra5 de Noviembre de 2013
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Marx y Engels intentaron definir tipos de sociedades y formas de propiedad a partir del estado de desarrollo de las fuerzas productivas y a tenor de las relaciones de producción resultantes de las mismas. Sin embargo, apenas elaboran su clasificación, pues el pasado les interesaba menos que el presente y el futuro.
Para algunos autores Marx no busca representar una evolución unilineal de la historia, sino más bien multilineal. Al respecto el historiador Erick Hobsbawm (2009) señala “Debemos, por lo tanto, entender que Marx se refiere no a una sucesión cronológica y ni siquiera a la evolución de un sistema a partir de su predecesor (aunque este es obviamente el caso de capitalismo y el feudalismo), sino a la evolución en un sentido más general” (Pág. 35).
1.- Primera forma de propiedad de la tierra: La propiedad comunitaria o trivial
Comunidad Tribal
La propiedad privada de los bienes de producción cuenta poco en esta forma, el tipo de propiedad en ella imperante es comunitaria, es decir, la tierra pertenece a la tribu en forma colectiva, cada miembro productivo es un copropietario. En tales condiciones, la organización social resulta muy simple, fundándose en la familia y en los lazos de parentesco. La comunidad tribal constituye pues una forma de “comunismo primitivo”. Se trata asimismo de una sociedad sin clases sociales.
Sociedad asiática
Se caracteriza por la propiedad comunitaria o tribal, producto sobre todo de una combinación de agricultura y manufactura dentro de una pequeña comunidad, que se vuelve autosuficiente. Esta contiene en si misma todas las condiciones de la reproducción y plus producción. Por esto se habría resistido mucho más tiempo a las transformaciones económicas, que cualquier otro sistema. La naturaleza cerrada de las unidades comunales significa que las ciudades apenas se incorporan a la economía y se desarrollan.
En el llamado “despotismo oriental” existe una ausencia jurídica de la propiedad, constituyendo su base la propiedad tribal o comunitaria. Estos sistemas pueden ser centralizados o descentralizados, más despóticos o más democráticos en su forma y organizada de diversas maneras. Las pequeñas comunidades existen como parte de una unidad mayor y pueden dedicar parte de su producto excedente a costear los gastos de la entidad comunitaria en cuanto tal, o sea para la guerra, para los servicios divinos, etc. Y las operaciones económicamente necesarias, tales como la irrigación, las cuales aparecerán así como realizadas por la unidad mayor.
El sistema asiático no es todavía una sociedad de clases, o por lo menos lo es en su forma más primitiva. Marx considera que las sociedades mexicanas y peruanas pertenecen al mismo genero, como también ciertas sociedades celtas, aunque complicadas, y quizás perfeccionadas, por la conquista de ciertas tribus y comunidades por otras.
La ciudad antigua
La ciudad antigua se constituyo originariamente por la reagrupación de varias tribus. El ejemplo es la antigua ciudad griega y romana. El eje de desarrollo y el centro de esa sociedad es la ciudad, no el campo. El poder y la riqueza se concentran en ella. El campo es un territorio dependiente de la ciudad y se desarrolla en función de la misma.
En su origen, la organización social de la ciudad es esencialmente militar, y la guerra constituye el único medio de apropiación y conservación de la tierra. De ahí que la propiedad de la tierra pertenece a la comunidad nacional, al Estado. Sólo los ciudadanos, miembros de esa comunidad, pueden participar de la propiedad común. Pero muy pronto, paralelamente a la propiedad comunal, aparece y se difunde la propiedad privada mobiliaria e inmobiliaria. Sin embargo, la propiedad comunal es siempre importante. El derecho a la propiedad de los esclavos como a la de los restantes bienes, conserva pues un fundamento comunitario: los esclavos forman una mano de obra común compartida por los ciudadanos propietarios.
Esta división de la propiedad va a la par con la división del trabajo, de modo que la ciudad antigua es una sociedad clasista, en la que las principales relaciones de clases se establecen entre ciudadanos y esclavos.
