Deslizamiento
yeniriet20 de Abril de 2015
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INTRODUCCION
El crecimiento demográfico acelerado que se viene observando en las diferentes áreas geográficas de América Latina, es un indicador que refleja el afán del hombre por la ocupación y uso del espacio físico. Ante esta necesidad de ocupación, son muchos los casos donde las personas utilizan indiscriminadamente los recursos existentes en dichos lugares, provocando el agotamiento de los mismos y convirtiendo ésta en una de las causas que determina la necesidad de ir en busca de otras zonas que le brinden nuevas oportunidades. Obviamente, esta situación se configura como una problemática que cobra vigencia en muchos órdenes, como el social y el ambiental.
En este sentido, la historia contemporánea enseña que sin la participación activa de todos los ciudadanos en la construcción de un nuevo orden social, no puede haber cambio, ni desarrollo posible. Es necesaria la formación integral del ciudadano en lo que se refiere al ambiente, conservación y uso de sus recursos a fin de establecer dualidad que permita el buen desarrollo de la presente y futuras generaciones.
De allí que sea importante destacar que el ambiente enfrenta cada día un sin número de acciones que van en su detrimento, y en consecuencia se afecta a todos los seres vivos y la calidad de vida del planeta, por lo que es requisitorio asumir una posición ante esta realidad para estudiarla y promover cambios. En este sentido, es trascendente recordar que un individuo y un país con buena calidad de vida, deben considerarse desarrollados y que este es el ideal perseguido, no un desarrollo que se mida en función del crecimiento económico sino en atención al grado de armonía entre los hombres y de estos con su ambiente para alcanzar niveles de bienestar.
Al respecto, el hombre forma parte del medio ambiente, su acción antrópica para el aprovechamiento y condicionamiento del medio natural en un medio cultural, genera consecuencias notables y justamente ese efecto que produce una determinada acción humana se traduce en impacto ambiental. Por tanto, se hace evidente la relación de la acción del hombre sobre el ambiente y su educación ambiental, no solo la que se imparte en la educación formal, sino la que trasciende estos límites. Sobre este aspecto, Balmori (2010), señala que:
Indudablemente, no son los niños los que toman las decisiones que roban a los paisajes su colorido aunque, si les enseñamos a apreciar la gama natural, el futuro será mejor. Es perentorio actuar sobre los adultos, auténticos responsables del empobrecimiento del campo, y la desaparición de sus habitantes genuinos, de lo contrario, cuando los jóvenes tomen las riendas de la sociedad, poco quedará para conservar. (p. 2)
De allí la importancia de reflexionar sobre el impacto ambiental como consecuencia de la quehacer del hombre, para promover una consciencia basada en la responsabilidad. Pues justamente, el impacto ambiental es definido por Lara (2011), como “el efecto que produce una determinada acción humana sobre el medio ambiente en sus distintos aspectos” (p. 2). Es decir, las acciones humanas, motivadas por la consecución de diversos fines, provocan efectos colaterales sobre el medio natural o social y estos efectos reflejan el impacto ambiental.
Ahora bien, ante el impacto de las acciones humanas, la conservación del medio ambiente se impone como la manera de lograr un ritmo de desarrollo sostenible que permite la expansión humana sin afectar el equilibrio ecológico del ecosistema, de esta manera el desarrollo sostenible se apoya en el reconocimiento de la función que cumple el medio ambiente y los recursos naturales como base de sustentación material.
En el mismo orden de ideas, cabe señalar que los daños o costos ambientales como la tala y la quema de bosques sin control, la agricultura en laderas sin la aplicación de técnicas de terraceo, entre otras prácticas que generan un impacto socio-ambiental, influye negativamente en la productividad de las ciudades, la salud y calidad de vida de los ciudadanos. Las ciudades tienden a convertirse en las principales zonas rojas que requieren de atención especial en las evaluaciones ambientales regionales y de planificación a escala local, regional y nacional.
Además, los servicios urbanos (agua potable, alcantarillado, vialidad, electricidad y aseo urbano domiciliario) tienden a congestionarse cada vez más debido al crecimiento demográfico y económico, aunado a una deficiente administración pública. Por otro lado, los recursos naturales (agua, aire, bosques, minerales, suelos) vitales para el desarrollo económico, se pierden o malgastan como resultado de prácticas y políticas urbanas inadecuadas y por la ocupación de los espacios menos aptos para el urbanismo. Como se aprecia, los colapsos que traen los asentamientos humanos van más allá de los servicios y problemas ambientales, y muchas veces estas áreas se convierten en zonas de riesgo con la simple llegada de las lluvias.
