Descripción de obra “El columpio” de Jean-Honoré Fragonard

Descripción de obra

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Ficha técnica

Título: L'escarpolette (El columpio)

Autor: Jean-Honoré Fragonard

Técnica: Óleo sobre lienzo

Fecha de producción: 1767

Medidas: 81 cm. x 65 cm.

Ubicación actual: Wallace Collection, Londres, Reino Unido.

Para comenzar, se presenta una breve descripción de “El columpio” de Jean-Honoré Fragonard. Desde la esquina inferior izquierda se encuentra un joven amante recostado en el suelo entre un frondoso arbusto, mientras se apoya en una estatua. Esta escultura corresponde a Cupido, que mira confidente a una de las figuras. Más allá de la escultura hay dos estatuas más (presumiblemente querubines) con un árbol ladeado entre medio que denota aún más su lejanía. En el centro se encuentra a una dama que mira al amante, sentada en un columpio, un poco más abajo del punto medio de la obra. El columpio es sostenido por un gran árbol que se extiende por sobre todas las figuras, una de sus ramas llega a la altura del amante y cupido. Su tronco bordea todo el costado derecho de la pintura. Luego, está la figura de un segundo hombre sentado en una banca bajo sombra. A su lado hay una estatua de dos querubines apoyados entre sí. El hombre tiene entre sus manos unas cuerdas con las que sujeta el columpio. A la altura de sus pies hay un pequeño perro. También por detrás del hombre se encuentra una construcción, tapada por árboles y sombra. Para finalizar, hay árboles que cubren el espacio que pertenece al cielo casi en su totalidad.

Antes de proseguir, se debe señalar que la siguiente descripción se basa en las categorías de la visión elaboradas por Heinrich Wölfflin (1915). La finalidad es concluir si los aspectos estilísticos de esta pintura coinciden con la obra clásica o barroca tras su análisis.

En primer lugar está la tónica del dibujo. Al observar “El columpio” lo primero que llama la atención de la pintura es la gran cantidad de detalles. Desde los pliegues del vestido hasta las flores y el arbusto en donde el amante está acostado. Por la luz centralizada en la escena, los detalles son lo único que se va apercibir hasta que se inicia una observación del entorno de la figura central que destaca por sí sola dado el color que porta. No hay una cualidad lineal que delimite el espacio de las figuras y tampoco que genere un contorno de las mismas. Los árboles en el fondo se ven opacados por todas las hojas que rodean el primer plano. Y a medida que se admiran, más se puede distinguir este sentido casi etéreo que logra lo pictórico en sectores específicos – como el mismo fondo – y que se extiende a todas las figuras. De pronto los detalles tienen una menor nitidez perfilada; “la retina pictórica maniobra su conjunción” (Wölfflin, 1915, p. 20). El mayor propósito de orden de plano que puede verse es el sentido diagonal que inicia en la rama elevada donde está sujeto el columpio, siguiendo la silueta de la dama, hasta finalizar en el codo del amante.

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