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Discapacidad Y Sexualidad


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2014  •  1.304 Palabras (6 Páginas)  •  267 Visitas

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DISCAPACIDAD Y SEXUALIDAD

A nuestra cultura y a nuestra sociedad le resulta difícil abordar el tema de la sexualidad humana en general, por la carga afectiva llena de prejuicios y tabúes. Aún más difícil resulta cuando se trata de la sexualidad de una persona que sufre una discapacidad.

La sexualidad es el conjunto de fenómenos emocionales y de conductas relacionados con el sexo, que marcan de forma decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.

Es un componente más de la personalidad del individuo, presente desde el nacimiento y, como tal, sujeto a un proceso dinámico que va desarrollándose a lo largo de la existencia de la persona atravesando por distintas etapas.

El concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual (dirigido a la reproducción y al goce inmediato) como los diferentes aspectos de identidad corporal-personal (sentirse hombre o mujer), de expectativas de rol social y de relación con los demás (del mismo o de diferente sexo).

En este sentido, es fundamental tener en cuenta que la sexualidad no significa única y exclusivamente genitalidad orientada a la reproducción, porque la sexualidad humana (a diferencia de la de los animales) no es un único proyecto, no es un instinto o una conducta estereotipada que admita una única forma de satisfacción. El ser humano vive y expresa su sexualidad de diversas y personales formas; la manera en que cada uno se sitúa en el mundo, se integra, se relaciona con es sexuado; el enamoramiento, las fantasías románticas, el encontrar a otra persona con la que compartir los gustos, afinidades, experiencias y poder experimentar el sentimiento de compañía y solidaridad es entender la sexualidad desde un punto de vista más amplio y plural, como medio de dar respuesta a la necesidad de relación del ser humano.

Desde mi punto de vista, la capacidad sexual y afectiva de la persona con discapacidad no es esencialmente diferente a la de las demás personas, la dificultad radica en que puedan (o se les permita) vivenciarla en sus propias circunstancias y en expresarla adecuadamente en función del grado de deficiencia.

Otro aspecto importante a la hora de afrontar el tema de la sexualidad en personas con discapacidad y su educación es el de la influencia directa de la sociedad en la conducta sexual. Tradicionalmente, la sexualidad en nuestra cultura ha sido un tema tabú, reglado por las normas que la sociedad no civil había impuesto, entendiéndola única y exclusivamente como genitalidad orientada a la reproducción y legítima sólo dentro del matrimonio. En este contexto las personas con discapacidad no debían interesarse por la sexualidad (no interesaba que se interesaran por ella).

La evolución de la sociedad ha dado origen a una cultura laica en la que la moral religiosa ha dejado de regular de forma exclusiva la conducta sexual de buena parte de la población, generalizándose la permisividad sexual, no dejando de ser esto más que la imposición de nuevos dominantes.

Esta evolución social ha supuesto un cambio enorme en relación a la forma de vivir y expresar la sexualidad de la población “normal”. Respecto a las personas con discapacidad el avance ha sido escaso, llegándose sólo a reconocer que ellos, como el resto de la personas, poseen esta misma necesidad, no debiéndoseles coartar o reprimir para que puedan vivirla y expresarla con plenitud.

Debido a las características de socialización de las personas con discapacidad y a las dificultades de aprendizaje asociadas en muchos casos, debemos entender el gran protagonismo que a nivel educativo tienen los profesionales de los centros educativos especiales y la familia. En no pocos casos, la persona con discapacidad pasa su vida entre el centro de apoyo escolar y el hogar, teniendo por tanto un mayor impacto estos agentes en la educación.

El acceso a otros canales de información y formación en muchos casos es restringido, es decir; los chicos y chicas que presentan discapacidad generalmente tienen de referencia lo que se les dice en la escuela y en la casa. Por ello es esencial que las dos partes integrantes de esta unidad participen, colaboren y se coordinen en la educación sexual de las personas con discapacidad; siendo esta

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