Como se viene advirtiendo, el colapso de las ciudades y el crecimiento poblacional determinan que las personas busquen nuevas opciones para establecerse, pues esto ocasiona un aumento constante de la presión sobre los recursos que se hallan en el entorno de las ciudades, a medida que avanza la frontera urbana. Tal y como lo explican, Chardon y González (2007)
El acelerado e inadecuado proceso de urbanización es un factor recurrente en los patrones de desarrollo global. Se trata de un factor que debilita la capacidad para la gestión sustentable de los asentamientos humanos y aumenta la vulnerabilidad a los fenómenos naturales y sucesos inesperados creados por el hombre. Cabe destacar y enfatizar que el crecimiento poblacional y el proceso de urbanización no contribuyen, por sí solos, a incrementar el riesgo, sino más bien la falta de planificación y la carencia de recursos y capacidades para transformar en ventajas y oportunidades el fenómeno humano de urbanización (p. 7).
En Venezuela, esas presiones y la suma de otros elementos como algunas políticas públicas y condiciones socioeconómicas, han determinado la proliferación de, no solo el crecimiento desordenado desde el punto de vista urbanístico, sino el fenómeno de las ocupaciones ilegales o invasiones. Al respecto, Spicker, Álvarez y Gordon (2009), definen éstas como “la posesión de tierra y/o vivienda sobre la cual el ocupante no tiene titularidad legal” (p. 217).
Como se ha mencionado en apartados anteriores, en Venezuela, durante los últimos años se ha registrado un fuerte impacto ambiental debido a las constantes construcciones en terrenos privados y públicos (como las márgenes de los ríos, quebradas, cerros y colinas) en la búsqueda de mejor calidad de vida. No obstante, es importante mencionar a Sánchez (2001), quien destaca que: “...cualquiera que sea la concepción que se tenga en torno a la calidad de vida, esta debe involucrar a la problemática ambiental. Sin calidad ambiental no puede haber calidad de vida” (p. 77). Sin embargo, es obvio que un asentamiento carente de planificación, atenta contra el ambiente y en consecuencia contra la misma calidad de vida añorada.
Es importante señalar, que el municipio Cárdenas se caracteriza por lo abrupto de la topografía, causada por desniveles e inclinaciones muy fuertes, que favorece la acción erosiva. La presencia de una periodicidad climática agresiva, con lluvias concentradas y abundante pluviosidad en general, que permite la aceleración de los procesos erosivos, especialmente cuando la cubierta vegetal es escasa o inexistente, la abundante presencia de rocas blandas, como las arcillosas, limo líticas y arenosas sobre la cual los agentes erosivos actúan más drásticamente en la medida que sean intervenidas imprudentemente hace que los terrenos sean inestables.
Tal como se puede apreciar en los análisis de suelos realizado en el Laboratorio Bio-Ambiental de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), solicitado por Rolón (2010), para el Sector de Barrancas, municipio Cárdenas del Estado Táchira, los siguientes aspectos: (ver anexos)
Es así que, en los resultados de Análisis de Granulometría y de los resultados de textura, se puede concluir que el tipo de suelo predominante en Barrancas es Franco Arcilloso, Textura fina.
Sobre este particular, Arismendi (2008), indica que “la intervención humana en aumento, con una ocupación inadecuada del espacio, puede contribuir a la presencia de desastres naturales en zonas de alto riesgo” (p.157). Tal apreciación es oportuna para mencionar que entre las comunidades del municipio Cárdenas el sector de Barrancas, es muy perceptible cada vez más los taludes o deslizamientos de tierra que han inhabilitado vías de comunicación y zonas residenciales completas.
Es así que, se observó a través del diagnóstico realizado, como en la comunidad de Barrancas Sector los Próceres, Parte Alta, Municipio Cárdenas. Edo. Táchira, tienen la problemática de los constantes deslizamientos de tierra o de los talud por la inestabilidad de los terrenos, presuntamente esto viene dado por muchos factores, entre los cuales se pueden citar, la erosión por agua pluvial; descarga de aguas servidas o residuales, construcciones inapropiadas en la cabecera del talud, por otra parte se considera que no ha existido un control por parte de la municipalidad de Cárdenas a fin de frenar el avance de dicha situación.
Al respecto, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (2000), señala que: ”La Erosión del suelo es la remoción del material superficial por la acción del viento o del agua” (p. 87), es decir, debe reconocerse la erosión como problema dominante cuándo y dónde
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