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Dialogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu

adagarciaEnsayo23 de Mayo de 2013

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Dialogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.

Maquiavelo, vagando por la desierta playa que es el infierno, encuentra a Montesquieu. Tras expresarse su admiración mutua, ambos comienzan a conversar sobre la organización política de los pueblos. Maquiavelo sostiene que, aunque la Historia avance y las sociedades evolucionen, la fuerza y la astucia siguen siendo los elementos fundamentales para gobernar un país. Montesquieu, en cambio, afirma que la evolución política de las sociedades les impide renunciar a las libertades que han ido adquiriendo, y desafía a Maquiavelo a explicarle cómo convertiría un Estado fundado sobre instituciones representativas y familiarizadas con la libertad en un régimen despótico. Maquiavelo procede entonces a explicar cómo tomaría el poder y cuáles serían sus primeros pasos, entre ellos el de hacer aprobar una constitución.En este texto observamos de manera por demás cruel que a Política esta en crisis, ha perdido su dirección y lejos ha quedado la tarea para la cual fue encomendada, la política ha perdido su brújula, el poder se ha corrompido y corrompe todo lo que toca, ya no es capaz de dar cabida a la homogeneidad y a la cohesión de sus diferentes partes, produciéndose así un clima de incertidumbre, de atomización, de polarización.

Ante la escena trágica producto del desatino político los Diálogos en el infierno es hoy una lectura obligada para el Estadista, para el hombre de Estado, para el Politólogo, así como para el político práctico. La dimensión que toma la política hoy no dista en absoluto del dialogo compartido entre Maquiavelo y Montesquieau pues aun vemos como el despotismo impera en la esfera política, la tendencia del hombre en el poder se ciñe por el camino de la corruptela como consecuencia del excesivo uso de la autoridad la cual le ha sido conferida, donde el gobernante creyéndose un semi – Dios, un todopoderoso terrenal, por lo que la invitación del dialogo se centra en la impetuosa necesidad de ponerle limites a la empresa del poder de Estado.

Conclusión

Sin duda el dialogo entre estos autores es reflexivo y crítico El Diálogo es una defensa del liberalismo, un liberalismo construido con principios gratos al paladar político actual: elecciones y mercado libre, contención del poder político, libertad de prensa, de asociación, de culto. El Maquiavelo de Joly es un autor cínico, el cual no explica y mucho menos da un tratado de cómo establecer un gobierno despótico poco menos que invulnerable conforme a una estrategia basada en la manipulación de los principios de la democracia. El Maquiavelo del Diálogo es una figura con gran capacidad de transformación. Antes de ser un filósofo, italiano y un conspirador judío fue nada menos que Napoleón III. Joly, contestatario a pesar de todos los riesgos y también de sus propios miedos, decidió escribir un corrosivo alegato contra el monarca, su bestia negra. El Dialogo en el Infierno es también un manual para trepadores, una suerte de recetario para triunfar en sociedad no lejano al Príncipe maquiaveliano, en la medida en que ofrece desvelar los mecanismos que mueven la maquinaria social para que los más ambiciosos usen esa información en su accidentado camino hacia la cumbre. En el Diálogo en el Infierno la sociedad aparece retratada como la peor enemiga del príncipe y de Maquiavelo, pues esta llega a ser seducida sin mayores esfuerzos por un tirano al que entrega mansamente sus derechos y libertades. Más allá de los fundamentos de Maquiavelo, Joly rescata que la vida social, es un estado de guerra permanente en el que el objetivo supremo puede concentrarse en unas pocas líneas: "¡Triunfar!, ¡trepar!

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