Desde una mirada santiaguina, una herida más

Desde una mirada santiaguina. 16 de Septiembre del 2015, una herida más.

Francisco Pérez

El día miércoles 16 de septiembre del actual año, cuando todo Chile se preparaba para las fiestas patrias, cerca de las ocho de la noche, el territorio norte y central del país sufre un movimiento telúrico que, en un principio, se presentaba como un temblor más en la historia nacional. Cuando ya todos pensábamos en que se acabaría el sismo, puesto que partió muy despacio, toma fuerzas y se transformaría en un movimiento de gran magnitud.

Luego de que se acabara el temblor percibido en Santiago, se ocasiono un desborde informativo en los medios de comunicación que concluiría en determinar al sismo como un terremoto de 8,4 en la escala de Richter.  Por esto, las personas de Santiago sufrieron una gran sorpresa, puesto que en la capital chilena no se “sintió” de una magnitud tan alta, por lo que el primer pensamiento de muchos de nosotros fue: en algún lugar debió haber sido el muy fuerte.

Después de la expectante experiencia en Santiago, muchos de nosotros nos balanceamos a nuestro medio preferido de información para lograr saber dónde quedo “la crema”. Después de un par minutos  y bajo las múltiples informaciones oficiales y no oficiales pensamos en que el epicentro fue en un lugar cercano a Illapel. Lo que el día después se confirmaría que fue en la región de Coquimbo, a 46 kilómetros de Illapel.

Luego de informarnos donde ocurrió el epicentro, la ONEMI declara alarma de tsunami en las costas de casi todo Chile, donde en las localidades donde no ocurrió un movimiento de olas mayor se iban gradualmente en la noche del mismo día y en las que si ocurrían movimientos de aguas mayores, se mantenían las alarmas. Fenómeno que nos deja con un gusto raro en la boca, puesto que recordamos para el terremoto del 2010 donde la alerta no fue bien declara y luego lamentamos una gran cantidad de muertos. Al pasar las horas y luego el día, nos enteramos de las 15 trágicas historias de las familias que perdieron a un ser querido y que hay gente que tiene a otros cuantos en calidad de desaparecido.

Cuando la información abundaba sobre las víctimas y algunos personajes públicos jactaban al país como una nación fuerte y unida para estos casos, cuando celebraba la baja mortalidad que tuvo el terremoto puesto que la comparan con otras naciones donde un movimiento de 7,5 grados acababa con la vida de cientos de  personas, la información de los destrozos y de afectados materialmente en las costas donde hubieron olas de tamaño considerable para llamarlos tsunamis se hacía escaza y como casos puntuales, siendo que son más de 2500 casas destrozadas en la nación.

Cuando ya los días pasaban nos podíamos ir dando cuenta como la reacción de un país ante un movimiento así es un ejemplo de cómo pasar por encima sobre una desgracia tan grande, cuando los canales de televisión al 3er día hablaban sobre farándula, deportes y uno que otro caso interesante, pero muy poco relacionado de la evolución de los afectados, lo que nos parece horroroso puesto que es un claro ejemplo de cómo les interesa tener a nuestra población, quietos, individualizados y sin duda alguna , sin incidencia en la creación de comunidad.

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