3.- Segunda forma de propiedad: La propiedad privada
La sociedad germánica
La sociedad germánica medieval constituye un buen ejemplo de otro tipo de-sociedad, que también cabe encontrar en otras latitudes. Es una sociedad rural. La ciudad, cuando existe, no es más que la residencia del rey y de su corte, y carece de toda base económica.
Lo que caracteriza a la sociedad germánica es el hecho de estar fundada sobre la diseminación y la autonomía de la pequeña hacienda. Cada unidad familiar vive de manera independiente en la finca de la que es propietaria, finca que explota para sus necesidades. No hay concentración de propietarios, sino más bien una yuxtaposición de unidades de trabajo y de pequeños propietarios.
Estamos ante una sociedad atomizada y muy individualista. La propiedad comunal, cuando existe, no pasa de ser un suplemento a la propiedad privada. La pertenencia a la comunidad se plasma sólo en una lengua común, en unos vínculos de sangre, en una religión, etc.
La sociedad feudal
En Occidente, tras el ocaso de la ciudad antigua y la invasión de los bárbaros, la sociedad feudal pudo desarrollarse a partir una sociedad de tipo germánico o a partir de una sociedad rural desorganizada. La sociedad feudal puede ser simultáneamente rural y urbana, pero es siempre de origen rural. La propiedad, que hacen fructificar sus tierras instalando en ellas a los siervos de quienes exigen unas rentas a cambio de su protección.
La sociedad feudal rural es una sociedad clasista. Muy jerarquizada, que opone una clase de señores y de grandes propietarios a la clase de siervos. Estos únicamente pueden trabajar y vivir gracias a su dueño y en la propiedad del mismo. A esta jerarquía rural y a la gran hacienda corresponde en la ciudad la jerarquía corporativa, a la que deben pertenecer todos los pequeños artesanos, jerarquía que establece y mantiene las relaciones entre maestros y aprendices.
La sociedad capitalista
La sociedad capitalista burguesa se caracteriza por un desarrollo técnico y una división del trabajo más avanzados que en todos los demás tipos de sociedad, y por unas relaciones de clases más netamente afirmadas. Esta sociedad está singularmente marcada por el dominio ejercido por una clase, y su concentración de la propiedad de los medios de producción, clase constituida gracias al auge del comercio y de la industria: la clase burguesa de origen urbano. Gracias a la acumulación de capitales importantes, esta clase abre nuevos mercados comerciales, crea la manufactura y acrecienta la productividad del trabajo. Para Marx, esta mayor actividad económica sólo se alcanza mediante la concentración de trabajadores cada vez más alienados de los medios de producción y de los bienes producidos.
Cabe incluso distinguir dos etapas en la evolución de la sociedad capitalista: la etapa del capitalismo comercial, en cuyo transcurso la clase burguesa se constituye y enriquece gracias a la ampliación de recursos, y al descubrimiento de nuevos y nuevas fuentes de abastecimiento; la etapa del capitalismo manufacturero e industrial, preferentemente aplicado a una producción cada vez más masiva. En esta segunda fase aparece el proletariado obrero, concentrado en las ciudades, y se produce la urbanización progresiva del campo. De acuerdo con los trabajos de Lenin, cabría añadir una tercera fase, la del capitalismo financiero y colonialista, que Marx no pudo conocer en vida, al menos en su forma moderna.
Federico Engels, en su libro El origen de la familia, la Propiedad privada y el Estado, establece el origen de la propiedad privada de la siguiente forma:
Abandonemos ahora América, tierra clásica de la familia sindiasmica. Ningún indicio permite afirmar que en ella se haya desarrollado o una forma de familia mas perfecta, que haya existido, allí una monogamia estable en ningún tiempo antes del descubrimiento y la conquista. En el viejo Mundo sucedió lo contrario.
Aquí, la domesticación de los animales y la cría de ganado abrieron manantiales de riquezas desconocidas hasta entonces, creando relaciones sociales enteramente nuevas. Hasta el estado inferior de la Barbarie,
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